El impacto fue en una
de las ventanas de la Estación Espacial Internacional (ISS), dejando una
pequeña marca de 7 milímetros que ha fotografiado el astronauta británico Tim
Peake. El trozo de basura ha golpeado la llamada cúpula de la ISS, conocida
como la 'habitación con vistas' de la estación, una zona de observación y
trabajo para la tripulación que maneja los brazos robóticos del complejo
orbital.
El impacto de 7 mm de un minúsculo residuo de chatarra en la Estación Espacial Internacional. Si no tuviera 4 capas de vidrio lo hubiera perforado. |
Lo
que temían los astronautas finalmente sucedió, de los miles de restos llevados por el hombre que orbitan la Tierra,
uno de ellos dejó un impacto llamativo. Según informa la Agencia Espacial
Europea (ESA) en un comunicado, el astronauta Tim Peake tomó esta fotografía desde el interior de la cúpula el
mes pasado. Muestra una marca circular
de 7 milímetros provocada por el impacto de un minúsculo residuo, probablemente
un resto de pintura o un fragmento de metal con apenas unos pocos micrómetros
de diámetro. El fondo negro de la imagen se debe a la oscuridad del
espacio.
Como
ha explicado el propio astronauta, "a
menudo me preguntan si la Estación Espacial Internacional sufre impactos de
residuos espaciales. Efectivamente: aquí lo vemos en una de las ventanas de la
cúpula. ¡Menos mal que tiene cuatro capas de vidrio!". Para hacer
frente a estas eventualidades, la Estación cuenta con un amplio blindaje que
abarca todas las áreas vitales para la tripulación y la tecnología, por lo que
una colisión menor, como ésta, no supone ningún riesgo.
El astronauta Tim Peake. |
Rodeados de basura
espacial
El
ser humano, no satisfecho con contaminar el suelo, el subsuelo, el aire, el
agua de los ríos, lagos y mares, ahora
contamina también el espacio sideral.
La basura espacial comprende satélites en desuso, trozos de cohetes, tornillos, tuercas, etcétera. |
Habitualmente
se llama “basura espacial” o “chatarra espacial” a cualquier objeto artificial
sin utilidad que orbita el planeta Tierra. Satélites completos en desuso,
secciones enteras de cohetes lanzados al espacio, ya sea para poner un satélite
en órbita o para cualquier otra misión, además de objetos de las labores
propias de los astronautas, como tornillos,
tuercas, piezas de repuesto, herramientas perdidas, guantes, botas, paneles
averiados, son solo algunos de los miles de objetos que pueblan el espacio
alrededor de la Tierra.
Desde
principio de 2007, la US Space Surveillance Network (Red de Vigilancia Espacial
Norteamericana), tenía registrados (y localizados en órbita) 10.000 objetos fabricados por el hombre,
con un peso total que supera las cinco toneladas. Se estima que la cantidad
de los restos son aún mayores ya que se tiene en cuenta sólo objetos de más de 10 centímetros. Respecto a los restos de más de un centímetro, se calcula
que había en ese tiempo más de 50.000. La mayor parte de estos fragmentos
constituyen un gran riesgo para las misiones espaciales.
Así se veía la Tierra en 1958. Para 1990 la basura espacial se había centuplicado. |
Así,
a finales de 2008 el número de objetos
peligrosos ascendió a 12.743 frente a los 12.351 “cuerpos espaciales” calculados
de 2007, un incremento progresivo que, comparado con las cifras actuales, supone
un aumento del 3,1 por ciento de la basura espacial.
Chatarra espacial que cayó en una zona de la taiga, de la República de Altai, Rusia. Se trata de un tanque de combustible. |
A
partir de abril de 2008, la cantidad disminuyó ligeramente y se situó en 12.581
objetos. De nuevo, la CIS registró el
mayor número de elementos en el espacio (4.572), Estados Unidos se posicionó en
segundo lugar con 4.250 objetos en órbita, y China mantuvo la misma cantidad de
basura espacial que en el primer semestre de 2008, 2.750 cuerpos.
Restos de un cohete Delta II norteamericano, cayó en marzo de 2003 en un campo de Artigas, Uruguay. |
Los
gobiernos de todo el mundo tienen importantes intereses militares, civiles y de
inteligencia en el espacio. Para protegerlos, varias agencias y organismos públicos catalogan y siguen los
fragmentos de basura espacial más importantes. Gracias a esto, los satélites
activos y la Estación Espacial Internacional pueden hacer maniobras para evitar
la colisión con estos proyectiles, eso sí, con un coste de energía y dinero que
resulta prohibitivo.
La cantidad de residuos alrededor de la tierra ya ha alcanzado un valor crítico. |
Para
ello, se están desarrollando robots cazadores
de basura provistos de brazos, redes y arpones, pero ninguno de ellos está
operativo o es capaz de capturar objetos de menos de diez centímetros, que son
la parte de la basura espacial que supone una mayor amenaza.
Tornillos, tuercas, piezas de repuesto, herramientas perdidas, guantes, botas, paneles averiados, son algunos de los objetos que componen la chatarra espacial. |
El
inicio de la basura espacial comenzó el 4 de octubre de 1957, cuando fue
lanzado el primer satélite artificial, el Sputnik
1. Desde entonces más de 4.200 lanzamientos han ido llenando la órbita
terrestre de basura. Hoy existen 6.216
satélites obsoletos que forman parte de la chatarra espacial. Los científicos
estiman que hacia el año 2055, el número de objetos peligrosos flotando hará
que salir hacia el espacio sea una misión prácticamente imposible.
Representación de la chatarra espacial que rodea a la Tierra. |
La NASA estima que
encima de nuestras cabezas hay medio millón de objetos de un centímetro de longitud y decenas de millones de fragmentos
más pequeños. El
problema es que allí arriba, en la órbita terrestre, los cuerpos viajan a
velocidades de entre seis y 10 kilómetros por segundo, veinte veces más rápido
que una bala de fusil.
Según
el doctor Walter Flury, experto en
basura espacial de la Agencia Espacial Europea, la composición de los objetos
artificiales que orbitan la Tierra es aproximadamente la siguiente:
Naves
operativas: 7%
Naves
obsoletas: 22%
Restos
de cohetes: 17%
Objetos
relacionados con las misiones: 13%
Otros
fragmentos: 41%
Cada
día el número de fragmentos orbitando aumenta porque colisionan entre ellos y se vuelven a fragmentar convirtiéndose en un
verdadero estorbo.
Si un fragmento de gran tamaño impacta en la Estación Espacial podría provocar su destrucción. |
Sucede
que la velocidad relativa de estos
objetos, con una aceleración de miles de kilómetros por hora, los convierte
(incluso a los más pequeños), en auténticos proyectiles capaces de dañar
gravemente, incluso de perforar, el casco de una misión o un trasbordador
tripulado.
Los puntos representan todos los residuos espaciales que orbitan peligrosamente al planeta Tierra. |
El
continuo aumento en el número de lanzamientos de satélites en las diferentes
órbitas posibles ha incrementado el
riesgo de que se produzcan esta clase de colisiones. Y eso a pesar de que
la propia degradación orbital hace que muchos de estos objetos vayan perdiendo
altura y caigan a la tierra o se desintegren en la atmósfera.
Para el 2047 la densidad de la chatarra espacial será tanta que impedirá los viajes al espacio exterior. |
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