HUMANIDAD Y COSMOS es un programa que trata de traerle a usted eso que siempre se preguntó y nunca tuvo la oportunidad de escuchar… Hechos históricos ocultados, fenómenos insólitos, creencias, mitos y leyendas, arqueología proscripta, seres extraños, energías prohibidas, noticias curiosas, científicos censurados, el misterio de los objetos voladores no identificados, profecías y vaticinios, sociedades secretas, ecología, enigmas y soluciones para vivir física y espiritualmente sanos.


domingo, 18 de marzo de 2012

LA CAMPAÑA DE GALLIPOLI

Turquía celebró el domingo 18 de marzo el 97º aniversario de la batalla de Çanakkale, considerada la mayor victoria bélica del Imperio Otomano durante la I Guerra Mundial y que en Occidente es conocida como la "Batalla de Gallipoli".

En todo el país y especialmente en Çanakkale, en el Estrecho de los Dardanelos, se celebraron actos de homenaje a los cientos de miles de caídos en aquella cruenta batalla donde derrotaron a Gran Bretaña y a Francia. Se recordó el espíritu de unidad y fraternidad que permitió a quienes lucharon en Çanakkale defender su país de las tropas invasoras extranjeras.

97º Aniversario de la Batalla de Çanakkale,
imagen de la ceremonia de este año.
El vice primer ministro turco Bülent Arınç asistió a la ceremonia celebrada el domingo en Çanakkale acompañado de varios ministros en representación del gobierno, donde depositó una corona de flores ante el monumento en honor al fundador de la moderna Turquía, Mustafa Kemal Atatürk, quien se ganara su prestigio militar precisamente por su mando en Çanakkale durante la Primera Guerra Mundial.

En Turquía, la campaña se conoce como Çanakkale Savaşları, en el resto del mundo se llama Campaña de Gallipoli o simplemente como Gallipoli.

La campaña de la península de Gallipoli resonó profundamente entre todas las naciones implicadas. En Turquía, la batalla puso los argumentos para la Guerra turca de la independencia y la fundación de la República turca, ocho años más tarde bajo Mustafá Kemal más conocido como Atatürk, que fue un comandante otomano en Gallipoli. En la campaña de Gallipoli murieron miles de ingleses, irlandeses,  escoceses, australianos, neozelandeses, senegaleses, hindúes y franceses a manos de los turcos.

Cuando el plan de ataque fue presentado por el propio Winston Churchill al secretario de Estado para la Guerra, lord Kitchener, y al lord del Mar, el almirante John Fisher, jefe de Operaciones de la Armada, ambos se opusieron radicalmente a la idea. Mucho tuvo que presionar y explicar el primer Lord del Almirantazgo para que ambos hombres acabaran por aceptar el plan de ataque, aunque la leyenda asegura que Fisher, tras aceptar finalmente la intervención, acabó por decir: "Malditos Dardanelos, serán nuestra tumba..."

Un observador militar comentó al corresponsal del Giornale d´Italia: "El intento de forzar el paso de los Dardanelos parece una obra de locos. Los fuertes exteriores no tienen por objeto detener el avance del enemigo, sino perjudicar a sus buques al dificultarles la maniobra desde que penetran en el estrecho. Hay que tener en cuenta que los turcos han mejorado las fortificaciones, además las minas son un grave inconveniente, ya que una de ellas puede hundir un acorazado. Además, si los aliados llegaran hasta Chanak tras destruir todo a su paso se verían en triple fuego cruzado de otros fuertes y la escuadra turca".

La batalla de Gallipoli
Corría la Primera Guerra Mundial cuando el Imperio Británico y Francia organizaron una operación conjunta para adueñarse de la capital otomana, Estambul (por entonces llamada aún oficialmente Constantinopla). Su objetivo era no sólo decapitar al moribundo Imperio Otomano sino sobre todo conseguir así controlar el tráfico de los estrechos y ganar una ruta segura hacia el Mar Negro y Rusia.

Mapa de la península de
Gallipoli en Turquía.
La operación comenzó el 19 de Febrero de 1915 y finalizó el 9 de Enero de 1916. Fue una de las campañas más ambiciosas y al mismo tiempo más controvertidas de la Primera Guerra Mundial, fue un rotundo fracaso aliado que se pagó con miles de vidas, significó una terrible derrota estratégica para los militares británicos y destruyó la reputación de sus principales artífices, Churchill y Kitchener.

El ejército británico planeó y llevó a cabo el mayor desembarco anfibio de la historia hasta ese momento, causando una total sorpresa táctica a los adversarios turcos. Pero finalmente las fuerzas aliadas cuando llegaron a la costa mediterránea turca no tuvieron la operatividad necesaria para realizar su misión.

El plan británico para atravesar el Estrecho de Çanakkale (conocido en Occidente como Estrecho de Dardanelos), ideado por el almirante Sir Sackville Hamilton Carden, consistía de tres etapas: neutralizar los fuertes otomanos situados a la entrada de los estrechos, limpiar los campos de minas para impedir la entrada de buques, y finalmente avanzar hacia el Mar de Mármara y desde allí bombardear Estambul y desembarcar las tropas en la ciudad para tomarla.

 
La flota anglo-francesa bombardea Gallipoli.
Las fuerzas anglo-francesas iniciaron el ataque el 19 de febrero de 1915, y continuaron hasta el 13 de marzo bombardeando los fuertes otomanos que guardaban el paso de los Dardanelos, consiguiendo mientras, a duras penas que los dragaminas hicieran su trabajo y abrieran un paso para los buques de guerra. Pero a pesar de su clara superioridad bélica y tecnológica, un factor con el que no contaban los franceses y británicos era con la determinación de los turcos otomanos.

Los Aliados atacaron l
os cuatro fuertes principales que defendían la entrada de los Dardanelos eran: la batería del cabo Helles, el fuerte Sidil-Bahr, el de Orkarich-Dalia y el fuerte de Kum-Kalessi.

El navío francés Gaulois.
Iniciaron el fuego los acorazados ingleses Queen Elizabeth, el Agamennon, el Irresistible y el francés Gaulois. El fuerte del cabo Helles respondió al ataque y uno de sus proyectiles alcanzó al Agamennon matando a tres soldados e hiriendo gravemente a otros cinco. Días después, el acorazado Agamennon, tocado por los proyectiles de las baterías turcas, sufrió graves averías, habiendo de ser remolcado hasta la isla de Imbros, donde se refugió. También fue echado a pique un buque corsario inglés de 12.000 toneladas y con una dotación de 300 hombres, de los cuales solo se salvaron 120.

Tras horas de lucha y a gracias a la incorporación de nuevos buques como el Vengeance, el Triumph, el Albion, el Suffren, el Majestic o el Comwallis, a las cinco de la tarde, ninguno de los cuatro fuertes respondía ya al fuego de los barcos aliados.

El barco de guerra francés Suffren.
Inmediatamente comenzaron los trabajos para desactivar las minas marinas, y el Albion, el Vengeance y el Majestic atacaron el fuerte Dardaunze, que estaba artillado con piezas de 5-9 pulgadas y algunas baterías recién emplazadas en el litoral asiático. Del Vengeance y del Irresistible, desembarcaron fuerzas que acabaron de demoler los fuertes ya derruidos por la artillería de la escuadra.

El bombardeo se intensificó el 18 de marzo con una flota de 18 buques de guerra que incluían acorazados, cruceros y destructores. Para el 18 de marzo, habían destruido los fuertes de Seddülbahir y Ertuğrul, situados en la orilla europea del estrecho, y los fuertes de Kumkale y Orhaniye, ubicados en la orilla asiática. Sin embargo, apenas habían conseguido limpiar unas 5 millas de minas. La flota aliada conjunta de británicos y franceses apareció por la entrada del estrecho en la mañana del 18 de marzo, comandada en cabeza por el buque de guerra Queen Elizabeth de la marina británica, que tenía el objetivo de bombardear y destruir el fuerte de Mecidiye, mientras el Lord Nelson atacaría el fuerte de Namazgah y el Inflexible se ocupaba del fuerte Hamidiye. Los bombardeos comenzaron, devastando las defensas otomanas, que sin embargo se mantenían gracias a la heroicidad mostrada por muchos de sus soldados.

En tanto que las escuadras aliadas cumplían su misión, los turcos, temiendo algún importante desembarco, enviaron a las costas de Gallipoli más de cien mil soldados a las órdenes de Essad-Bajá y, a la vez, procedieron a armar con gran rapidez algunos submarinos que habían recibido, en piezas, de Alemania.
 
El Bouvet se hundió en dos minutos.
Cuando todo parecía ya perdido, el destino se puso del lado de los turcos. El buque francés Bouvet chocó contra una mina haciéndola explotar; el barco se hundió en sólo dos minutos y casi toda su tripulación con él. Sólo se salvaron 75 hombres de los 744 que componían su dotación. Los buques franceses Gaulois y Charlemagne se aproximaron a recoger a los sobrevivientes.

El acorazado inglés Irresistible se hunde
en las aguas de Gallipoli.

En pocas horas, los cruceros británicos Irresistible y el Inflexible sufrieron graves daños al chocar con ellas. El buque británico Océano, enviado para rescatar al Irresistible, también tuvo una explosión y se hundió en pocos minutos al igual que el Irresistible. Los acorazados franceses Suffren y Gaulois también fueron dañados gravemente por las minas y la artillería turca. El Gaulois recibe el impacto de tres proyectiles. Otros barcos de guerra franceses y británicos fueron hundiéndose a causa del choque contra las minas que guardaban el paso de los estrechos. La derrota de la flota anglo-francesa también había dado a los turcos un alza de la moral, aunque sus artilleros casi no habían podido disparar sus cañones contra los barcos antes de que la flota invasora británica y francesa se retirara casi diezmada.

La marina aliada no consiguió atravesar el Estrecho de Dardanelos y capturar Estambul, ni por mar primero ni más tarde con el fracasado intento ideado por Winston Churchill (entonces Ministro de Marina británico) de desembarcar y tomar la capital otomana por tierra. La expedición terrestre se inició el 25 de abril de 1915 con un desembarco en la Península de Gallipoli de más de 75.000 soldados aliados, Desembarcaron tropas de infantería australianas, neozelandesas y británicas, las cuales estaban agrupadas en dos divisiones; la 1ra División Australiana-Neozelandesa (ANZAC), y la 29ª División Británica. Estas estaban reforzadas por la División Naval Británica y una unidad francesa de tropas senegalesas. Sin embargo no lograron tomar por sorpresa a los otomanos y quedaron estancadas en las playas de Çanakkale, fracasando todos los intentos de avanzar por tierra.

"The landing at ANZAC" pintura que
recuerda el desembarco el 25/4/1915.
La 29ª División Británica de 35.000 hombres desembarcó en Helles, en el extremo de la península de Gallipoli, en cinco puntos: las playas 'Y', 'X', 'W', 'V' y 'S', bajo el mando del Mayor General Aylmer Hunter-Weston. La División Australiana-Neozelandesa de 17.000 hombres desembarcó al norte de Gaba-Tepe en la costa del mar Egeo desde donde avanzarían campo travieso a través de la península para prevenir la retirada de las tropas turcas. La ensenada en donde esta división desembarcó se la conoció como la "Ensenada ANZAC".

Trincheras australianas en la playa
bautizada ANZAC.
ANZAC (acrónimo de Australian and New Zealand Army Corps) son las siglas en inglés que designan un ejército conjunto de australianos y neozelandeses en tiempos de guerra. El término se originó en 1915 con ocasión del desembarco combinado de fuerzas aliadas. Tanto en Australia como en Nueva Zelanda se conmemora el "Día Anzac", el 25 de abril, es un día feriado y es probablemente el día más importante del calendario de estos dos países. Se creó para conmemorar la primera acción militar de las fuerzas australianas y neozelandesas en la batalla de Gallipoli. En esta campaña los ANZAC desembarcaron en Gallipoli junto con fuerzas de Gran Bretaña y otros países, y lucharon en una sangrienta batalla que terminó en retirada con la evacuación el 20 de diciembre de 1915. Esta campaña costó la vida a 8.141 soldados ANZAC y más de 18.000 fueron heridos.

Aunque esta campaña se puede considerar un fracaso, Australia y Nueva Zelanda la consideran el comienzo de la creación de una verdadera nación y la esencia de lo que significa ser australiano o neozelandés: hombres de distintos orígenes y clases demostraron valor en el combate, honor bajo presión, siempre dándole una mano a un compañero. Esta esencia se le llama el espíritu del ANZAC: las cualidades de valor, sacrificio y compañerismo (mateship) que se demostró en Galípoli. Recordando la masacre que fue Gallipoli se filmó una película australiana en 1981 que obtuvo muchos premios. El actor Mel Gibson que trabajó en el filme expresó, “Galípoli fue el nacimiento de una nación. Fue hacer añicos un sueño en Australia. Se habían juntado como compañeros para pelear a los hunos y terminaron muriendo a miles en una sucia guerra de trincheras."

Soldados británicos a punto de
desembarcar en Gallipoli.
Los defensores turcos estaban en una posición para infligir aterradoras muertes en la infantería del desembarco. Por ejemplo, las tropas que bajaron del barco Río Clyde eran blancos perfectos de las ametralladoras de la fortaleza de Seddülbahir. Fueron los primeros 200 soldados en intentar desembarcar en territorio enemigo, solamente 21 hombres lo hicieron sobre la playa, los demás murieron en la cubierta del barco.

El día 27 de abril de 1915, los turcos lanzaron un ataque coordinado para expulsar a los australianos al mar. Pero con el apoyo de la artillería naval británica los turcos fueron repelidos y mantenidos a raya. El 28 de abril los británicos, apoyados por los franceses en el ala derecha, intentaron tomar el pueblo de Krithia. Pero este asalto se detuvo el mismo día a las 6 de la tarde. Se ganó algo de terreno pero el objetivo de tomar Krithia no se alcanzó. Con una resistencia turca que mejoraba día a día, una victoria rápida no se pudo concretar. Fuertes contraataques turcos en las noches del 1 al 3 de mayo fueron repelidos.

Mapa de la zona de operaciones en Gallipoli.
En la noche del 3 de mayo, una brigada de infantería australiana realizó un ataque que fue repelido, sufriendo muchas bajas. El 19 de mayo los turcos lanzaron un gran ataque contra el sector Anzac. 42.000 turcos contra 17.000 australianos y neozelandeses. Sin embargo el ataque fue exitosamente repelido y los turcos tuvieron 13.000 bajas.

Debido a los repetidos fracasos de tomar Krithia, el comandante británico Hamilton recurrió a un nuevo plan en la Batalla de Gallipoli. El 6 de agosto un nuevo desembarco de infantería se llevó a cabo en Suvla, a 8 km al norte del sector Anzac. Al mismo tiempo, los australianos realizarían un fuerte ataque en las colinas de Sari Bair a través del escabroso terreno al norte del sector Anzac.

Cerca de Teke-Burum los turcos obligaron a sus enemigos a embarcar de nuevo mediante un furibundo ataque a la bayoneta. En las inmediaciones de Ari-Burum los aliados tuvieron que emprender la retirada y una parte de sus fuerzas hubo de reembarcar precipitadamente. Los franceses fueron designados para operar en Kum-Kalessi, las tropas galas ocuparon el pueblo y se mantuvieron en él a pesar de siete contraataques nocturnos de que fueron objeto. Sin embargo, al día siguiente de desembarcar se vieron precisados a reembarcar. Durante la lucha, la escuadra franco-inglesa se acercó al estrecho, pero tuvo que retirarse por el fuego de la artillería otomana.

Las fuerzas turcas que había en la península de Gallipoli al comenzar el ataque de los aliados eran de 50.000 hombres, y en la orilla asiática de los Dardanelos prestaban servicio 25.000. Las fuerzas de desembarco sumaban unos 50.000 hombres (mandada por el general británico Jan Hamilton) el cual mandó un informe bastante desconsolador de las operaciones en Gallipoli, en el mismo puede leerse cosas como: "Los escoceses se lanzaron repetidas veces al ataque a la bayoneta contra los turcos, pese a la gran superioridad numérica de estos [...] el número de oficiales y soldados puestos fuera de combate alcanzó una cifra elevada. A las siete de la tarde del día 26 no quedaba ya más que la mitad del efectivo de los Scottish Bordereres, y éstos habían de sostenerse en trincheras construidas para un cuádruple número de defensores. Cuando los supervivientes estaban ya extenuados por los continuos combates que hubieron de resistir, y como no se podía contar con la llegada de nuevos refuerzos, se dio la orden de reembarcar".

Franceses con cañón de 75 en
el Cabo Helles en 1915.
El informe continuaba diciendo más adelante: "También los franceses hubieron de retroceder y a las seis de la tarde nuestras tropas recibieron la orden de atrincherarse en la forma que pudiesen para mantener el contacto con nuestros aliados, replegando al mismo tiempo el ala derecha. En esta retirada el flanco derecho de la 88ª brigada quedó temporalmente sin protección y el regimiento Worcestershire sufrió graves pérdidas [...] el ímpetu del enemigo se dirigió con toda su fuerza contra la izquierda francesa, que fue defendida por los senegaleses. Detrás de éstos había tres brigadas inglesas de artillería de campaña y una batería de morteros. Después de varios ataques y contraataques, los senegaleses se retiraron".

Un periodista español que visitó la península de Gallipoli a finales de 1915 y que pudo observar el terreno donde tuvo lugar la sangrienta acción de Kaba-Tepé escribió lo siguiente: "Me encuentro en la montaña Kaba-Tepé, que quiere decir "montaña negra", su posesión fue el objetivo de los desembarcos efectuados por los ingleses en Ari-Burum y en la llanura de Anafasta. Este monte domina toda la península, unas baterías de grueso calibre habrían controlado también las baterías turcas de Asia y la entrada del estrecho [...] Hay diferencias notables entre las trincheras inglesas y las turcas; las primeras construidas con madera, provistas de planchas blindadas, y las segundas casi sin más defensa que la tierra amontonada. Se advierte que los dos adversarios no disponían de iguales medios, siendo los de los ingleses superiores en calidad y cantidad. Sin embargo, a medida que vamos observando las dificultades terribles que oponía el terreno a las tropas expedicionarias, nos preguntamos asombrados ¿cómo pudieron desembarcar y cómo pudieron llegar hasta aquí? Si hubieran realizado su propósito de subir hasta la cima de la montaña, a estas horas es posible que Constantinopla estuviese ocupado por la marinería inglesa".

Desembarco británico en Gallipoli.
El Almirantazgo inglés, en nota oficial, relataba los hechos sobre el desembarco del ejército que se realizó en seis playas distintas, en cinco de ella con éxito inmediato a pesar de los vigorosos ataques turcos, atrincherados fuertemente en líneas sucesivas protegidas por alambradas y artillería. En la sexta playa, cerca de Seddul-Bahr, las tropas no pudieron avanzar hasta la tarde. El resultado de las operaciones de los primeros días fue el establecimiento de fuertes contingentes australianos y franceses en tres puntos principales; tropas australianas y de Nueva Zelanda en las laderas bajas de Sari-Bair, al norte de Kaba-Tepé; tropas británicas en cabo Tekeh, cabo Helles y cerca de la bahía de Morto, y las fuerzas francesas en la costa asiática, en Kum-Kalessi.

El día 13 de mayo de 1915 la escuadra franco-inglesa bombardeó la parte indefensa de la costa de Gallipoli, aunque sufrió la pérdida del acorazado Goliath, que fue torpedeado y hundido por los turcos. De su tripulación, compuesta por 600 hombres, se salvaron solo 20 oficiales y 160 marineros. El torpedero turco Muavenet que hundió al Goliath regreso a puerto sin novedad. Ese mismo día el submarino inglés E-14 logró entrar en el Mar de Mármara y echó a pique dos cañoneras y un gran transporte otomano.

Periscopio dañado del
submarino inglés E11.
El 23 de mayo el submarino inglés E11 echó a pique la lancha cañonera otomana Peleng-i Deryay, muy cerca de Bakırköy, aunque sufriera un certero disparo enemigo que impactó de lleno en el periscopio del E11, como pueden apreciar en una de las imágenes del artículo y asimismo hundió varias embarcaciones pequeñas.

En los días 30 y 31 de mayo los otomanos de Gallipoli, que estaban al mando del mariscal alemán Liman Von Sanders se rehicieron y después de los ataques realizados por las tropas aliadas, reforzadas en la región de Seddul-Bahr, obligaron a los franco-ingleses a emprender la retirada y les hicieron objeto, así como a sus buques, de un terrible bombardeo dirigido desde las costas de Anatolia.

En los mismos días un submarino alemán, al servicio de Turquía, echó a pique a un gran transporte de la flota aliada; el acorazado británico Majestic, alcanzado por un torpedo, se hundió frente a Seddul-Bahr. Uno de los acontecimientos más importantes ocurridos durante el segundo mes de la campaña de los Dardanelos fue el relevo del comandante del cuerpo de ocupación francés, general D´Amade. El pretexto fue el de una enfermedad, pero la verdad fue la disconformidad que el militar galo mostró con la manera de llevar la campaña. D´Amade estaba convencido que sin un gran esfuerzo de hombres por parte de los aliados la campaña iba directamente al fracaso. Cumplió con su obligación de informar a su gobierno de sus temores y la respuesta de este fue su destitución, sustituyéndole el general Gourand, de brillante carrera militar.

Pieza de artillería británica en
Helles en junio de 1915.
Durante el mes de junio pocos hechos relevantes acaecieron en los Dardanelos. Los aliados continuaron su acción lenta, pero insistente, y los turcos, reforzándose, ofrecieron dura y tenaz resistencia al avance enemigo. Del 10 al 11 de junio parte de la escuadra rusa del Mar Negro acometió a los turcos en las proximidades del Bósforo, trabándose un reñido combate entre dos torpederos rusos y el crucero alemán Breslau, al servicio de Turquía.

La acción de los submarinos turcos y de algún alemán se hizo más sensible, constituyendo un serio y continuo peligro para los grandes barcos de la escuadra franco-inglesa. Entre las hazañas realizadas por tales sumergibles merece especial atención la llevada a cabo por el submarino alemán U-51, capitaneado por Otto Hersing. En septiembre este submarino torpedeó al crucero inglés Pathfinder y echo a pique a cinco vapores aliados. En los Dardanelos torpedeó y hundió a los acorazados británicos Majestic y Triumph. A tal punto llegó la audacia de los submarinos defensores, que una parte de la escuadra aliada se dedicó exclusivamente a labores de constante acecho para darles caza.

Ubicación de la localidad de Gallipoli que
le da el nombre a la península.
En julio de 1915 la campaña de Gallipoli, que debía de acabar definitivamente con la resistencia turca y conseguir que ese país se rindiera a los aliados, se había convertido en una guerra de desgaste (al tipo de lo que estaba ocurriendo en los diferentes frentes europeos), donde avances y retrocesos se sucedían casi a diario. Para romper ese punto muerto los aliados pensaron en un nuevo desembarco de tropas británicas en la bahía de Suvla. Esto aliviaría la presión que sufrían las tropas británicas en el cabo Hellas y en Achi Baba y permitiría el avance de las tropas australianas y neozelandesas, que podrían asegurar las altas cotas del centro de la península. Las fuerzas combinadas procedentes de Suvla y Anzac cruzarían los seis kilómetros hasta llegar a los estrechos, tomarían las fortificaciones costeras y dejarían el paso libre a los barcos británicos hacia el Mar de Mármara (barcos que estaban detenidos sin poder avanzar). El plan en el papel parecía rápido y triunfal.

Muchas circunstancias hacían pensar que el desembarco sería todo un éxito; el efecto sorpresa (esa zona no estaba apenas protegida por los otomanos, tan solo había 1.500 gendarmes turcos bajo el mando de un oficial de caballería alemán para 20.000 hombres que desembarcaban) o la elección del lugar, una bahía que ofrecía un fondeadero seguro para los buques de guerra y de suministros. El IX Cuerpo británico solo tendría que coronar el semicírculo de colinas que rodeaba la bahía (a unos seis kilómetros del mar) e incorporarse desde allí al ataque que sobre Sari Bair efectuarían las tropas procedentes de Anzac. Era absolutamente básico que las tropas que desembarcaran en Suvla tomarán de inmediato las colinas "Chocolate", "Cimitarra" y el pico de "Ismael Oglu" para que los turcos no llevaran hasta allí a su artillería y dominar desde ellas el ataque sobre Sari Bair. La coordinación de todos los movimientos debía ser cuidadosamente planificada. El problema es que, como dijo el biógrafo sir John Monash: "[...] para dirigir esta operación se reunió a la colección más lamentable de generales que jamás se haya visto".

La península y su ubicación
estratégica entre Europa y Asia.
Para dirigir el desembarco se nombró a sir Frederick Stopford, un caballero que con solo 61 años tenía la salud de un hombre de 80. En este punto dejaremos que Geoffrey Regan nos amplíe un poco más la información del militar encargado de llevar a las tropas británicas a la victoria: "[...] Antes de partir hacia Gallipoli su debilidad era tal que ni siquiera pudo subir al tren su cartera de documentos; al llegar se hirió en una pierna, por lo que desde el principio quedó "fuera de combate". Stopford había servido como ayuda de campo en Egipto y en el Sudán durante la década de 1.880 y había actuado como secretario militar de sir Redvers Buller al comienzo de la guerra Bóer, pero nunca había estado al mando de tropas en combate. [...] Era más un historiador militar que un mando activo y demostró que elegirlo para una misión tan importante había sido una pésima decisión. Como jefe de Estado Mayor se llevó consigo al general de brigada Reed, un hombre que estaba convencido de que ninguna operación podía tener éxito si no estaba precedida de un prolongado bombardeo. Esta no era la actitud más apropiada para una operación que dependía en gran parte de la rapidez y la sorpresa [...] Respecto de los oficiales que iban a tomar el mando del IX cuerpo del Ejército basta con decir que eran hombres ya mayores y con pocas de las cualidades que se necesitaban. Solo la enormes proporciones de la guerra podían haber justificado sacarlos de su retiro para encomendarles el mando de hombres en combate..."

Sir Ian Hamilton
(1853-1947), Jefe de
todas las operaciones
terrestres en Gallipoli.
Sir Ian Hamilton, Jefe de todas las Operaciones Terrestres en Gallipoli, esperaba un general joven y fuerte para una misión tan delicada y contaba que le fueran enviados toda una serie de mandos acordes con las necesidades de la misión. Sin embargo, no fue así... Un ejemplo de la incapacidad de los mando la podemos ver en la figura del general Hammersley, al cargo de la 11ª división, había sufrido poco antes una fuerte crisis nerviosa y se encontraba muy lejos de haberla superado. Su desmoronamiento el primer día de las operaciones contribuyó decisivamente en que su división fracasara y no ocupara los objetivos que le habían sido ordenados. Sir Ian Hamilton, estaba especialmente resentido con Lord Kitchener, Secretario de Estado para la Guerra: "Se que no es capaz de entender que al no enviarnos generales jóvenes y modernos para dirigir las divisiones se ha cortado su propio cuello, el de los soldados y el mío".

El general Hamilton no era totalmente un incapaz, su problema era que era demasiado sumiso con los mandos superiores y solía dejar la iniciativa en manos de sus subordinados. En la campaña de Gallipoli no se le dio ninguna información de la zona, ni sobre las posiciones, ni las fuerzas del enemigo, teniendo que utilizar simples guías turísticas para marcar los objetivos y los movimientos de sus tropas. Bajo estas perspectivas no se podía ser muy optimista sobre lo que los británicos podrían hacer en esta campaña.

Los estrategas (esas estúpidas mentes pensantes que invariablemente se encuentran en todos los Ejércitos) habían pasado por alto que unas tropas de desembarco también necesita suministros. Con unas temperaturas superiores a los 40ºC a los soldados británicos no les llevaron agua. Las tropas irlandesas, al borde de la rebelión hicieron saber al mando: "¡Hemos hecho huir a esos turcos paganos, por todos los santos! ¿Por qué no nos envían un poco de agua?".

Británicos acorralados en Gallipoli.
Miles de británicos, irlandeses, escoceses, franceses, senegaleses, australianos y neozelandeses quedaron atrapados en la Bahía de Suvla y el Cabo Helles, entre el mar y las colinas en poder de las fuerzas turcas, hacinados y casi sin suministros ni agua.

La falta de suministros remató a los invasores. No había granadas para todos los soldados, no había armamento pesado –los cañones apenas realizaban dos disparos por día por falta de munición- no había teléfonos de campaña, ni siquiera alambre de espino para asegurar una posesión. No había medicinas ni hospitales para tantos heridos. Ni siquiera agua. Los equipamientos tardaban dos semanas en llegar mientras los turcos los recibían en dos días. El último intento de conquista en Suvla, fue el resumen de toda la batalla. 1.500 turcos destrozaron a 20.000 aliados. La derrota fue total y convenció a los anglo-franceses de la necesidad de una retirada inmediata.

Tropas británicas en la bahía de Suvla.
La ofensiva de agosto acabó convirtiéndose en un estrepitoso fracaso de los británicos. Inmediatamente los mandos superiores comenzaron a acariciar la idea de la evacuación de la península de Gallipoli, evacuación que chocó con la resistencia de Hamilton, quien sugirió que eso era acabar con el prestigio del ejército británico. Finalmente Hamilton acabó dimitiendo y sustituido por el teniente general sir Charles Monro.

La situación se había complicado con la entrada de Bulgaria en guerra al lado de los Imperios Centrales. Ahora los alemanes tenían una perfecta ruta terrestre hasta Turquía por la que podían abastecer a los otomanos con la artillería necesaria para hacer frente a los aliados establecidos en Gallipoli. El 5 de octubre de 1915 los británicos abrieron un segundo frente mediterráneo en Salónica, frente que complementaba el ya abierto en Gallipoli y que trataba de nivelar la posición ventajosa de los Imperios Centrales. Sin embargo, este movimiento no dejaba de ser más que un brindis al sol.

Dada la situación, Monro recomendó una inmediata evacuación de todas las fuerzas aliadas en Gallipoli. Después de una visita personal efectuada por el mismo Kitchener, en donde se entrevistó con los comandantes de las zonas de Helles, Suvla y Anzac, la decisión de una pronta evacuación fue ratificada.

La situación empeoró con la llegada de una gran tormenta (27 de noviembre de 1915) que se extendió durante tres días, a esta situación le siguió una gran ventisca que atenazó la zona de Suvla. La lluvia inundó las trincheras y empapó los cuerpos de los que permanecían aún insepultos en tierra de nadie. Las posteriores tormentas de nieve acabaron con muchas vidas humanas.

En Gallipoli, en ambos lados, pero particularmente para los aliados las condiciones sanitarias eran terribles, en el verano, el calor era atroz, y conjuntamente con el mal saneamiento, trajo muchas moscas, tantas que comer llegó a ser extremadamente difícil. Los cadáveres, dejados en el campo abierto, llegaron a hincharse y apestaron. Las bases aliadas precarias fueron situadas mal y los problemas llegaron rápidamente, una epidemia de disentería se extendió a través de los fosos aliados en Anzac y Helles. El otoño y el invierno trajeron la relevación del calor, pero también condujeron a los vendavales, lluvias que inundaron las trincheras y el frío y la congelación. Se estima que 145.000 soldados británicos se enfermaron o se hicieron los enfermos durante la campaña.

La tregua de Navidad
La tregua de un día fue arreglada para facilitar el retiro el de la gran cantidad de muertos y heridos de ambas partes. Este contacto momentáneo condujo a una extraña camaradería entre los hombres de ambos ejércitos y fue conocida como la Tregua de Navidad de 1915. Alan Moorehead registra que permitieron a un viejo ayudante personal turco que regularmente colgara la ropa lavada de su pelotón en el alambre de púas sin la atracción del fuego, y cita que había un “tráfico constante” de los regalos que eran lanzados a través de la tierra de nadie, del lado turco  enviaban frutas y dulces, y las latas de carne de vaca y de cigarrillos del lado Anzac de los aliados.

La evacuación de Gallipoli
Esta operación de evacuación fue, sin duda, la mejor preparada y desarrollada de toda la batalla. Se evacuaron 14 divisiones en pleno invierno. El 9 de enero de 1916 no quedaba un aliado en suelo turco, para sorpresa de los lugareños. El regreso a la madre patria fue un calvario moral para los perdedores.

Evacuación de las tropas aliadas en Gallipoli.
La evacuación comenzó en diciembre de 1915 con las tropas australianas y neozelandesas y luego, en enero de 1916, les siguieron las tropas británicas. Desde el 7 de diciembre las tropas británicas fueron reembarcadas usando toda una serie de astutas artimañas para ocultar a los otomanos que estaban evacuando la zona (construyeron toda una serie de muñecos que se asemejaban a los soldados para que los turcos siguieran pensando que había un gran contingente de soldados ingleses en las trincheras). En Anzac los soldados se mantuvieron en completo silencio por más de una hora hasta que los curiosos turcos se aventuraron a inspeccionar las trincheras, momento en que las tropas británicas abrieron fuego.

Helles fue conservada durante algún tiempo por si los británicos quisieran reanudar la ofensiva en Gallipoli. Sin embargo, la decisión de abandonar definitivamente la zona fue tomada el 27 de diciembre. Los turcos estaban avisados de la probabilidad de evacuación y montaron un ataque el 6 de enero de 1916, sin embargo su ofensiva pudo ser rechazada. Las últimas tropas británicas se retiraron de suelo otomano el 9 de enero de 1916. No hubo pérdidas humanas durante la evacuación, a pesar de las advertencias que, como hemos visto con anterioridad, había profetizado sir Ian Hamilton, que presagiaba el 50% de bajas en el reembarco.

Para la campaña de Gallipoli por mar y tierra los aliados movilizaron medio millón de hombres. Hasta la evacuación final de las tropas aliadas de Gallipoli en enero de 1916, ambos bandos perdieron más de 250.000 hombres -cada uno- entre muertos y heridos. Unos autores sostienen que los aliados sufrieron unas 220.000 bajas y dejaron gran cantidad de material bélico abandonado en las playas, mientras que los turcos perdieron 253.000 hombres, pero mantuvieron firme su posición y salvaron al país. Otros sostienen que las bajas fueron menores.

Monumento a los caídos en Çanakkale, Gallipoli.
En la campaña de Gallipoli por ejemplo, se dice que los turcos perdieron 55.801 hombres y tuvieron 140.000 heridos. Y los aliados no dan cifras totales, dicen que fueron 42.957 muertos y 97.290 heridos, los ingleses, en particular, tuvieron 21.255 muertos, los franceses 10.000, los australianos 7.594, los neozelandeses 2.701 y 1.558 fueron las tropas de la India que murieron en la campaña, no se mencionan cuántos soldados de otras colonias británicas murieron. Hay 31 cementerios de los aliados en la península de Gallipoli, hay más muertos enterrados que los que proclaman las cifras oficiales. Existen dos cementerios más de los aliados en la isla griega de Limnos, el primer en la ciudad de Moudros y el segundo en la aldea de Portianou. La isla de Limnos era la base del hospital para las fuerzas aliadas y la mayor parte de enterrados eran cientos de heridos en Gallipoli que no sobrevivieron en el hospital.

La victoria turca en Gallipoli reafirmó las aspiraciones otomanas de la consolidación de su imperio. En Mesopotamia los turcos consiguieron la rendición de una expedición inglesa y acto seguido prepararon un fuerte contingente que marchó desde Palestina hacia la península del Sinaí y cuyo objetivo no era otro más que el control del Canal de Suez y expulsar a los británicos de Egipto.

Churchill fue degradado luego
de su fracasado intento de
apoderarse de la península
de Gallipoli.
Churchill fue degradado de su puesto como primer lord del Almirantazgo. Pasó a servir entonces en el Ejército británico, con el grado de teniente coronel, en el frente francés. Volvió a formar parte del gabinete en 1917, cuando entró en el gobierno de coalición encabezado por Lloyd George, y hasta 1922 ocupó sucesivamente los ministerios de Municiones, de Guerra y de las Colonias.

La Comisión de los Dardanelos, creada en 1916 para investigar los fallos de la expedición, en su informe final entregado en 1919, concluyó diciendo que la aventura había sido mal planificada y sus dificultades subestimadas. Aunque el gobierno también salió malparado de la investigación, la cosa no pasó de ahí, cosa que es demasiado habitual cuando se trata de indagar en los desastres militares.

El teniente coronel Mustafá
Kemal tenía 34 años en Gallipoli.
Sea como fuere, en aquella lejana península turca murieron decenas de miles de hombres de ambos bandos y fueron heridos más de 237.000. Triste balance para una campaña que nunca hubiera debido iniciado.

Los soldados otomanos estaban luchando en 28 frentes de batalla. El mundo jamás había visto una cosa así antes. La flota y el ejército más poderoso arrinconó a una sola nación  y la tenacidad de las fuerzas otomanas y su victoria en Gallipoli contribuyó a devolver el prestigio militar al moribundo Imperio Otomano y constituyó todo un hito que marcó profundamente la posterior lucha por la independencia de la naciente República de Turquía frente a la ocupación de las potencias occidentales. No en vano, un audaz general otomano nacido en Tesalónica fue precisamente el encargado de la defensa de Çanakkale/Gallipoli: Mustafá Kemal. Allí se labró su fama como brillante jefe militar, un teniente de 34 años en la defensa de Gallipoli y se convirtió en todo un héroe nacional, Ataturk. Pero esa, ya es otra historia.

"Aquellos héroes que derramaron su sangre y perdieron sus vidas... Ahora descansáis en la tierra de un país amigo, así que descansad en paz. Para nosotros no hay diferencia entre los Johnnies y los Mehmets, descansan juntos aquí, en este país nuestro... Vosotras, las madres que enviasteis a vuestros hijos desde países lejanos, secad vuestras lágrimas. Vuestros hijos descansan ahora en nuestro seno, y están en paz. Tras haber perdido sus vidas en esta tierra, se han convertido también en nuestros hijos". Dice en el monumento erigido en el lugar.

3 comentarios:

  1. Sres. de la pagina: ...No puedo dejar pasar en alto de Felicitarlos por el aRTICULO ESTE PRESENTE. Espero sigan con estos informes tan completos: Presisos: Interesantes y casi olvidados por Todos.
    Sigan Asi!, Trabajando tan Dedicada y profesionalmente como hasta ahora.
    REALmente hacen un trabajo E X C E L E N T E !
    Mis respetos y Saludos.

    German de Arroyito.

    ResponderEliminar
  2. Otra paliza recibida por los imperialistas. Gallipoli resistio al imperialismo franco-británico como lo hiciera nuestra prócer Don Juan Manuel de Rosas en Argentina en la mitad del siglo XIX.

    Merece saberse también la derrota de los piratas ingleses en Cartagena de Indias (Colombia) cuando bajo los espanholes resistieron una invasión gigantesca de Inglaterra

    Felicitaciones Alberto este blog y el progama Contacto con la Cración que ustedes hacen entre lo mejor del mundo,

    Patricio (del Chat)

    ResponderEliminar
  3. Ciertamente Blas de Lezo, en Cartagena de Indias, Colombia, les infligió una seria derrota de consecuencias cómicas en UK.

    ResponderEliminar