En la ceremonia de clausura los organizadores arrancaron con puntualidad inglesa, a las 21 (las 17 en la Argentina), en el novísimo estadio Olímpico construido en Stratford en el este de Londres.
Seis construcciones emblemáticas de Londres se instalaron en el medio del estadio principal. |
A continuación, una resumida síntesis del cierre y luego que el lector saque sus propias conclusiones. El escenario en el campo central era una mini Londres, caracterizada con seis de sus monumentos más emblemáticos como el London Eye, el Tower Bridge y el Big Ben, que fue el encargado de dar el arranque con sus campanadas, a las 21 en punto.
Después de la apertura a cargo de la cantante Emeli Sandé, y de un respetuoso silencio, la ciudad despertó al ritmo de su recargado tráfico y sus miles de personas recorriéndola. Todo le abrió paso al masón príncipe Harry como figura pública de la realeza británica en el palco, junto a Jacques Rogge, Presidente del Comité Olímpico Internacional, momento en el cual todos los protagonistas que se encontraban en el escenario ondearon la bandera británica mientras sonaba el “Dios Salve a La Reina”, himno de la nación.
El recital comenzó con ingreso de la banda Madness con su emblemática "Our House". Los Pet Shop Boys, la banda juvenil One direction, Ray Davies y la espectacular performance de Stomp, un grupo de percusionistas.
Churchill recitó pasajes de La Tempestad, de William Shakespeare. |
Aparece luego el actor Timothy Spall como el ex primer ministro británico Winston Churchill que se presentó en lo alto del particular Big Ben instalado en el estadio pronunciando las palabras que dijo el personaje Calibán (el personaje es una especie de engendro deforme de rasgos animales a quien Próspero, un Duque, ha dominado por apropiarse de su tierra, una isla que habita), de la obra de Williams Shakespeare "La Tempestad", la misma en la que se inspiró Danny Boyle para la ceremonia de apertura: "No teman, la isla está llena de ruido".
Mientras tanto, una actriz que personificaba a la bruja Sícorax, madre de Calibán y dueña de la isla antes de la llegada de Próspero, sostenía en la mano un tridente de gran tamaño. El origen de la palabra tridente proviene del latín tridentis, de tri es "tres" y de la palabra dente "dientes". En la India se lo llama la trísula, que es el arma de la deidad hindú de la destrucción, Shiva, está formado por una vara finalizada en tres "dientes" o puntas. La palabra proviene del sanscrito en el cual tri quiere decir "tres" y shula significa "lanza". Entre los occidentales de la Antigüedad, debido a su uso en la pesca casi siempre se lo asocia con Poseidón, el dios de los mares. Y actualmente en la tradición cristiana se lo asocia como un instrumento perteneciente a Satán. El tridente también posee un lugar dentro de los cultos afrobrasileños, ya que es el arma de Exú, ya que simboliza lo oculto uniéndose con la tierra por medio del medium, que para los esclavos africanos es un ser similar al diablo.
Sebastián Crismanich, medalla de oro en taekwondo porta la bandera argentina. |
La entrega de medallas del maratón estuvo a cargo de Jacques Rogge, quien se encargó de dar las preseas a Stephen Kiprotich, de Uganda y los kenianos Abel Kirui y Wilson Kipsang Kiprotich, atletas que concluyeron en los tres primeros lugares de la disciplina.
Durante tres horas la bandera británica estuvo formada en el centro del estadio de Stratford. |
Ahora sí, luego de este breve intervalo deportivo, era el momento de seguir con el show masónico. A partir de entonces, el rock británico copó la escena con canciones eternas como “Imagine” (con el finado John Lennon en pantalla gigante y un coro de niños en el estadio), “Rapsodia Bohemia” (de Queen) y minutos después fue el turno de George Michael cantando, en vivo, su clásica Freedom.
Sin faltar David Bowie, con pequeños fragmentos de sus temas más exitosos, que se unieron con la moda en un desfile por la calle central del escenario de, entre otras modelos, las reconocidas Kate Moss y Naomi Campbell.
La cantante Annie Lennox, en la proa de un barco fantasma. |
La música siguió con Annie Lennox (ex Eurythmics) que apareció frente a todos en una embarcación cuando interpretaba el tema “Little Bird” (Pequeño pájaro), su éxito de 1993 que vendió 80 millones de copias. Su espectacular ingreso fue en una especie de barco fantasma con banderas y velas negras que salía de las tinieblas y, luego, con el tema “Wish you where here” (de Pink Floyd), cantado por Ed Sheeran, quien compartió el escenario con artistas como: Nick Mason (baterista de Pink Floyd), Richard Jones (The Feeling) y Mike Rutherford (guitarrista y uno de los miembros fundadores de Genesis). Mientras ellos tocaban, un hombre hacía equilibrio en una fina cuerda que colgaba por arriba del estadio y reproducía aparentemente la carátula de aquel legendario álbum terminando su recorrido por la cuerda floja dándole la mano a un maniquí que comienza a arder a la vista de todos.
Entonces, la música de los 70's con “I am the Walrus”, de The Beatles, comenzó a sonar y contó con la participación del comediante británico Russell Brand desde un autobus psicodélico.
Construyendo la pirámide. |
Casi todo en el show de clausura evocaba al número 6, por ejemplo, en el medio del estadio de Stratford, colocaron para el cierre 6 réplicas de construcciones emblemáticas de Londres, en todo el show estuvo presente una rueda con 6 vigas que la sostenían. No faltaron 303 cajas (resultando 3+0+3= 6) que fueron colocadas en el escenario mientras sonaba un remix de “Running Up That Hill” (Corre arriba de esa colina), de Kate Bush. Escenas de distintas disciplinas fueron mostradas en el acto mientras las cajas conformaban una pirámide masónica. Luego los constructores se acostaron en el suelo boca arriba. Los números seis evocan al nombre de la Marca de la Bestia, citada en Apocalipsis Cap. 12, versículo 18.
Apareció la música electrónica con Fatboy Slim (Norman Cook) que puso a bailar a los atletas con sus éxitos de 1998 Right Here, right now y The Rockafeller Skank, sentado casi dentro de un pulpo gigante transparente con una cola y 6 tentáculos (los pulpos tienen 8 tentáculos por algo se los llama octopus u octópodo), lo que demuestra que no crearon más brazos para no quebrar el número 6. ¿A qué se referían con el pulpo los organizadores?
Luego de terminar la pirámide, todos se acuestan boca arriba. |
¿Era un demoníaco ser metamórfico el pulpo situado en el medio de la bandera británica? ¿Eran los tentáculos de las sociedades secretas que gobiernan al mundo? Algún día lo sabremos.
El monstruoso pulpo de 6 brazos en la clausura de Londres 2012. |
Mientras el espectáculo continuaba desde tres autos de lujo distintos donde se sucedían también los cantantes contemporáneos Jessie J, Tinie Tempah y Taio Cruz. Luego, todos se unieron para cantar “You should be dancing” de los Bee Gees, en el centro del escenario.
Las Spice Girls se reunieron para cantar en el cierre. |
Cuando ya había pasado la mitad de la fiesta, llegó uno de los grandes momentos de la noche: las recicladas Spice Girls (Las chicas picantes), grupo inglés que brilló a finales de los 90 y luego se separó, hicieron su aparición especial para los Juegos Olímpicos en taxis negros que cambiaban sus colores por el juego de luces. Cantaron dos de sus grandes éxitos (“Wannabe” y “Spice Up Your Life”), que enloquecieron a todo el estadio. Como si eso fuera poco, desde el escenario lateral, apareció Liam Gallagher para cantar “Wonderwall”.
Después de un paso de comedia del actor Eric Idle, quien simuló ser un hombre bala con un traje futurista que iba a tirarse de un cañón, haciendo sonreír a los espectadores con su música y baile, acompañado por una coreografía. Llegó otro momento emotivo, como aquel de Lennon. Fue en el homenaje a Freddie Mercury, cuya imagen de un famoso recital en Wembley en 1986 apareció en cuatro paneles ubicados en el escenario y en las otras cinco pantallas gigantes. Eso le abrió paso a los integrantes del grupo Queen, Brian May y Roger Taylor para hacer “Brighton Rock”, junto a la increíble voz de la escultural Jessie J, como si fuera una sacerdotisa en un final a puro fuego de artificio.
La impactante Jessie J hace su aparición. |
El Ave Fénix es un ave mitológica fabulosa que vivía en los desiertos de Arabia, su aspecto era parecido al de una garza, del tamaño de un águila, y tenía 2 largas plumas a modo de cresta. Para los egipcios era como el símbolo de la inmortalidad y dios protector de los muertos, debido a que tenía una estrecha relación con el renacimiento, decían que tenía un color rojo y plumas de oro, y en su honor le dedicaron un templo en Heliópolis que fue la ciudad sagrada del Fénix, donde volvía cada 500 años para morir y renacer ya que este es su principal papel, renacer y crearse a sí mismo.
Una gigantesca Ave Fénix de 20 metros, apareció en escena. |
Luego llegaron los discursos habituales ("fueron unos Juegos felices y gloriosos", dijo el belga Jacques Roggé, transitando sus últimos días como presidente del Comité Olímpico Internacional), era el tiempo del final y en un acto espectacular, llamado “El Espíritu de la Llama”, un Ave Fénix de 20 metros realizada con tubos de neón naranjas apareció por detrás del pebetero ardiendo, mientras el grupo Take That cantaba “Rule the World” (Gobierna el mundo), The Royal Ballet y sus más de 200 bailarines realizaban una coreografía ideada por David Arnold.
Según el Dr. C. Burns: "Se considera al Fénix... una ave divina que vuelve a Egipto... Esta ave se destruye a sí misma por medio de las llamas y resucita, más tarde, de sus propias cenizas. La mayoría de ocultistas consideran que el símbolo del Fénix representa a Lucifer que fue lanzando en llamas y quien, según ellos, sera exaltado de forma triunfante". (Dr. C. Burns, Masonic and Occult Symbols Illustrated, pág. 123).
Entonces, el pebetero con sus 205 pétalos comenzó a bajar hasta extinguirse a las 23.59 (19.59 de Argentina) y la acción volvió a trasladarse hacia el otro escenario, donde la banda The Who cerró una fiesta musicalmente memorable pero que poco tuvo que ver con el deporte.
Así se vio el Estadio Olímpico cuando estallaron los fuegos artificiales clausurando la edición 2012. |
Los organizadores afirman que se cantaron 30 canciones de cuño británico pero de trascendencia mundial.
Las cosas están ahí para el que tiene ojos, es paciente y las quiere ver. Todo conecta con todo y esa evidencia no se puede negar.
Muy buena nota, no tuve el placer de verlo (por suerte).
ResponderEliminares cierto ,nos inundan con imagenes que muchos no saben que son pero es captado por el inconsiente
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