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sábado, 20 de octubre de 2012

IMPIDEN LA EXTRADICIÓN DE GARY MCKINNON, QUE DESCUBRIÓ INFORMACIÓN SECRETA SOBRE OVNIS EN COMPUTADORAS DEL GOBIERNO ESTADOUNIDENSE

Desde febrero de 2001 a marzo de 2002 entró en 97 computadoras de la Marina, de la Aviación, del Pentágono, de la Nasa, y del Ejército.

La ministra británica del Interior, Theresa May decidió bloquear la extradición del 'hacker del Pentágono', después de diez años de litigio.

El caso McKinnon se convirtió en noticia en 2002, al tratarse de la primera vez que EEUU solicitaba la extradición de un ciudadano extranjero por ataques informáticos.

Theresa May, la
ministra del
Interior británica
que bloqueó
la extradición.
Gary McKinnon, lleva luchando 10 años contra su extradición a EEUU, fue arrestado después de que le acusaran de acceder ilegalmente a decenas de ordenadores, incluidos del Pentágono y la NASA.

El 16 de octubre de este año, la ministra británica del Interior, Theresa May, ha bloqueado la extradición de Gary McKinnon, conocido como el 'hacker' del Pentágono y reclamado desde hace años por EEUU, por motivos de salud y para garantizar la salvaguarda de sus derechos.

El Reino Unido había dado luz verde a su extradición ya en 2006, una decisión que más tarde confirmó el entonces ministro británico del Interior, John Reid, quien firmó la orden.

Pero durante los últimos seis años hubo varios recursos que habían aplazado la decisión final. Los abogados del acusado han argumentado desde hace años que la extradición de McKinnon, al que se le ha diagnosticado el síndrome de Asperger -una forma de autismo-, supondría un daño a su salud, aunque las autoridades de EEUU han garantizado en ocasiones anteriores que sus necesidades serán tenidas en cuenta.
McKinnon consiguió acceder a los ordenadores de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), el Ejército, la Marina, el Departamento de Defensa y la Fuerza Aérea entre febrero de 2001 y marzo de 2002, es decir, en los meses previos y posteriores a los atentados del 11 de septiembre de 2001.

El conocido como 'hacker del Pentágono' había admitido con anterioridad que había accedido desde su ordenador doméstico en Londres a los ordenadores del Gobierno de EEUU, pero negó haber causado ningún daño.

Obsesionado por la informática y los ovnis
Gary McKinnon, está acusado por los Estados Unidos de haber perpetrado «el mayor asalto informático a un sistema militar de todos los tiempos».

McKinnon, nació en Glasgow, Escocia, el 10 de febrero de 1966, tuvo su primer ordenador a los 14 años y desde entonces ha sido un apasionado de esos aparatos. McKinnon (alias 'Solo') decidió utilizar sus habilidades para llevar a cabo una "investigación" sobre un asunto del que está firmemente convencido: que el Gobierno estadounidense está ocultando información sobre los ovnis.

Autodidacto y aficionado a las historias de platillos volantes, McKinnon tuvo su primer ordenador a los 14 años y desde entonces ha sido un apasionado de esos aparatos. Dejó el colegio con 17 años y tras varios empleos, en los primeros años de la década de los `90, alentado por algunos amigos, se anotó en un curso de informática, pero lo abandonó porque, según dijo en una entrevista, no era bueno con los números. Aún así reconoce que si lo ponen frente a 20 programadores de PC, con diploma, él es mejor con todos ellos juntos, sin tener un título.

Según ha contado, en 1995, cuando tenía ya 29 años, empezó sus actividades sistemáticas como hacker pero él no reconoce ser un cracker o pirata informático, cuyo objetivo es sabotear o robar información. Él buscaba información para que sea conocida por todos.

A finales de 1999, McKinnon decidió utilizar sus habilidades para llevar a cabo una "investigación" sobre un asunto del que está firmemente convencido: que el gobierno estadounidense está ocultando información sobre los OVNI. Afirma: "Creo en los ovnis. Mi padrastro me contaba historias de cuando él vio uno". McKinnon con 15 años de edad se hizo miembro de BUFORA (Bristish UFO Research Association), la organización británica que estudia los ovnis. Finalmente decidió constatar por sí mismo, si el gobierno norteamericano ocultaba información a la humanidad. Entre café y trasnochar, el muchacho pasó noches en vela escudriñando entre los documentos online publicados por el Pentágono y la NASA pero se daba cuenta que todo tendía a calmar a la gente y no se informaba casi nada.

Buscando y buscando, descubre que el sistema informático del emporio militar más poderoso del mundo, no era tan seguro como decían y pasa lo impensable: Usando apenas una conexión de 56 Kbps desde su hogar, sin tener banda ancha, logró meterse, a punta de teclado y mouse, en el sistema interno de computadoras del Pentágono. Entraba generalmente de noche en computadoras que estuvieran encendidas, tomaba control del mouse y revisaba los archivos confidenciales al azar. Pero su investigación, acabó convirtiéndose en una obsesión: perdió su trabajo y su novia lo dejó. "Hubo un momento en que dejé de ducharme. No me cuidaba, no comía adecuadamente. Estaba todo el día sentado en casa en pijama, accediendo a los ordenadores de EE.UU. toda la noche", explica.

Confiesa que en el 99 % de las incursiones perdió el tiempo porque buscaba carpetas con palabras claves y hoy sospecha que la mayor información debía estar oculta en archivos con nombres insignificantes. Aún así, descubrió carpetas donde se explicaban “energías de propulsión alternativas”, leyó otra carpeta donde se mencionaba la tecnología Ovni”, y el “uso de motores anti gravedad”. “Parece ser que habían capturado Ovnis y que a partir de estos se había realizado ingeniería inversa”, dice. Sobre esta tecnología oculta que utilizan los Ovnis declaró: “Hay personas que no pueden pagar la luz y el gas, hay países que son invadidos por las reservas de petróleo y, mientras tanto se esconden sistemas gratuitos de energía”.

Hay una flota espacial que nos ocultan
Otra carpeta que descubrió una noche decía “tripulantes no terrestres de la flota”, conteniendo una serie de nombres, y una lista de nombres de naves que no figuran en ningún catálogo oficial de la Marina y un registro de movimiento de mercaderías entre nave y nave. Otro hallazgo fue cuando abrió una carpeta que decía “Fotos de la flota”, donde hizo clic en la primera foto y apareció en la parte superior, el planeta Tierra y en el centro de la imagen una nave espacial con forma de cigarro con cúpulas simétricas a cierta distancia unas de otras. El aparato no tenía remaches.

Cuando se descubre el hecho por el Departamento de delitos tecnológicos del Reino Unido, envió a la Unidad Nacional de Crímenes de Alta Tecnología y detuvo al internauta en su casa del barrio de Wood Green, Londres, el 19 de marzo de 2002.

McKinnon fue arrestado bajo la «ley de uso indebido de computadoras» (Nota: Computer Misuse Act) por la unidad de delitos tecnológicos británica en 2002, y más tarde en ese año fue inculpado por el gobierno de los Estados Unidos. Permaneció en libertad condicional, y durante ese periodo debía presentarse en las oficinas policiales cada tarde y estar en casa cada noche. Además se le prohibió el uso de una computadora con acceso a internet. No ha habido desarrollos posteriores en relación a los cargos por los que se le acusa en el Reino Unido, pero los Estados Unidos comenzaron en 2005 los trámites formales para su extradición.

Gary McKinnon se metió en
97 computadoras sin
contraseña.
La justicia estadounidense solicitó su extradición a los EE.UU. Los cargos que se le imputan: "asaltar" 97 computadoras de la marina, de la aviación, del Pentágono, de la Nasa, del ejército y haber ocasionado pérdidas por unos 700.000 dólares, que no es cualquier cosa. Lamentándose comenta Gary: "Me hicieron siete cargos, cada uno con 10 años de prisión. La acusación más seria era “colapsar toda la red militar de Washington”. Tal acusación suena desproporcionada, al igual que la medida de extradición. En todo caso quienes merecerían cárcel serían los jefes del Pentágono por incapaces e ineptos, y los contratistas en informática de las agencias de inteligencia que cobran millones de los impuestos de los ciudadanos del Norte por la seguridad del Imperio.

En Febrero de 2007, el tribunal supremo británico falló que McKinnon podría ser extraditado a EE.UU, por lo que su abogada elevó una apelación ante la última instancia judicial posible, la Cámara de los Lores. En agosto de 2008, la Cámara de los Lores presentó su conclusión, que autoriza la extradición.

Estados Unidos invocaba la ley antiterrorista al procesar a McKinnon. Esta situación podría enviar al escocés, a prisión por el resto de su vida. Lo acusan de entrar a 97 computadoras estadounidenses tanto militares como de la NASA durante 2001 y 2002. Las redes que presuntamente penetró incluyen redes propiedad de la NASA, del ejército estadounidense, de la marina estadounidense, del departamento de defensa estadounidense y de las fuerzas aéreas estadounidenses, así como una perteneciente al Pentágono. Las estimaciones de los Estados Unidos afirman que los costes de seguimiento y corrección de los problemas que se generaron y de los que Gary McKinnon es acusado rondan los 700.000 dólares estadounidenses.

Gary McKinnon si era extraditado le podían dar entre 60 y 70 años de cárcel y deberá pagar una multa de 2 millones de dólares por intrusión informática en el período de febrero de 2001 a marzo de 2002.

Gary McKinnon en 2006. Uno de los
archivos que leyó decía: "Tripulantes
no terrestres de la flota".
McKinnon admite haber realizado las intrusiones de las que se le acusa. Sin embargo, cuestiona el calificativo de “terrorista” con que se le ha tratado luego de penetrar los sistemas militares estadounidenses. McKinnon fue detenido en 2002 y confesó haber entrado en los sistemas del Pentágono, el Ejército, la Marina, el Departamento de Defensa, la Fuerza Aérea  y de la NASA, entre febrero de 2001 y marzo de 2002; es decir, en los meses previos y posteriores a los atentados del 11 de septiembre, con lo cual McKinnon demostró la vulnerabilidad de los Estados Unidos, aún después de los atentados.

Gary explicó que su única intención había sido encontrar información sobre ovnis y proyectos de energías ocultas y que no arruinó ningún sistema, ya que no deseaba que se supiera que estaba hurgando en expedientes secretos. La abogada de McKinnon, Karen Todner, ha intentado por todos los medios que su cliente no sea extraditado a EE.UU., y mostró su disconformidad con la decisión de la Cámara de los Lores. Tras lo cual, apeló al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en la ciudad de Estrasburgo, con el fin de evitar la extradición y el tribunal Europeo le dio la espalda. Desestimó la apelación y autorizó en agosto de 2009 la extradición del internauta Gary McKinnon a los Estados Unidos por haber "incursionado" en computadoras del Gobierno.

Curiosamente, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos  autoriza, la extradición de Gary. ¡Un tribunal europeo de Derechos Humanos, extradita a un ciudadano británico para que lo juzgue el gobierno más violador de Derechos Humanos de todo el planeta!

Gary McKinnon seguirá en
Londres por el momento.
La abogada pidió entonces la intervención de la ministra británica de Interior. Como consecuencia de este fallo, y la ministra del Interior Theresa May bloqueó el 16 de octubre de 2012 la extradición que fue aplaudida por miles de manifestantes.

Su caso se convirtió en causa célebre, se creó un comité de solidaridad llamado FreeGary y organizaciones defensoras de las libertades individuales, como Liberty, le dieron su apoyo. Muchas voces de famosos se alzaron defendiendo a McKinnon, entre ellas el cantante Sting, la actriz Julie Christie, el cantante Peter Gabriel, Trudie Styler, David Gilmour, Graham Nash, The Proclaimers, Bob Geldof, Chrissie Hynde, David Cameron, Boris Johnson (alcalde de Londres), Stephen Fry, Jonathan Ross, Terry Waite, Tony Benn, el grupo de rock Marillion y muchas asociaciones británicas.

En una entrevista televisada por la BBC, McKinnon alegó que pudo acceder a redes militares tan sólo usando un script en Perl que buscaba contraseñas que tuvieran cero caracteres; en otras palabras, dice que encontró 5000 computadoras en esas redes que no tenían ninguna contraseña activada, y que le llevaría toda la vida revisarlas. Por ende, el no violó ningún sistema, sino que le dejaron la puerta abierta. Además le tenían que estar agradecidos por encontrar esa falla de seguridad, ya que si él lo hizo inocentemente, otros lo debían estar haciendo también pero no fueron descubiertos.

Al escocés McKinnon si lo extraditan le esperan un sinnúmero de torturas, padecimientos y una cárcel de máxima seguridad por haber demostrado cuán cínico es el Imperio al justificar los miles de millones de dólares gastados en la "seguridad nacional" y que no les alcanzan ni para proteger su propio sitio web.

McKinnon, dice: "Creo que hay naves espaciales, de las que la sociedad no tiene conocimiento", explicó en una entrevista a la cadena británica BBC, que figura en Youtube, subtitulada en español y dividida en seis partes. El internauta pensó que sería juzgado en el Reino Unido y condenado como máximo a tres o cuatro años de prisión. Pero EE.UU. decidió presentar cargos contra él, McKinnon asegura que su intención no fue nunca perjudicar la seguridad de EE.UU, y describe como accedió a la red militar de ordenadores, con qué sistemas operativos se encontró y otros detalles que dejan humillada a la seguridad del país más poderoso del mundo.

Afirma que entró al sistema de seguridad con un programa escrito en Perl, el cual permitía localizar contraseñas válidas para 65.000 máquinas, apenas en ocho minutos con una técnica que desarrolló. Dice que tenía cuidado sobre las horas que entraba. Hacerlo por la noche no es muy seguro, ya que es cuando puede haber más vigilancia, pese a que parezca lo contrario. Hubo una ocasión en que un ingeniero de la red lo descubrió y le preguntó que estaba haciendo ahí y le respondió que formaba parte del departamento de seguridad informática, y le creyó. Tras lo cual pasó muchos meses buscando la verdad  sobre los Ovnis.

En Gran Bretaña, McKinnon tiene una prohibición de usar Internet. Adicionalmente, tiene la obligación de presentarse regularmente a firmar en un cuartel policial. McKinnon ha asegurado que lo que hizo fue "sencillo e inocente". Sostiene que logró controlar los sistemas militares estadounidense debido a que estos usaban Windows en servidores expuestos. La seguridad TI del Pentágono tiene un estándar extremadamente bajo. En una entrevista con la BBC, McKinnon dijo: "solo entré por puertas que estaban abiertas". En todo momento se ha negado a la extradición y pide ser procesado en Gran Bretaña. En ningún momento se ha cuestionado que McKinnon estaba sentado frente a su PC en Gran Bretaña cuando vulneró los sistemas estadounidenses.

El caso tiene fuertes ribetes políticos en Gran Bretaña, debido al descontento que causa el acuerdo de extradición con Estados Unidos. El acuerdo es considerado por muchos como unilateral, debido a que la experiencia con los estadounidenses es que los ciudadanos de ese país que delinquen en Gran Bretaña prácticamente nunca son extraditados, mientras que los británicos que delinquen contra EE.UU. son extraditados rápidamente.

Gary McKinnon tiene una página dedicada a él titulada: freegary.org.uk

Existe además una red de partidarios, denominada “Free Gary McKinnon" (Liberen a Gary McKinnon), donde se pide su liberación, y en todo caso que no sea extraditado a Estados Unidos sino que sea juzgado en Gran Bretaña.

Su abogada, Karen Todner afirma que debería ser encausado en el Reino Unido, su principal argumento es que los delitos fueron cometidos allí y no en los EE.UU. McKinnon sostiene que, por lo menos, los norteamericanos deberían proporcionar evidencias para extraditarlo y no lo han hecho.

Video con una entrevista a McKinnon
Kerry Cassidy del Proyecto Camelot entrevistó en Londres a Gary McKinnon. El hacker deja en claro que la verdadera razón por la que los norteamericanos quieren extraditarlo, no es por ningún daño que él haya causado, ya que de hecho no hubo ninguno. Lo están procesando por lo que pueda haber visto. Específicamente, documentos revelando una lista de Oficiales No-Terrestres y operaciones de carga fuera de este mundo en algún lugar en el espacio, apuntando a la posibilidad de que se den actividades militares en relación a otros planetas.

Tal posibilidad tiene que ser alucinante para una persona corriente que apenas llega a comprender que quizás realmente haya extraterrestres de otros mundos interactuando con la Tierra y sus gobiernos en la vecindad de nuestro sistema solar. Clave para todo el tema de la extradición es el asunto de que no se requerían contraseñas para entrar y acceder a este material confidencial y que un relativamente hacker no profesional, autodidacta aunque brillante, sería capaz, con un modem Dial-up, obtener acceso top secret a archivos de la NASA y lugares tan sacrosantos como el Pentágono. Lo peor de todo es que agentes de otras potencias podían acceder secretamente a esas computadoras tan fácilmente como lo hizo Gary.


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