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jueves, 25 de octubre de 2012

DESCUBREN UNA CIUDAD SUMERGIDA CERCA DE LAS ISLAS BERMUDAS

Un grupo de científicos aseguró haber descubierto las ruinas de una ciudad sumergida en el vértice del denominado Triángulo de las Bermudas.

Los investigadores, encabezados por el canadiense Paul Weinzweig y su esposa polaca Paulina Zelitsky, ingeniera naval, encontraron mediante un robot los restos de una ciudad, ubicada a unos 700 metros de profundidad, hacia el norte de las costas orientales de Cuba.

Afirman los descubridores que las ruinas
submarinas ya habían sido investigadas por
submarinos nucleares norteamericanos
en 1962. Todo fue secreto de Estado.
Las imágenes captadas muestran construcciones monumentales, entre ellas, cuatro pirámides gigantes, una de ellas de un material semitransparente, así como una esfinge y varios monolitos grabados.

"Es asombroso. Lo que observamos en las imágenes en alta resolución del sonar son llanuras interminables de arena blanca y en el medio de esta bella arena se aprecian claramente diseños arquitectónicos hechos por el hombre. Es como cuando sobrevuelas un proyecto urbano en avión y ves las autopistas, túneles y edificios", afirmó Zelitsky a los medios periodísticos.

En opinión del científico, el complejo pertenece a un período preclásico de la historia del Caribe y de América Central, poblado por "una civilización avanzada, similar a la cultura de Teotihuacán".

Los investigadores señalaron que esa ciudad hundida fue descubierta inicialmente por submarinos nucleares de Estados Unidos, en el año 1962 y agregaron que el sitio inmediatamente fue cerrado y se tomó su control y el de los objetos.

En opinión de los descubridores, el complejo pertenece a un período preclásico de la historia del Caribe y de América Central, poblado por "una civilización avanzada, similar a la cultura de Teotihuacán".

Quienes son los descubridores
Paulina Zelitsky nació en Polonia y estudió ingeniería en la Unión Soviética. Durante la Guerra fría se le asignó un trabajo en una base secreta submarina en Cuba.

Luego se radicó en Canadá donde conoció a un empresario y hombre de negocios Paul Weinzweig que sería su esposo. Actualmente la pareja dirige la compañía llamada Advanced Digital Communications, o ADC, con oficinas en Victoria, Columbia Británica y en La Habana, Cuba. La especialidad de la empresa es la exploración oceánica.

Paulina Zelitsky y su
equipo ya llevan
 descubiertas dos
ciudades sumergidas.
La pareja ya había encontrado entre el año 2000 y el 2001 otra ciudad sumergida a unos 2.200 pies en la costa occidental de Cuba. Paulina Zelitzky dice que su trabajo se obstaculizó, debido a que no pudieron encontrar fondos suficientes para la creación de un robot sumergible. Ahora tienen el robot pero necesitan al menos 2 millones de dólares para explorar las construcciones sumergidas.

Paul Weinzweig y Paulina Zelitsky distribuyeron una gran cantidad de imágenes y datos computarizados de alta resolución, que muestran pirámides en tres dimensiones perfectamente lisas, descubiertas, cuya superficie está libre de residuos, algas o grietas.

Con el tiempo y la suerte, un estudio más detallado proporcionará respuestas que por el momento son difíciles de imaginar. Los descubridores, tras procesar los datos, han llegado a la conclusión de que la superficie de esta pirámide debe de ser perfectamente lisa, para tener esa apariencia de vidrio o hielo.

Varios estudiosos que vieron las fotos sostienen que los edificios y la pirámide en el fondo del mar pudieron haber sido inicialmente edificados sobre la tierra de un continente o isla, al que un devastador terremoto sacudió y cambió su paisaje por completo.

Qué opinan los entendidos sobre estos hallazgos
El cubano Manuel Iturralde, geólogo marino, estima que estas estructuras “son extremadamente inusuales para ser naturales”, y agrega “Me resulta muy difícil explicar el punto de vista geológico", añadió, después de una larga entrevista en La Habana. Iturralde, que trabaja en el Museo Nacional de Historia Natural de La Habana, también estudió las estructuras descubiertas en el año 2001 en el oeste de Cuba, un enigma de piedras graníticas con forma y pulido geométricos. Las estructuras que se asemejan a las pirámides egipcias, caminos y otras estructuras, son más de 600 metros de profundidad en un área de 20 kilómetros cuadrados.

Estas extrañas estructuras piramidales submarinas que se encuentran a una profundidad de dos mil metros fueron identificadas mediante la ayuda de un sonar. Se destaca una gran pirámide sobre el fondo del mar. La longitud de la base de esta pirámide alcanzaría los 300 metros, 200 metros de altura, y la distancia desde la base hasta la punta de la pirámide es de unos 100 metros por encima del fondo del mar. Según los estudios preliminares muestran que la estructura sería de vidrio o de un material similar al vidrio, ya que es completamente lisa y en parte translúcida.

"Son extremadamente inusuales para ser
naturales", opinó el geólogo cubano
Manuel Iturralde, del Museo de
Historia Natural de La Habana.
En lo que respecta a su tamaño, esta pirámide recién re-descubierta sería de mayores dimensiones que las pirámides del antiguo Egipto. En la cima de la pirámide hay dos agujeros muy grandes, a través del segundo de ellos el agua del mar fluye a gran velocidad, creando furiosas olas que a su vez forman un vórtice gigante, responsable de la oleada masiva de las aguas de su alrededor, y de la bruma en la superficie del mar.

“Esto no me parece muy realista”, dijo Calvin Jones, de la División estatal de Recursos Históricos de la Florida. “Mantengo siempre la mente abierta ya que siempre aprendemos cosas nuevas. Pero la idea de una estructura piramidal, y mucho menos hecha de vidrio, bajo más de 10 pies de agua - las posibilidades son de alrededor una en un millón”, afirmó Jones.

Otros investigadores de mente más abierta afirman que se trata de un hallazgo arqueológico genuino. Por ende, la pirámide tendría que haber sido construida entre el año 10.000 antes de Cristo, cuando la plataforma continental no estaba cubierta por agua.

Muchos científicos escépticos consideran
estas ruinas submarinas como accidentes
geológicos naturales.
El Profesor Glen Doran, antropólogo de la Universidad Estatal de Florida, dijo que las pirámides más primitivas del Oriente próximo datan de alrededor del 4.000 a.C. y que todas las pirámides del Nuevo Mundo son posteriores al 1 d.C. Por lo tanto cualquier estructura de ese tipo que se encuentre frente a las costas de la Florida sería más antigua que todas las conocidas.

Muchos científicos escépticos consideran estas ruinas como accidentes geológicos submarinos. Algunos arqueólogos europeos indicaron que las rocas, encontradas en julio de 2000 por la pareja, son una formación natural de caliza.

Uno de los primeros descubrimientos arqueológicos submarinos el Caribe fue en las islas Bimini cuando se encontró la Muralla de Bimini. También  se le conoce como el “camino de Bimini”, es una estructura de enormes bloques de piedra caliza (material presente en los continentes no en los océanos), sumergida en el mar cerca de las islas Bimini en las Bahamas. Los bloques son de forma rectangular y planos, formando un pavimento o muro caído de unos 800 metros, aproximadamente.    

Las piedras que forman el camino o muralla
de Bimini recuerdan a las construcciones
ciclópeas en distintas partes del mundo.
Este muro o camino fue descubierto por el Dr. J. Manson Valentine,  en 1968, Dr. J. Manson Valentine junto con el submarinista Jacques Mayol, Harold Climo y Robert Angove, mientras realizaban una inmersión en la costa noroeste de Bimini. Las rocas de Bimini forman una gigantesca muralla o un camino  de grandes adoquines,  de unos  10 metros de ancho, Bimini se encuentra en el  océano Atlántico, próximas al llamado “Triangulo de las Bermudas”. Lo más destacable de la muralla es el tamaño gigantesco de los bloques, lo que dificulta su manipulación manual, sin ningún tipo de maquinaria, además se asemejan  extrañamente a las construcciones pétreas de Perú, a las columnas de Stonehenge y a las murallas ciclópeas de  la Grecia de Minos.

En 1970 cuando el Dr. Ray Brown en el fondo marino frente a las Bahamas, acompañado por 4 buzos hallaron caminos, cúpulas, edificios rectangulares, instrumentos metálicos no identificados, y una estatua que sostenía un “misterioso” cristal que contenía pirámides en miniatura. Los dispositivos de metal y cristales fueron llevados a la Florida para ser analizados en una universidad allí. Se descubrió que el cristal amplificaba la energía que lo atravesaba.

Ray Brown, era un médico naturópata de Mesa, Arizona, fue a bucear con unos amigos a las islas de Bari en las Bahamas, cerca de una zona popular conocida como la Lengua del Océano (esto fue representado en el programa de televisión “In Search Of Atlantis”, realizado en 1979). Durante una de sus inmersiones, Brown se separó de sus amigos, y mientras los buscaba, se sorprendió al encontrarse con una extraña forma de pirámide reflejada en la luz aquamarina.

Foto submarina de la pirámide
transparente hallada cerca de las
Islas Bahamas.
Al investigar más a fondo, a Brown le sorprendió la suavidad y lo parecida a un espejo que era la superficie de toda la estructura, con juntas casi imperceptibles entre los bloques individuales. Nadando alrededor de la piedra angular, Brown descubrió una entrada y decidió explorar el interior. Al pasar por un pasillo estrecho, Brown finalmente llegó a una sala rectangular pequeña con un techo en forma de pirámide. Le asombró totalmente que en las paredes internas de la sala no habían crecido ni algas ni corales. ¡Estaban completamente impecables!

Además, a pesar de que Brown no había llevado ninguna linterna con él, podía verlo todo en la habitación a simple vista. La habitación estaba bien iluminada, pero no se veía ninguna fuente de luz directa. Llamó la atención de Brown una varilla metálica de color latón de tres pulgadas de diámetro que colgaba desde el vértice del centro de la habitación y en cuyo final estaba atada una gema roja de múltiples facetas, afilada, que terminaba en una punta. Directamente debajo de esta varilla y de la gema, en el centro de la habitación, se encontraba una base de piedra labrada, rematada por una placa de piedra con bordes enrollados. En el plato había un par de manos talladas de metal color bronce, de tamaño natural, que parecían ennegrecidas y quemadas, como si hubieran sido expuestas a un tremendo calor. Cobijado en las manos, y situado a cuatro pies directamente debajo de la punta de la joya colgada de la barra del techo, había una esfera de cristal de cuatro pulgadas de diámetro. Brown trató de aflojar la varilla del techo y la gema preciosa roja, pero nada se movía. Volviendo a la esfera de cristal, se encontró, para su sorpresa, con que se separaba fácilmente de los receptáculos de mano de bronce. Con la esfera de cristal en su mano derecha, salió de la pirámide. Cuando salió, Brown dice que sintió una presencia invisible y oyó una voz que le decía que nunca volviera.

Una columna que irradiaba energía fue encontrada en 1975 por el arqueólogo David Zink (1927-2008), en las Bahamas. Zink (profesor en la Academia de la Fuerza Aérea en Colorado y en la Universidad de Lamar en Texas, EE.UU.) también recogió otros artefactos durante sus inmersiones en la Atlántida, y fue entrevistado por Steve Forsberg, agente de Mind International que visitó las ruinas submarinas en 1982. Zink encontró columnas, pilares, plataformas, muros y calles. Tras analizar la erosión en la roca lo dató y fijó una edad de más de 30.000 años.

El oceanógrafo Jacques Costeau las filmó y  realizó un documental en el que se observaban muy bien las losas perfectamente trabajadas y pulidas, encajadas milimétricamente, las bases firmes y soportando columnas, esto le llevó a pensar que no eran formaciones caprichosas de origen natural, como él mismo pensaba antes de realizar este documental, ya que esta ha sido durante muchos años la “versión oficial”.       

Detección de las construcciones bajo las
aguas del mar Caribe.
En 1977 se hizo un descubrimiento misterioso en el suelo del Atlántico en relación con una tecnología desconocida. Se trata de una pirámide de 650 pies, misteriosamente iluminada, rodeada por agua blanca centelleante, que se volvía de color verde intenso, un contraste chocante con las aguas negras oscuras de esa profundidad. El descubrimiento fue fotografiado por la expedición de Arl Marahall, fuera de las costas de Cayo Sal, Bahamas.

En el año de 2005, la misma expedición que estudió el puerto sumergido de Bimini, descubriendo que existieron dos antiguas bahías fuera de la actual isla de Bimini, en la que participaron el arqueólogo William Donato y los Doctores Dora y Gregory Little, inspeccionó estructuras submarinas que habrían definido el borde de las aguas en un tiempo remoto. Identificó círculos que estaban formados, algunos de ellos, por grandes bloques de piedra apilados en forma circular mientras que a otros los formaban grandes bloques rectangulares alineados en forma circular y dejando el espacio del centro vacío. En el espacio entre los círculos, cientos de pequeñas piedras planas cubrían el suelo. Calzadas debajo de algunos de los grandes bloques asociados a los círculos se descubrieron erosionadas vigas de madera con bordes rectos y planos. Se encontraron también varias anclas de piedra, que variaban desde la forma circular con un orificio en el centro, hasta otras con forma de cuña y múltiples orificios; todas ellas mostraban notable semejanza con anclas recuperadas en antiguos puertos del Mediterráneo.

Posteriormente el equipo pudo relacionar estos hallazgos con ruinas costeras presentes, nuevamente, en el Mediterráneo. Descubrieron que algunos puertos de aquel mar utilizaban “círculos de anclaje”, que se construían afuera del área del puerto principal para alojar a los barcos que iban sólo de paso o que no podían entrar al puerto. Estos círculos de anclaje resultan semejantes al antiguo puerto de Cosa, en Italia, presenta estructuras muy similares, además de que en este puerto se hallaron cilindros prácticamente idénticos a los descubiertos en Bimini. Los cilindros recuperados en Cosa son de dos tipos, hechos de mármol acanalado, o bien, de un tipo de cemento como el que Harrison describió en su informe, y que he comentado en la entrada anterior de este blog. Análisis químicos han mostrado que algunos cementos de la antigüedad utilizados por griegos y romanos incluían materiales como el cuarzo y el carbón de piedra.

Estos hallazgos submarinos revolucionan
todos nuestros conocimientos acerca de la 
prehistoria enseñados por la "Ciencia oficial".
Durante los años de 2005 y 2010, los mismos investigadores que inspeccionaros estos sitios, los doctores Little y William Donato, entre otros, visitaron otras tres áreas en el mar Caribe, entre Cuba y la Florida, en las que se habían reportado avistamientos de formaciones sumergidas de apariencia no natural. A una distancia de unos 7 kilómetros de la costa oeste de Bimini y a unos treinta metros de profundidad, se halló la que se ha dado a llamar como El Área de los Rectángulos; una zona de aproximadamente una milla de largo y 60 metros de ancho conformada por alrededor de 50 rectángulos paralelos de una longitud de los 3 a los 13 metros por lado. A una distancia de unos 180 kilómetros de Bimini, cerca de la isla de Andros, se encontró una estructura de aspecto y construcción muy parecida al llamado Muro, o mejor dicho, Puerto de Bimini y a la misma profundidad. Más al sur, a 400 kilómetros de Bimini y a unos 40 de la isla de Cuba, cerca de la costa de la isla de Anguila, se halló otra formación también muy similar al Puerto de Bimini, la cual yace junto a un rectángulo, de lados uniformes, de unos 4.5 x 6 metros y unos 2.5 metros de altura y también a la misma profundidad. Las exploraciones en  estos sitios aún no han sido tan exhaustivas como en el caso del Puerto de Bimini, sin embargo quienes las han realizado indican que es claro que se trata de construcciones humanas.

Aunque las exploraciones en estos tres últimos sitios quizá aún no puedan tomarse como concluyentes, ciertamente señalan la necesidad de mayores investigaciones que puedan precisar el origen de todas estas formaciones. Resalta además el hecho de que el Puerto de Bimini, la llamada Plataforma de Andros y el llamado Arco de Anguila muestran notables semejanzas en su forma además de estar las tres casi a la misma profundidad, hechos que indicarían una misma filiación cultural entre todas ellas. Más allá de la existencia de las ruinas, la presencia en varias de ellas de antiguas anclas de idéntica manufactura a las utilizadas por los pueblos que navegaron el Mediterráneo en la antigüedad constituye otra prueba de que se trata de sitios arqueológicos auténticos y que apunta a una conexión con aquel mar norafricano y europeo. La posibilidad de que estos objetos hubieran sido llevados como lastre y arrojados al mar por barcos en tiempos posteriores al Descubrimiento de América se antoja remota, dada la semejanza entre todos ellos, su notable antigüedad y la ausencia de cualquier otro tipo de objetos pesados que también pudieran haber sido transportados como lastre; además de que todas estas anclas se hallan justo en el área de las estructuras descubiertas, que además se relacionan culturalmente con ellas, siendo evidente que cumplen un papel afín con su entorno arqueológico.

Paulina Zelitsky observando la pirámide
sumergida cerca de las Bahamas.
Respecto a todos estos hallazgos, hay que considerar que se ubican en al menos tres diferentes niveles de profundidad. Aunque lo que la ciencia puede afirmar con certeza acerca de los niveles de las aguas marinas en el pasado remoto no es aún de una precisión exacta, se ha planteado que el Área de los Rectángulos, a unos 30 metros de profundidad, podría hallarse al borde de la que habría sido la línea costera alrededor del año 10.000 a.C., según datos de la Universidad del Estado de Florida. Las tres formaciones en Bimini, Andros y Anguila, con apariencia de puertos y diques costeros, todas ellas a una profundidad cercana a los 5 metros, estarían al nivel que habría tenido la superficie marítima en algún tiempo anterior al año 5.000 a.C.

De corroborarse la manufactura humana de todos los hallazgos submarinos nos hallaríamos ya ante una vasta evidencia de la existencia de una antigua cultura. Se trata de hallazgos que revolucionan todo nuestro conocimiento de la prehistoria. Es verdad que la investigación al respecto apenas comienza, sin embargo ya ha surgido la resistencia, la negación y el descredito por parte de la comunidad científica institucional que, en este caso, ya ha dado muestras de estar cerrada a todo lo que contradiga su postura respecto al pasado del hombre. La postura escéptica se ha expresado ya, y no obstante su pretendido carácter cientificista, ha recurrido ella misma al rechazo y a la negación obstinada de datos duros y contundentes, todo con tal de hacer prevalecer una idea del pasado que para ellos resulta incontrovertible y definitiva.

Robot utilizado en la expedición de Zelitsky.
Para la "Ciencia oficial" ¡nunca existió una civilización en el pasado que sea más adelantada que la actual! Faltando al método científico ante todos los descubrimientos en todo el globo que demuestran que no somos los primeros, rechazando las evidencias, ridiculizándolas, con tal de negar lo innegable. La comunidad científica en su mayoría se ha cerrado a la posibilidad de que los actuales conocimientos sobre la prehistoria sean rectificados. La rectificación y avance del conocimiento son rasgos necesarios de la verdadera ciencia, sin embargo ahora toda una hueste de académicos profesionales parecen olvidarse de ello ignorando el caso y tachando a quienes contradicen su postura de fanáticos de la Nueva Era, u otros términos por el estilo.

Sin duda el caso es de una importancia trascendental pues los descubrimientos en el Caribe trastornan toda nuestra idea del pasado de América, así como del Viejo Mundo, pues además de la presencia Mediterránea en el Nuevo Mundo, de confirmarse la antigüedad de los niveles costeros en los que se hallan, estaríamos ante monumentos de una enorme antigüedad y que, a pesar de su similitud con restos arqueológicos mediterráneos, no concordarían con las fechas estimadas para el surgimiento de las antiguas culturas de aquel mar.

Como durante el extenso período glacial (de 110 a 11 milenios atrás) el nivel de los mares era más bajo del actual hasta 160 metros (según algunos climatólogos, hasta 200 metros), se puede proponer que probables civilizaciones ante-diluvianas se desarrollaron en lugares costeros que hoy están completamente sumergidos bajo las aguas marinas.

La "Ciencia oficial" se niega a reconocer
que una gran civilización existió en la
noche de los tiempos.
Muchos investigadores sostienen que todos los descubrimientos antes citados pueden tratarse del último vestigio del continente descrito por Platón y que se llamaba Atlántida. Esto refuerza la teoría del “octavo continente”, que ocupó aquel lugar, presuntamente, antes del gran cataclismo en el año 9000 u 8.000 a.C. Se cree que desapareció por una inundación, un gran terremoto o una erupción volcánica. De ahí habrían partido los últimos supervivientes de aquella humanidad a lugares tan dispares como el Mar Mediterráneo, Centroamérica, Egipto, India o las costas de China y Japón.

Este gran cataclismo probablemente  sucedió cuando se descongelaron los grandes Glaciares que hicieron subir alrededor de 200 metros el nivel de los mares, ahogando a todos los habitantes de las zonas costeras. Otra teoría es la de un gran terremoto.       

Con Google Earth se pueden ver las pirámides sumergidas en el límite del Triángulo de Bermudas, que siempre estuvieron allí 32°29'49.82"N 72°39'55.75"O.

Con el misterio que aún rodea las pirámides de Egipto y de Centroamérica, y el hecho de que las estructuras piramidales parecen encontrarse en casi todas las culturas antiguas, incluso en China, será difícil determinar con certeza el origen de estas construcciones submarinas ya que la “Ciencia oficial” afirma que son estructuras geológicas naturales.

Por Alberto Seoane


Aquí videos del descubrimiento de las ruinas sumergidas:

Underwater City Off of Cuba Part 1 (The Discovery)



 

Underwater City Off of Cuba Part 2 (An Update)

 


Underwater pyramids and city ruins pre 10.000 b. C. Bimini (Cuba)



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