Científicos descubrieron fósiles de ese animal de 34 millones de años de antigüedad en la Antártida. Es el más grande encontrado hasta el momento, informó el Museo de La Plata.
Este pingüino vivió hace 34 millones de años. |
Paleontólogos del Museo de Ciencias Naturales de La Plata participaron en el descubrimiento de los restos fósiles de un pingüino gigante de 34 millones de años.
Se precisó que el hallazgo, realizado por un grupo de científicos encabezado por Marcelo Reguero, director de la campaña paleontológica del Instituto Antártico Argentino (IAA), tuvo lugar en la Antártida y permite un estudio más intensivo y complejo sobre estos antecesores de los pingüinos modernos.
"Se trata del pingüino más grande que se conoce hasta el momento, en cuanto a la altura y masa corporal", explicó Carolina Acosta, investigadora de la División Paleontología Vertebrados del museo platense.
Los fósiles fueron hallados cerca de la base argentina Vice Comodoro Marambio. |
Los estudios realizados sobre los fósiles determinaron que estos animales medían unos dos metros de altura, agregó, en declaraciones a la prensa.
Según Acosta, la especie de mayor tamaño conocida hasta la actualidad era el pingüino Emperador, con 1,20 metros de altura.
La experta mencionó que el objetivo de la campaña antártica del próximo verano será "buscar nuevos esqueletos para continuar con la investigación", así como "información para conocer cómo eran sus movimientos y acerca de su anatomía".
El pingüino gigante fue bautizado Anthropornis. Aquí está comparado con los pingüinos emperador y el común. |
El descubrimiento de nuevos restos fósiles de estas aves palmípedas, que en sus mejores exponentes alcanzaron a medir un metro setenta centímetros, fue anunciado por el investigador platense. “Se trata del pingüino gigante Anthropornis –informó el científico– que se alimentaban de peces y convivían con cetáceos primitivos y aves, que eran antepasados de los actuales pelícanos”.
Estos pingüinos gigantes habitaron la zona de la isla Marambio, en un clima y un terreno muy diferente al actual. Allí, ya habían encontrado restos fósiles una expedición sueca en 1901–1903 y también se hallaron en Australia y Nueva Zelanda, “lo que permite profundizar los estudios de la interrelación existente entre la zona de Marambio” y otros puntos del planeta. Según Reguero, esta especie se desarrolló cuando en ese lugar abundaban los bosques, las aguas templadas y no había evidencias de hielos, en tiempos en que la Antártida estaba unida a Sudamérica y Oceanía.
También informó que en la zona del hallazgo existen sedimentos de un delta que funcionó como una especie de nicho natural para diversos restos de animales. A fines de los ochenta, junto a fósiles de pingüinos gigantes se encontraron los de un pariente del perezoso actual. “Eran restos de un animal que de manera incuestionables pertenecía a nuestra Patagonia, lo que volvió a ser otra confirmación de una suerte de conexión entre la Patagonia y la Antártida”, indicó.
En las investigaciones realizadas en torno a la base Vice comodoro Marambio, los científicos platenses también encontraron restos de ballenas que datan de la misma época, confirmando que esos cetáceos convivían con los pingüinos gigantes.
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