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domingo, 11 de noviembre de 2012

DESARROLLAN UN EXOESQUELETO EXPERIMENTAL

Pesa 26 kilos y se llama X1.

Lo que antes era ciencia-ficción ahora se está haciendo realidad. En algún día quizás no muy lejano, se consiga fabricar algo bastante parecido a la armadura de El Hombre de Hierro, o Ironman, el superhéroe de historietas de la Marvel, y llevado también al cine.

La NASA y el Instituto de Cognición Hombre-Máquina de Florida (IHMC) en Pensacola, con la ayuda de ingenieros de la empresa Oceaneering Space Systems en Houston, han desarrollado un nuevo exoesqueleto robótico llamado X1. Aunque el X1 no puede brindar la fuerza sobrehumana que proporciona la armadura de Ironman, sí podría algún día ayudar a que los astronautas se mantengan más sanos en el espacio y ayudar a caminar a las personas parapléjicos aquí en la Tierra.

El exoesqueleto podría ayudar a
los astronautas en el espacio o
a los parapléjicos ayudarlos
a caminar en la Tierra.
El dispositivo de 26 kilogramos (57 libras) es un robot que una persona podría llevar puesto sobre su cuerpo, para refrenar el movimiento en las articulaciones de las piernas, o, al contrario, para ayudar a producir tales movimientos.

Este dispositivo robótico podría ser usado fuera de la Tierra, en ambientes ingrávidos o con baja gravedad, como máquina de hacer ejercicios físicos, gracias a su capacidad de ofrecer resistencia al movimiento de las piernas, obligando al usuario a esforzarse más, como haría mediante algunas actividades en un gimnasio de la Tierra.

El nuevo exoesqueleto también podría usarse en una función inversa en la Tierra, para ayudar a realizar movimientos a personas con dificultades locomotoras, haciendo quizás posible que algunas personas pudieran caminar después de mucho tiempo o incluso por vez primera.

El X1 se encuentra actualmente en fase de investigación y desarrollo, la cual se centra principalmente en el diseño, evaluación y mejora de la tecnología.

Solamente pesa 26 kilos y aún
se encuentra en fase de
investigación y desarrollo.
La NASA está estudiando el potencial del X1 como dispositivo de hacer ejercicios físicos que ayude a mejorar la salud de tripulaciones tanto a bordo de la estación espacial como durante futuras misiones de larga duración. El X1, que, a diferencia de una colección tradicional de artilugios de gimnasia, no ocuparía mucho espacio o peso durante las misiones, podría replicar cada función de tales artilugios para permitir a los astronautas realizar ejercicios físicos comunes, los cuales son vitales para mantener sanos a los astronautas bajo las condiciones de micro gravedad. Además, el exoesqueleto puede medir, registrar y transmitir, en tiempo real, datos a los especialistas del Control de Vuelo en la Tierra, dando a los médicos una información más detallada y actualizada sobre los efectos del régimen de ejercicios de la tripulación.

Tras futuras mejoras a la tecnología del exoesqueleto, el X1, en combinación con un traje espacial, podría proporcionar fuerza adicional a los astronautas para que durante su exploración en la superficie de otro mundo pudieran llevar más carga, o saltar más alto, que lo permitido por su fuerza física personal y por la intensidad del campo gravitatorio del lugar.
Aquí en la Tierra, esta misma función del X1 se podría destinar a otras aplicaciones, incluyendo la rehabilitación de sujetos con problemas de movilidad en las piernas, la corrección del modo de caminar en algunas personas, y para permitir a individuos con movilidad normal poder transportar más peso del que su fuerza física les permitiría llevar a cuestas.

El X1, cuyo diseño inicial se ha efectuado en sólo unos pocos años, deriva de tecnologías desarrolladas para el proyecto Robonaut 2 de la NASA y para el exoesqueleto Mina del IHMC.

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