Aunque parezca fantástico, en Serbia, casi todos los habitantes están convencidos de la existencia de los vampiros y además, al contrario de otros países, tienen casos de vampirismo perfectamente documentados.
El vampiro es una criatura inmortal con poderes sobrehumanos, además de ser una criatura mitológica procedente de los Balcanes, especialmente de Serbia. Generalmente es un espíritu de un difunto, un cuerpo resucitado por un espíritu maligno o un demonio. Pero los habitantes del pequeño pueblo de Zarožje en el municipio de Bajina Bašta, Serbia occidental, están en estado de alerta después de que el ayuntamiento ha emitido una advertencia sobre el famoso vampiro Sava Savanovic, está suelto y sediento de sangre.
Retrato del famoso vampiro serbio Sava Savanovic. |
"Vampiro" es una palabra que comenzó a ser usada en Europa en el siglo XVIII y fue incluida por primera vez en el Diccionario de la Real Academia Española en la 9ª edición de 1843. Tiene origen en el término "vampire" del inglés y francés, proveniente a su vez del término vampir en lenguas eslavas. Significa a la vez: "ser volador", y "beber o chupar". Por otra parte, hace también referencia a cierto tipo de murciélago hematófago. Etimológicamente, la palabra vampiro procede de la voz serbia wampira (wam = sangre, pir = monstruo), y designa al muerto que, de acuerdo con leyendas de la Europa Central, regresa a alimentarse con la sangre —y, según ciertas variantes, con la carne— de los seres que en vida estuvieron más próximos a él. De tal raíz surgen las siguientes denominaciones: vampyr en holandés; wampior o upior en polaco; upir en eslovaco; upeer en ucraniano.
Ubicación de Serbia en Europa. |
La teoría más común indica que el origen de la palabra "vampiro" es eslavo, y que se remonta al siglo V d.C. Es la época más temprana en que el concepto del vampiro comienza a emerger en numerosas leyendas folclóricas, sólo unos siglos antes de que los eslavos organizaran un importante número de imperios en los Balcanes durante el período medieval (hacia el siglo VIII d.C.).
La localidad de Zarožje en alerta
Sava Savanovic es una figura popular del folklore serbio conocido por ser el primer vampiro en Serbia. Según la leyenda, vivió en un antiguo molino de agua en el cercano río Rogačica, donde mataba y bebía la sangre de los campesinos que trabajaban en su fábrica de grano. Las historias de vampiros en la zona son muy comunes, pero la gente del pueblo de Zarožje donde se encuentra el molino cree en realidad que Sava Savanovic es real.
Los habitantes de la comarca no han tenido problemas, ya que Savanovic no ha hecho ningún daño durante siglos, incluso, en 1973 se filmó una película de terror sobre su vida, titulada Leptírica. Pero ahora el molino se ha desmoronado, temiendo que debido al derrumbe pueda vengarse de ellos.
Una escena de la película Leptírica, donde se destaca el molino de Savanovic. |
“La gente está muy preocupada, todo el mundo conoce la leyenda de este vampiro y el pensamiento de que él ahora ya no tiene hogar y que pueda ir en busca de otro lugar, posiblemente hayan otras víctimas a manos del terrible vampiro. Todos estamos muy asustados”, dijo el alcalde Miodrag Vujetic a los medios de comunicación.
La historia de Sava Savanovic
El ruinoso molino estuvo en funcionamiento hasta mediados de 1950, cuando fue adquirido por la familia Jagodic, que con el paso del tiempo se convirtió en un lugar turístico. La leyenda de Sava Savanovic atrajo a multitudes de turistas de todas partes de Serbia, resultando rentable para la comunidad local, pero la familia Jagodic estaba tan asustada por el terrible vampiro que no se acercaban nunca al lugar ni siquiera para realizar reparaciones.
Recientemente la fábrica de harina se derrumbó siendo en ese momento cuando empezó el pánico entre los habitantes del pequeño pueblo de Zarožje. Ya han desaparecido varias personas en la comarca y sus cuerpos no aparecen. Curiosamente las ventas de ajo están en auge en Zarožje, ya que los aldeanos creen que el fuerte olor del ajo les protegerá de Savanovic. El ayuntamiento local ya ha empezado los planes para restaurar el molino y así ponerlo otra vez marcha.
El viejo molino actualmente le pertenece a la familia Jagodic. |
Desafortunadamente, con la entrada del invierno las obras de restauración tendrán que esperar hasta la primavera del 2013, por lo que mientras tanto el ayuntamiento ha emitido la advertencia sobre el vampiro y aconsejó a la gente utilizar el ajo y poner una santa cruz en todas las habitaciones de su casa. El alcalde Vujetic dejó bien claro algo de lo que ninguno de los habitantes de Zarožje tiene duda alguna, los vampiros son completamente reales. Muchas personas han informado sobre extraños gruñidos procedentes del viejo molino, un ruido que no se parecía al de ningún animal ni a ningún humano o incluso otras personas han afirmado ver un individuo alto y moreno de pie junto al molino en la oscuridad de la noche.
Sava Savanovic y Petar Blagojevic, dos vampiros serbios
La fama sangrienta del vampiro Sava Savanovic (Sava es una variante búlgara y serbia del nombre español Sabas que significa "hombre viejo"), en Serbia era tal que eclipsó a todos los vampiros de la zona, incluido Petar Blagojevic, el primer vampiro registrado oficialmente en la historia.
Blagojevic murió en 1724, pero al parecer volvió de la muerte para atormentar a los aldeanos de Kisiljevo a 100 kilómetros al este de Belgrado, hasta que decidieron que ya era suficiente. Los aldeanos de Kisiljevo cavaron hasta su tumba, le clavaron una estaca en el corazón, lo decapitaron, quemaron su cuerpo y arrojaron las cenizas en el Danubio. En esos momentos el este de Serbia estaba bajo el dominio austriaco y el caso fue documentado de manera oficial por el administrador contemporáneo de la región, un hombre llamado Frombald, enviando el caso a Viena. Al parece las historias sobre vampiros eran muy comunes como para realizar registros oficiales. Pero Frombald fue impactado por el caso que los informes realizados se publicaron en los periódicos vieneses convirtiéndose en el caso más antiguo documentado de vampirismo. Los meses posteriores a la muerte de Blagojevic, muchos aldeanos contrajeron una extraña enfermedad. Los aldeanos antes de morir por la extraña enfermedad afirmaron que Blagojevic los estaba atormentando. Según el informe de Frombald, el cadáver de Blagojevic no mostraba signos de descomposición después de ocho semanas de ser enterrado y además tenía sangre fresca en los labios. Cuando fue empalado, la sangre le brotaba de las orejas, la nariz y la boca.
Mapa del municipio de Bajina Basta donde sucedieron varios casos de vampirismo. |
El vampiro Sava, ¿atracción turística?
Los habitantes locales han utilizado la imagen del vampiro Sava Savanovic como promoción del pueblo de Zarožje, la de un campesino serbio, cansado, la piel un poco pálida, pero con una sonrisa benevolente revelando así los dos incisivos no muy afilados. En la actualidad, las agencias de viajes ofrecen visitas a lugares misteriosos en los bosques y las montañas alrededor de Zarožje y una visita al molino donde supuestamente vivía, mataba y bebía la sangre de sus víctimas.
El molino de Sava pertenece al pueblo de Zarožje. |
La aldea prepara una acusación contra la ciudad de Valjevo, ambas en el oeste de Serbia, porque en una feria de turismo esta última utilizó la imagen y la figura de Sava para su promoción, robando la leyenda a los todos habitantes de Zarožje. Lo representaron con una jarra de cerveza promocionando la marca local “Valjevsko”.
Ubicación del pueblo de Zarožje, en el oeste de Serbia. |
Los habitantes de Zarožje amenazaron con acciones legales afirmando que Sava era parte de su propio legado. Actualmente existe una gran controversia sobre la existencia del vampiro Sava, muchas personas afirman que realmente existe pero otros afirman que es simplemente una estrategia turística.
Sava era, al igual que el transilvano conde Drácula, un hombre real, vivió en el siglo XVIII y trabajaba en un molino sobre el riachuelo Rogacica, al que después de morir regresaba por las noches en forma de "vampiro", según la historia local.
Molino de Sava Savanovic en invierno. |
Sin embargo, Valjevo cree que su historia queda tan unida a Sava como la de los aldeanos de Zarožje. La figura de Sava es el principal personaje de un cuento escrito en 1880 por Milovan Glisic, un importante exponente del llamado "realismo serbio", nacido en Valjevo. Desde entonces todos los habitantes de la ciudad, han crecido con las historias del mítico vampiro.
Sava Savanovic "merodeó noche tras noche", cerca de un viejo molino sobre el riachuelo de aguas transparentes al que se llega por un estrecho camino rural, rodeado de bosques de haya. Un silencio absoluto reina en la zona, interrumpido sólo por el murmullo del río... Así empieza la leyenda, pero sucedió en Zarožje.
En Serbia, los nombres más comunes para un vampiro son vampir y vorkudlak. En Bosnia, Croacia y Montenegro, el término utilizado es lampir y damphir.
La palabra vampiro tiene su origen en Serbia. Significa; wam "sangre" y pir "monstruo". |
Los medios para la destrucción de los vampiros serbios y eslavos incluían exhumar el cadáver y clavarle una estaca en el corazón, decapitarlos, y cremarlos. Como podemos ver, la práctica normal utilizada en Europa. Pero en las regiones de la costa del Mar Adriático, al cadáver vampiro se le cortaba las piernas antes de sepultarlo de nuevo, para que si regresase a la vida, no pudiese caminar.
Otros datos curiosos de Serbia sobre vampiros son las siguientes:
- Algunos serbios creían que los vampiros podían tomar la forma de una mariposa.
- Algunos serbios creían que los vampiros podían tomar la forma de una mariposa.
- Una tribu de Montenegro creía que los vampiros se podían convertir en lobos.
- Los gitanos y serbios que creían en los vampiros y vampiras eran ignorados públicamente por la sociedad.
Lo cierto es que actualmente, los habitantes del municipio serbio de Bajina Bašta viven aterrorizados por la sombra de un supuesto vampiro. Las autoridades de la localidad de Zarožje anunciaron esta semana que el notable vampiro Sava Savanovic estaría de nuevo al acecho.
El viejo molino de Sava irradia un aura de temor indescriptible. |
Aunque nunca se encontró su tumba, era vox populi que el mítico vampiro estaría sepultado en un molino cerca del río Rogacica y atacaba a toda persona que se acercaba para triturar los granos de su cosecha.
El molino de Savanovic fue comprado a mediados del siglo XX por la familia Jagodic, que tenía miedo de usarlo y lo convirtió en una atracción turística para los visitantes más osados. Pero la estructura se desplomó esta semana por falta de mantenimiento, lo que originó rumores y hasta el pedido de precaución de las autoridades.
Vampiro saliendo de su ataúd. |
"Todos conocemos la leyenda de este vampiro y la gente está aterrorizada por la idea de que ahora está sin hogar y buscando nueva casa y más víctimas. Estamos asustados", señaló Vujetic, quien desde hace días advierte a los vecinos sobre la importancia de colgar ajo en las puertas y ventanas de sus casas.
"También les dijimos que pusieran crucifijos en todos los ambientes", explicó. No se sabe si los orfebres locales sacaron partido del regreso de Savanovic, pero los productores de ajo parecen estar conformes con el molinero vampiro.
La leyenda cuenta que el vampiro Sava Savanovic vivía en un molino en el pueblo serbio de Bajna Bašta y bebía la sangre de todos los que pasaban por allí. El molino hace pocos días se ha derrumbado por falta de mantenimiento y los lugareños sospechan que el vampiro “anda “libre”. Y entonces se extiende la preocupación entre los residentes, al mismo tiempo que las autoridades se toman esto muy en serio.
Después de los vampiros Blagojevic y Savanovic llegó Arnold Pavle
Pavle fue un serbio que se convirtió en vampiro tras su muerte, iniciando una epidemia de vampirismo que afectó a 16 de sus conciudadanos de Medveja. Su caso está documentado.
A lo largo del siglo XVIII el Este de Europa permanecía aislado entre impenetrables bosques y montañas plagadas de lobos. Los pocos habitantes de esas tierras estaban librados a su suerte, mientras los demonios del mundo antiguo se hacían presentes provocando el terror en aquellos aldeanos que, con fe y afiladas estacas, veían cómo los muertos regresaban desde el más allá, convertidos en sicarios del demonio… No fueron tiempos fáciles en estas tierras.
Los Habsburgo llevaban más de 500 años ocupando el trono de Austria, anexionándose territorios, convirtiendo Europa en su gran imperio, y defendiendo los dogmas de la cristiandad, que desde la ciudad eterna les dictaba los pasos a seguir.
Así, en el año 1718 se hacían con el poder de los principales Estados balcánicos, situando en sus líneas de frontera a los terribles hajduks, soldados en su mayoría de origen serbio que destacaban en el campo de batalla por su fiereza y ansias de sangre.
Arnold Pavle afirmaba que años atrás, en una población llamada Gossowa sufrió el ataque de un vampiro. |
A pesar de ser este uno de los casos de vampirismo mejor documentados del siglo XVIII, no existe testimonio escrito de lo que las supuestas víctimas del ataque vampírico vieron al ser atacadas. Además aunque sea cierto todo lo que se cuenta en los informes escritos por el grupo que desenterró el cadáver de Arnold Pavle, existen hipótesis medicas que rebaten todas las supuestas características propias de un vampiro en su cadáver, como el crecimiento de uñas, o la sangre brotando de los orificios.
Hecho hombre en el campo de batalla, acostumbrado a matar y a ver morir, Pavle era un hombre rudo, en cierto modo hasta despiadado, pero que a estas alturas de su vida estaba cansado; hastiado de defender la tierra para que otros, en la corte, pudieran disfrutar de sus acomodos.
Además, las soldadesca que compartía infortunio con él en la trinchera, le había oído en más de una ocasión narrar una historia que no por sorprendente, en esos tiempos, dejaba de tomarse como cierta. Arnold Pavle afirmaba que años atrás, cuando se ganaba la vida como soldado de fortuna, en una población llamada Gossowa (probablemente Kosovo), sufrió el ataque de un supuesto vampiro.
Él, consciente de su fortaleza y del horrendo futuro que le aguardaba de no poner remedio, optó por perseguir al temible ser, y una vez alcanzó su sepultura lo desenterró, le cercenó la cabeza y mezcló la sangre que fluía como manantial con la tierra que cubría la caja. Fue entonces cuando en una escena indescriptible, el hajduk comenzó a comerla, a devorarla con el ansia del que se sabe ante los últimos instantes de su existencia; de que su alma, a partir de esa jornada, iniciaba un lento e imparable descenso hacia la oscuridad.
Años después regresó a su patria y durante un tiempo se dedicó a las labores del campo, olvidando los duros trances que le regaló el destino. Una mañana, ya en 1726, se disponía a cargar el heno en un gran carro, cuando éste se desplazó cayendo a plomo sobre nuestro infortunado protagonista, causando tales destrozos en Pavle que a éste no le quedó más remedio que morirse.
Enterrado con pocas lágrimas en el cementerio de Medvedja, al cabo de tres semanas ocurrió lo que nadie hubiera deseado jamás. Primero una muerte; después otra… y así hasta un total de cuatro parroquianos que fenecieron entre fiebres y alucinaciones, no sin antes gritar que el causante de tanta penuria era un habitante de las tinieblas, que levantándose de su tumba cada madrugada les extraía la sangre, provocando un estado de anemia del que no pudieron escapar. Y su nombre era Arnold Pavle, el hajduk enterrado días atrás.
Con los cuerpos aún calientes y esas palabras retumbando en la sien, las autoridades de la población dieron las pautas a seguir para desvelar tamaño enigma. Así pues, los aldeanos atravesaron la puerta del camposanto. La lluvia arreciaba, apagando el fuego purificador de las antorchas; invitando a los profanadores a que marcharan de allí, porque la oscuridad que vestía este campo de muertos iba más allá de los que se percibía a simple vista.
Protegidos por la sombra de la cruz, llegaron al sitio en el que yacía Pavle. Con más miedo que firmeza empezaron a excavar, apartando las escorias. Y por fin tocaron madera. El silencio se apoderó del lugar, tan sólo roto por las gotas de lluvia y su monótono golpear contra las cruces retorcidas. Había que hacerlo, y así se hizo…
Dibujo de la época sobre como fue encontrado el cadáver de Arnold Pavle, tres semanas después. |
Los presentes llegaron a la conclusión de que se encontraban ante un vampiro, causante además de lo que, de no pararse, podía acabar siendo una pavorosa epidemia. De este modo, siguiendo protocolos nunca escritos, atravesaron su corazón con una estaca de fina punta, ante lo que el horrendo ser reaccionó convulsionándose salvajemente, intentando atrapar a los que sin pronunciar palabra contemplaban la escena, vertiendo sangre a mansalva como si fuera una gigantesca sanguijuela.
Después cortaron su cabeza y quemaron el cadáver, repitiendo a continuación la operación con las cuatro víctimas de Pavle. Aparentemente había logrado acabar con el mal, atacando directamente a la raíz del mismo. Aparentemente.
Miedo a salir de noche
La excelsa Viena permanecía al margen del terrible escenario que se estaba desarrollando en sus tierras del Este. Las esencias traídas de Oriente se respiraban al son de la música que surgía de la Ópera, donde sopranos, tenores y los barítonos más prestigiosos del momento dejaban pinceladas del arte que atesoraban entre los muros de este templo de la cultura. Monarcas, aristócratas y gobernantes del imperio se daban cita en la majestuosa urbe, ajenos a los terribles acontecimientos que estaban a punto de desencadenarse.
Johannes Fluckinger por esas fechas ejercía la medicina en el seno de la institución castrense. Era hombre pragmático y poco imaginativo, célebre por la templanza con la que se desenvolvía en las situaciones más comprometidas.
Johannes Fluckinger por esas fechas ejercía la medicina en el seno de la institución castrense. Era hombre pragmático y poco imaginativo, célebre por la templanza con la que se desenvolvía en las situaciones más comprometidas.
Es posible que fueran estas cualidades las que le pusieron en el punto de mira de los consejeros del emperador, alarmados por las noticias que llegaban desde la localidad serbia de Medvedja, para que encabezara una comisión encargada de esclarecer los enigmáticos sucesos que allí se estaban produciendo, y ya de paso poner orden entre tanto nerviosismo. Poco antes a sus manos había llegado el informe remitido por el especialista en enfermedades contagiosas, el doctor Johan Glaser.
Éste no podía ser más explícito: a fecha del 12 de diciembre de 1731 –día que el galeno llegó a la aldea serbia–, trece personas habían fallecido en extrañas circunstancias, víctimas de una enfermedad que les hizo agonizar entre terribles dolores y fiebres muy altas, gritando espasmódicamente que sufrían de horribles pinchazos. Además, el virulento brote no distinguía de sexo o edad; bebés, jóvenes, adultos o ancianos carecían de protección a la hora de enfrentarse a un mal que conforme transcurrían las jornadas cobraba tintes más espirituales que terrenales.
Los enfermos, aquejados por un mal incurable y con rostro, entre delirios pronunciaban el nombre de quienes consideraban los causantes de tanto padecimiento. Así, Milica, mujer de 50 años –procedente de la zona turca y primera víctima–, aparecía como un ente maldito entre los delirios de los moribundos; del mismo modo que lo hacía la joven de 20 años Stanacka, que antes de fenecer enterraba a su pequeño bebé junto a la verja de su casa, después de que, como asegurara entre lamentos e invocaciones a los cielos, fuera atacado por un vampiro.
Mujeres vampiras asolaban Serbia a la par que los hombres vampiros en el siglo XVIII. |
Ella misma se había visto obligada, según afirmó, a untar su cuerpo con la sangre de uno de estos demonios con el propósito de librarse de ellos. Al menos tal defensa proponía la tradición, pero claro está que no surtió el efecto deseado.
En la difícil misión le acompañaban dos oficiales: los tenientes coroneles Büttner y von Lindenfels, y dos expertos cirujanos militares: los doctores Siéguele y Baumgarten. Las informaciones que con cuentagotas habían llegado a la capital del imperio indicaban que sería necesario analizar varios cuerpos afectados por la misteriosa enfermedad. Y así, sin más dilación se pusieron manos de a la obra.
En apenas tres días habían fallecido 17 personas, y todo apuntaba a que de no dar con el causante de la masacre, en las próximas horas continuarían las muertes.
La escena se repitió una vez más: acompañados de varios gitanos y de las autoridades locales fueron abriendo, una a una, las tumbas de los atacados. Y en ellas hallaron cinco cuerpos en avanzado estado de descomposición, mientras que los doce restantes permanecían incorruptos, con la piel rosada y los órganos internos repletos de sangre sin coagular. A todas luces se trataba de vampiros, ordenando a los gitanos que quemaran los cuerpos, previo desarrollo de los pasos sobradamente conocidos.
Visum et Repertum, el relato que dejó el Dr. Johannes Fluckinger sobre sus experiencias con los vampiros. |
“Tras el examen, las cabezas de los vampiros fueron cortadas por los gitanos locales y después se quemaron junto a los cuerpos, tras lo cual las cenizas fueron arrojadas al río Morava. Los cuerpos descompuestos, sin embargo, fueron devueltos a sus sepulcros. Todo lo cual atestiguo junto con los médicos castrenses auxiliares que me fueron adjudicados (…).
El abajo firmante atestigua que todo lo que como médico castrense del Honorable Regimiento Fursstenbusch ha observado en materia de vampiros, junto a los médicos castrenses que firman con él, es verídico y se ha realizado, observado y examinado en nuestra presencia. Para confirmarlo estampamos nuestra firma de nuestro puño y letra.” Belgrado, 26 de enero de 1732.
Algunos años después, otra epidemia surgió repentinamente y se procedió a hacer una nueva investigación en el cementerio. En un informe de dicha investigación se mantiene que se exhumaron por lo menos 16 vampiros de sus tumbas.
Todos los descendientes de Pavle parecían tener las mismas características que él. Además estos nuevos vampiros llevaban enterrados aproximadamente el mismo tiempo que Pavle cuando empezó a atacar. 4 de los vampiros eran niños, y tres estaban enterrados con sus madres.
Un vampiro del 550 d. C.
El 11 de noviembre de 2012 se informó sobre un descubrimiento del que se ha hecho eco el conocido diario británico Daily mail: el esqueleto de un supuesto vampiro en la catedral de Southwell, Gran Bretaña.
El "muerto peligroso" hallado en Inglaterra. |
John Lock, presidente de la organización Southwell Archaeology destacó que no hay manera de saber seguro por qué esta persona fue enterrada así ni quién era, pero es cierto que “era alguien de quien la gente tenía mucho miedo y no querían que regresara de entre los muertos”.
Matthew Beresford, quien detalla en un informe este descubrimiento, afirma:
“A lo largo de este período el castigo de ser enterrado en el anegado suelo, boca abajo, decapitado, estacado o de otra manera se reservaba para los ladrones, asesinos o traidores o posterior para los desviados que no se ajustaban a las normas de las sociedades: los adúlteros, los alteradores de la paz, el interruptor impío o juramento.
Según la creencia popular, cuando una persona malvada moría era necesario traspasar su corazón con una estaca de hierro o madera para evitar que saliera a la noche convertida en un vampiro.
Solamente en Bulgaria, uno de los países con mayor tradición vampírica, se cuentan ya más de cien tumbas de vampiros.
Sepultura de uno de los vampiros búlgaros. |
Sin embargo, éste no es el primer hallazgo de enterramientos con supuestos vampiros que se ha producido en los últimos años. En Bulgaria, en 2004, hallaron seis cadáveres en el monasterio de San Nicolás de Sozopol, cerca del Mar Negro. Los restos mostraban que habían sido enterrados con el tórax con un objeto de hierro clavado a la tierra.
Solamente en Bulgaria, uno de los países con mayor tradición vampírica, se cuentan ya más de cien tumbas de vampiros.
La "vampiresa de Venecia". |
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