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viernes, 24 de junio de 2016

INFORME RECIENTE REVELA QUE FUERON ASESINADOS 185 ECOLOGISTAS EN 2015

Los países más afectados fueron Brasil (50 asesinatos), Filipinas (33) y Colombia (26) y Perú y Nicaragua (12 cada uno) el 66% de las víctimas son latinoamericanas, según un informe de la ONG Global Witness.

Tala ilegal de árboles en Ucayali, Perú.
La sobreexplotación minera y de otros recursos naturales (madera, aceite de palma, ganadería, soja), promovida muchas veces por empresas apoyadas por la seguridad privada o las fuerzas estatales, dispararon el 2015 el asesinato de personas que se oponían a estos proyectos. Un total de 185 asesinatos en 16 países han sido documentados por la organización Global Witness, lo que supone un aumento del 59% respecto al 2014. Los países más afectados fueron Brasil (50 asesinatos), Filipinas (33) y Colombia (26) y Perú y Nicaragua (12). Cerca del 40% de los asesinados son indígenas.

Protesta por el asesinato de ecologistas
en Mindanao, Filipinas en 2015.
Entre 2010 y 2015 se registraron 753 asesinatos de defensores de la Tierra y el medioambiente. 2015 ha sido el año con más ecologistas asesinados en lo que va de siglo, con 185 muertes.

Ecologistas anónimos cada año dan su vida por proteger el planeta, cada vez es más común que las comunidades locales que se oponen a los proyectos de sobreexplotación “se encuentren en el punto de mira de la seguridad privada de las empresas, las fuerzas estatales y un mercado floreciente de asesinos a sueldo”, señala con crudeza Billy Kyte, encargado de campañas de Global Witness, que pide que los gobiernos que intervengan urgentemente para detener esta espiral de violencia. Muchos asesinatos ocurrieron en aldeas remotas o en el corazón de las selvas tropicales, con lo que es probable que el número de víctimas mortales sea mayor.

Foto de un sector donde hace unos meses
existió selva amazónica brasileña,
arrasada sin piedad.
En el 2015 se observó un nivel de violencia sin precedentes en los estados amazónicos de Brasil, donde las haciendas ganaderas, las plantaciones agrícolas y las bandas de madereros ilegales están invadiendo las comunidades locales. La frontera agrícola se adentra en las reservas indígenas que estaban intactas. Se calcula que el 80% de la madera de Brasil es ilegal (el 25% de la madera ilegal de los mercados mundiales).

“Muchas autoridades o bien cierran los ojos o bien impiden activamente la investigación de estos asesinatos por la connivencia que existe entre intereses corporativos y estatales, los principales sospechosos de los asesinatos”, dice el informe en el que se denuncia una cultura de impunidad arraigada en algunos países.

El 28 setiembre 2015 en los enfrentamientos
por Las Bambas, en Apurimac, Perú, murieron
manifestantes y 15 fueron heridos por
disparos de la policía.
En Brasil, se duplicaron los asesinatos acaecidos en el 2014. La mayor parte de ellos se produjeron en los estados de Maranhao, Pará y Rondônia, que sufren una oleada de violencia relacionada con las haciendas y plantaciones que invaden la tierra de comunidades locales a las que, en la práctica, no se reconoce sus derechos. “Las empresas agroindustriales, los madereros y los terrateniente contratan a sicarios para silenciar la oposición local a sus proyectos”, dice el informe.

Protesta ecologista indígena en
Nicaragua en 2016.
La industria extractiva y minera fue el sector con más asesinatos a sus espaldas (42 casos en 10 países), y Colombia, Perú. En este último país, tachado de “mortífero”, el 80% de los 69 asesinatos perpetrados allí están relacionados con la minería. El 28 de septiembre del 2015 los agricultores del altiplano de Apurimac hicieron una protesta contra la gran mina de cobre de Las Bambas (en manos de la compañía china MMG Limited) para denunciar los riesgos de contaminación. Cuatro manifestantes murieron asesinatos y 15 fueron heridos por disparos de la policía.

Maria da Conceição Chaves Lima y su
esposo asesinado Raimundo dos Santos
Rodrigues.
La demanda de tierra agrícola está ocasionando choques violentos entre grandes terratenientes y pueblos indígenas, particularmente, en Nicaragua, en donde el año pasado se asesinaron 12 líderes indígenas.

Son estremecedores los testimonios documentan las ejecuciones que ha sufrido el pueblo Lumad (Mindanao, Filipinas), a manos de grupos paramilitares, por oponerse a una invasión de sus tierras sin su consentimiento destinada a explotar carbón, níquel y oro.

Asesinatos de ecologistas por país
2010-2015. Clic en el mapa para
aumentarlo.
La brasileña Maria da Conceição Chaves Lima es una superviviente de este tipo de crímenes. El pasado agosto, ella y su esposo, Raimundo dos Santos Rodrigues, regresaban a su casa en la región del Nordeste cuando los emboscaron a tiros. Él murió tras recibir 12 disparos y ella todavía se recupera de las heridas de bala. La pareja se oponía a la tala en la selva del Amazonas y era asesora del Instituto Chico Mendes para la Conservación de la Biodiversidad, que recibe su nombre del célebre ambientalista asesinado en 1988. “Pocos días después de los hechos, incluyeron a Maria en el programa de protección de víctimas y testigos amenazados”, señala por Danilo Chammas, abogado de la familia. “Desde entonces, está lejos de su comunidad y sin poder contactar a amigos y familiares”.

Armando Funez, María Enriqueta Matute y
Ricardo Soto, tres ambientalistas indígenas
asesinados en Tolupán, Honduras, el país con
más ecologistas asesinados en proporción
de habitantes.
El presidente interino de Brasil, Michel Temer, nombró a su llegada al Gobierno a Blairo Maggi como ministro de Agricultura. Maggi es uno de los mayores productores de soja del país, un cultivo que lleva aparejada la deforestación de grandes terrenos, y recibió en 2005 el premio Motosierra de Oro de Greenpeace por destruir el medioambiente.

Entre 2010 y 2015, Global Witness ha registrado 753 asesinatos. Tres de cada cuatro se perpetraron en América Latina (77%), con Brasil (207), Honduras (109) y Colombia (105) a la cabeza en el número de muertos. Solo estos tres países acaparan más de la mitad de los crímenes en ese periodo (56%). Honduras, con un poco más de seis millones de ciudadanos, ha vuelto a ser en 2015 —por sexta vez consecutiva— el lugar con más muertes de ecologistas por cada 100.000 habitantes.

Berta Cáceres, la ecologista asesinada por
oponerse con éxito a la construcción de
una represa en Honduras.
El 3 de marzo de 2016 fue asesinada la ecologista hondureña Berta Cáceres, a los 44 años, que logró en 2013 con la movilización de la etnia lenca, frenar a la empresa estatal china Sinohydro que se retiró del proyecto de construcción de la represa Agua Zarca sobre el río Gualcarque.

Por su asesinato están detenidas cinco personas, entre ellas un mayor del Ejército llamado Mariano Díaz Chávez, que recibió entrenamiento especializado, estuvo de servicio en Irak y realizó maniobras conjuntas con Estados Unidos. Una de las personas implicadas en la muerte de Cáceres, cuya identidad no ha sido revelada, ha confesado que participó en el crimen y recibió 500.000 lempiras (22.000 dólares) para planificarlo.

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