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martes, 7 de junio de 2016

LAS ENIGMÁTICAS ESTATUAS DE LA ISLA DE NUKU HIVA

Una de las Islas Marquesas en la Polinesia Francesa, posee como patrimonio un conjunto de antiguas estatuas que parecen representar seres de otros mundos. Los Tikis, las estatuas esculpidas de piedra o hueso, son representaciones de sus dioses ancestrales. Esos dioses pudieron haber sido el producto de un contacto de los isleños con seres extraterrestres.

Las esculturas de basalto representan
a seres con cabeza y ojos
desproporcionadamente grandes.
El archipiélago de las Islas Marquesas fue descubierto el 21 de julio de 1595 por el capitán español Álvaro de Mendaña de Neyra. Son 11 islas pequeñas, todas volcánicas menos Ua Pu y comprenden un territorio en conjunto es de 970 km². De sus islas, sólo 7 se encuentran habitadas: Nuku Hiva, la más grande, tiene una superficie total de 387 km², Ua Huka y Ua Pu, que son las marquesas del norte e Hiva Oa, Tahuata, Moho Tani y Fatu Hiva que son las Marquesas del Sur.

En varios sitios de Nuku Hiva se encuentran
estas estatuas de piedra llamadas Tikis
por los polinesios.
Según las evidencias etnológicas y las relaciones lingüísticas, lo más probable es que los primeros polinesios llegasen a las Islas Marquesas desde las islas Samoa, alrededor del 150 y 300 d.C. Desde las Marquesas se extendieron al archipiélago de Sociedad, Mangareva, hasta la lejana Isla de Pascua y hasta las islas Hawái en el norte del Océano Pacífico.

Dos extrañas representaciones en piedra en
la zona de Hatiheu, al noreste de Nuku Hiva.
Cuentan los polinesios que en los orígenes de la humanidad, Oatea el dios de la creación y su mujer Atuana, reinaban sobre la inmensidad del mar. Un día, al atardecer, Atuana deseó vivir en una casa; entonces Oatea va creando cada isla como partes de ésta: Ua Pou, los postes; Hiva Oa, los cordajes; Nuku Hiva; y Fatu Hiva, el techo de hojas de cocotero; Tahuata, y, casi en el amanecer, Mohotani y Eiao que no están habitadas en la actualidad. Todo esto fue construido en un solo día, según la leyenda.

Una de las esculturas de la isla
de Nuku Hiva. Su aspecto es
terrible y tiene un bastón
de mando.
Los restos arqueológicos datan los primeros establecimientos humanos alrededor del año 150 a. C. en adelante. Entre los siglos XII y XIII se edificaron numerosas construcciones de piedra: templos (me'ae), plataformas como base para las cabañas (pa'epa'e), y estatuas antropomorfas (tiki) relacionadas con los moai de la isla de Pascua.

Cuando comenzaron a ser pobladas por los polinesios, las Marquesas eran lo que quedaba de una gran tierra que se sumergió para siempre. 

En la isla de Nuku Hiva cuentan las leyendas que encontraron ogros y gigantes con los que tuvieron que luchar durante años. Donde más abundan estas estatuas o Tikis de piedra es en el municipio de Temehea Tohua, lugar donde está la casa ancestral de Vaekehu, la última reina de Taiohae, nacida alrededor de 1823 en Nuku Hiva y fallecida en 1901.

El continente perdido
Hiva es el nombre de una mítica tierra o isla donde vivieron los antepasados de los polinesios, es su ancestral tierra madre, o Havaiki, y nombraron las islas que dejaban atrás con variantes de este nombre: Sava’i en Samoa, o Havai’i Nui (Raiatea) en Polinesia francesa. Los dialectos han variado, pero la referencia sigue siendo la misma: Havai’i, en Polinesia francesa, ‘Avaiki, en las Cook, o Hawaiki, en Nueva Zelanda.

Ubicación de Nuku Hiva, en el
medio del Océano Pacífico.
De Hiva o Havaiki habrían provenido los ancestros de los nativos de la isla de Pascua (llamada Rapa Nui en el idioma aborigen), según la mitología pascuense. Hiva correspondería a la mítica Hawaiki de la mitología maorí, o su equivalente, y a las variantes existentes en las tradiciones de muchas culturas polinésicas.

Otra escultura de basalto en la isla de
Nuku Hiva.
Varios investigadores creen que la mítica Hiva correspondería a las islas Marquesas —archipiélago formado por Hiva’Oa, Fatu Hiva y Nuku Hiva, entre otras—, basados en las evidencias antropológicas, arqueológicas, biológicas y lingüísticas que relacionarían a la isla de Pascua con el centro de la Polinesia y, en particular, con las islas Marquesas.

La boca de gran tamaño de estos seres
humanoides intentaría transmitir que
eran feroces.
La tradición pascuense señala que los antiguos maorí ('sabios') habían pronosticado que vendría un tiempo en que Hiva se hundiría. Este hundimiento de la tierra se dice que habría sido predicho por Moe Hiva, uno de los cinco sabios y profetas (kohou tohu) que tenía la corte de Oto Uta, el primer ariki ('rey').

Por ende, podría inferirse que lo que hoy son las Islas Marquesas no serían más que las cimas más altas de Hiva, cuyas tierras se hundieron.

Escultura en Temehea Tohua,
en la isla de Nuku Hiva.
Los sobrevivientes practicaron el canibalismo hasta fines del siglo XIX. Uno que estuvo a punto de ser devorado en Nuku Hiva fue Herman Melville, que posteriormente fue el autor de Moby Dick. En una de sus primeras obras titulada Typee cuenta sus vivencias en el valle de Taipie.

Una raza extraterrestre
Algunas de las esculturas de piedra basalto de Nuku Hiva muestran seres con cabezas desproporcionadamente grandes y alargados, bocas abiertas y ojos enormes.


Un Tiki en Nuku Hiva que parece
una especie de sacerdote.
Otro tipo muestra seres con una extraña mezcla de rasgos humanos y alienígenas. Algunos ovnílogos creen que las estatuas representan realmente dos razas alienígenas: una de reptiles y otra de grises.

También se afirma que son representaciones de antiguos sacerdotes o jefes tribales extrañamente vestidos, de espíritus malignos de los cuales defenderse, y también de gigantes que habitaron allí.

Otro de los Tikis
de Nuku Hiva.
La datación de estas esculturas es incierta. Algunos estudiosos piensan que podrían ser del año 1000 d.C. y en cambio otros dicen que su edad va más allá del 2000 a.C. Por ende fueron talladas por otra civilización desconocida, ya que los polinesios llegaron a la isla de Nuku Hiva alrededor del 150 al 300 d.C.

Sin lugar a dudas, el significado y el propósito original de una gran cantidad de obras de arte antiguas se han perdido con el tiempo. Dicen los arqueólogos que las esculturas son solamente una representación abstracta en la mente del artista antiguo para hacer una descripción exacta de los hechos históricos. Si bien esto puede ser el caso de las estatuas de Temehea Tohua, la similitud entre las tallas de piedra y las representaciones modernas de extraterrestres son sorprendentes.

Mapa de Nuku Hiva, en el archipiélago
de las Islas Marquesas. Clic para ampliarlo.
En lengua marquesana la isla se llama Te Henua’enana en el dialecto del norte, y Te Fenua’enata en el dialecto del sur. Habitualmente se traduce como “la tierra de los hombres”, pero más exacto sería en nuestra época “el país de los marquesanos”.

Nuku Hiva, en el valle de Hakavi tiene una impresionante cascada de 340 metros de altura. La llaman la cascada de Ahue, que cae en un solo salto y dicen que es la tercera más alta del mundo.

Antiguo templo maorí en Taiohae Bay,
en la isla de Nuku Hiva. Estos seres
esculpidos no parecen humanos.
Más allá de los hermosos paisajes de la isla, persiste el misterio sobre estas estatuas que podrían ser los registros tallados en piedra como recuerdo de un contacto alienígena arcaico.

Por lo tanto, ¿son estas esculturas de piedra más que tikis perteneciente a la cultura polinesia o hay algo más en ellos? Una cosa parece ser cierta: los seres que ellos representaron no son humanos. 

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