El nuevo
Gobierno japonés de Shinzo Abe apenas ha tardado un mes en ser
noticia. El primer ministro, cuyos principales retos son enderezar la
economía del país, al borde de la recesión, definir su modelo energético y
apurar la reconstrucción de las zonas devastadas por el tsunami de 2011, ha
visto el lunes 21 de enero cómo el titular de Finanzas llevaba hasta límites
intolerables la política de austeridad del Ejecutivo.
Taro Aso, el inhumano ministro de Finanzas de Japón. |
El millonario Taro Aso, responsable del área económica, pidió a los
ancianos del país que "se den prisa en morir" para que de esta
manera el Estado no tenga que pagar su atención médica. Dichas declaraciones han
sido recibidas como un insulto en un país con una
sensibilidad especial hacia la tercera edad y donde casi una cuarta
parte de sus 128 millones de habitantes son mayores de 60 años. Se calcula
que la proporción aumentará hasta el 40% en los próximos 50 años.
"Dios no quiera que ustedes se vean obligados a
vivir cuando quieran morir. Yo me despertaría sintiéndome mal sabiendo que
todo [el tratamiento] está pagado por el Gobierno", dijo Aso durante
una reunión del Consejo Nacional sobre la reforma de la Seguridad Social, según
informa el diario británico The Guardian.
"El problema no se resolverá a
menos que ustedes se den prisa en morir", remató.
Aso, de 72 años de edad y que también ejerce como
viceprimer ministro, se mostró personalmente en contra de los cuidados
paliativos. "Yo no necesito ese tipo de atención", enfatizó el
dirigente en declaraciones citadas por la prensa local, agregando incluso que
ha escrito una nota en la que instruye a su familia para, llegado el momento,
no prolongar su vida con tratamiento médico.
El ministro fue un poco más allá en su ofensa al
referirse a los ancianos que ya no pueden alimentarse a sí mismos como
"gente de tubo". Aso añadió que el Ministerio de Salud y
Bienestar es "muy consciente de que cuesta varias decenas de millones de
yenes" al mes el tratamiento de un solo paciente en las etapas finales de
la vida.
Otros deslices
verbales
El cuidado de las personas mayores es un reto
importante para Japón. Según un informe hecho público esta semana, el número de
hogares que reciben asistencia social, que incluyen a algún miembro de
65 años o mayores, se cifra en más de 678.000, aproximadamente el 40%
del total.
Taro Aso, de 72 años, es uno de los políticos más ricos de Japón. |
El país también debe hacer frente a un aumento del
número de personas que mueren solas, la mayoría ancianos. Más de 4,5
millones de mayores vivían solos en 2010, y el número de los que murieron en el
hogar aumentaron un 61% entre 2003 y 2010, según la Oficina de Bienestar Social
y Salud Pública.
El ministro Aso, quien se ha mostrado propenso a
cometer deslices verbales a lo largo de su carrera política, intentó aclarar
más tarde sus comentarios reconociendo que
su lenguaje había sido "inadecuado".
"Dije lo que personalmente creo, no cómo el sistema
de atención médica para los últimos años de vida debería ser", apuntó a la prensa. "Es importante que usted sea capaz de pasar los
últimos días de su vida en paz", tratando de apaciguar los ánimos.
No es la primera vez que Aso, uno de los de los políticos más ricos de Japón, ha cuestionado
el deber del Estado en relación a la población anciana. En 2008, mientras
ejercía como primer ministro, calificó de "chochos" a los
pensionistas que deben cuidar mejor de su salud.
Lo que Taro Aso no quiere ver es que, esos ancianos que tanto desprecia, son los que pagaron con su trabajo y esfuerzo de toda una vida, el sueldo de políticos como él. |
"Veo a gente de 67 ó 68 años constantemente ir al médico", soltó en una reunión de economistas. "¿Por qué tengo que pagar
por las personas que sólo comen y beben y no hacen ningún esfuerzo? Yo ando
todos los días y hago otras cosas, pero yo voy a pagar más impuestos".
Lo que este ministro de Economía inhumano no quiere
reconocer es que esos ancianos
que tanto desprecia, son los que pagaron con su trabajo y esfuerzo de toda una
vida, el sueldo de políticos sinvergüenzas y corruptos como él, que por el contrario, son
como parásitos para Japón porque viven unas vidas de lujo gracias a estar metidos en el
gobierno.
Estos funcionarios piensan que son ellos los que
mantienen el país cuando en realidad viven
a costa del pueblo y se dedican a sentarse en un mullido sofá mientras piensan
como aumentarse las dietas.
Esto nos pone en
antecedentes de que el plan para reducir
la población mundial por los integrantes del Grupo Bilderberg, de la Trilateral, no es un verso
conspiranoico como algunos quieren hacernos ver. Es un diseño perfectamente
estudiado desde hace años.
Taro Aso dio el primer paso para exterminar a la
población, le seguirán otros políticos inhumanos en otros
países del mundo. Ya lo verán.
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