Es la Halley VI, que usan científicos ingleses.
Costó 45,7 millones de dólares y tiene pies capaces de elevarse y desplazarse.
La Halley
es una base antártica del Reino Unido situada
cerca de la costa del Mar de Weddell. Desde su fundación en 1956 se
edificaron cinco plataformas y todas
sucumbieron bajo el peso de la nieve. Para corregir este imprevisto, la
British Antarctic Survey (BAS) organizó un concurso de diseño. Se presentaron
86 propuestas de estudios de todo el mundo, y resultó elegido un modelo futurista de novedosa
arquitectura polar. Tan futurista que los fanáticos no demoraron en
compararla con los vehículos imperiales AT-TE Walkers usados en la película El imperio contraataca (1980), la segunda entrega de la saga
de La guerra de las galaxias.
Es que la nueva base “camina”
sobre el hielo, o algo así.
La base antártica inglesa Halley VI, costó 45,7 millones de dólares. |
La
estación Halley VI, que fue inaugurada
el 28 de febrero pasado, es obra de la firma Faber Maunsell y Hugh
Broughton Architects, que con su ingeniosa
estructural móvil intentará
vencer las inclemencias meteorológicas del territorio helado. Cada unidad fue construida
en Sudáfrica y se asienta en unos soportes de altura regulable que finalizan en
forma de patines o esquíes para que puedan deslizarse
sobre la superficie antártica. Su construcción de avanzada demandó un costo de 45,7 millones de
dólares.
El equipo
de ingenieros empalmó la estación modular, que consta de siete laboratorios de color azul y un bloque central rojo,
interconectados por corredores flexibles.
Los
trabajos de construcción demandaron cuatro veranos australes.
Están
acondicionados para soportar
vientos habituales de hasta 100 kilómetros por hora y temperaturas que van desde los 30
grados bajo cero hasta los 55 grados
bajo cero.
Ubicación de la Base Halley VI, casi en el centro del mapa. |
La primera estación Edmond Halley fue construida en
1956 y abandonada en 1968. La quinta comenzó a operar en 1989 y fue demolida
a fines de 2012, cuando ya estaban listas las obras de la nueva versión.
La base
Halley VI está situada en la zona Brunt Ice Shelf, relativamente cerca de la
base argentina Belgrano II, en la costa del mar de Wedell, a unos 1.400 kilómetros del Polo Sur. En su
interior se alojarán 70
científicos en verano y un promedio de 16 en invierno. La actividad
principal del BAS es la investigación atmosférica (en 1985 sus técnicos
detectaron el agujero en la capa de ozono) y también geología y glaciología.
La base cuenta con todas las comodidades para no aburrirse. |
Uno de
los grandes inconvenientes que enfrentaron las expediciones que se adentraron
en la Antártida fue que las
placas de hielo se mueven unos 400 metros cada año en dirección hacia el mar. La acción
del hielo y la nieve terminan por absorber cualquier edificación construida
sobre el continente blanco. Todo esto hace que las estaciones científicas se
deterioren en menos de 10 años.
Para
sortear esta trampa ambiental, en caso de que la placa de hielo sobre la que se
asientan se resquebraje no haría falta desmontarlos de su posición. Basta con
engancharlos a un tractor de nieve que los desplace hasta una ubicación segura.
Además, el material aislante que los recubre les permite adentrarse en el mar helado en la época de invierno y en verano, y
alinearse en tierra firme antes del retroceso de los hielos.
El módulo rojo son las viviendas y actividades recreativas, el resto, de color azul son laboratorios, oficinas y generadores de energía. |
Tanto el
ensamblado como el mantenimiento no demanda una gran infraestructura y el orden
de los módulos puede ser alterado sin dificultad. Y si las circunstancias lo
requieren, es posible agregar
nuevas unidades.
El
complejo consta de un módulo central de color rojo, pensado para alojar las actividades comunes y recreativas.
Mientras que los de color azul serán usados como laboratorios, oficinas,
generadores de energía, una plataforma de observación y otras facilidades.
Los módulos están
acondicionados con fuentes de
energía renovables y emplean
los mejores métodos para degradar los desperdicios. El resto de los módulos se
ubican flanqueando este módulo principal, y están diseñados para adaptarse
fácilmente a las cambiantes necesidades de los diferentes programas
científicos.
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