350 soldados
japoneses llegan a Sudán del Sur con autorización para usar la fuerza en este
país que lleva más de dos años sumergido en un conflicto que ha causado el
desplazamiento de 2,2 millones de personas.
Fuerzas militares japonesas llegan al aeropuerto de Yuba, capital de Sudán del Sur. |
Japón
ha enviado a Sudán del Sur un contingente militar con un mandato que les
permite usar la fuerza en el marco de una misión de paz de la ONU, siendo el primer despliegue en el extranjero de
tropas japonesas con esa competencia después de la Segunda Guerra Mundial,
informa Reuters.
Los militares japoneses tienen órdenes de combatir en Sudán del Sur si es necesario. |
Sudán del Sur tiene la tercera mayor reserva de petróleo de África. |
Por
primera vez desde el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando Japón aprobó
una ley que consagraba el carácter pacifista de sus fuerzas armadas, estas tropas de paz tendrán la capacidad
de emplear la fuerza para defender a civiles, al personal de la ONU o a sí mismos.
Hasta
hace dos años, el artículo 9 de la Carta Magna de Japón impedía —a instancias
de la ocupación estadounidense tras la derrota nipona en la guerra— el uso de
la fuerza para resolver conflictos, además de no permitir combates en el exterior.
Bandera de Sudán de Sur. |
Shinto Abe, el primer ministro japonés que autorizó el envío de tropas a Sudán del Sur. |
Desplazados sudsudaneses en un campo de refugiados de las Naciones Unidas en Tomping, cerca de Yuba en julio de 2016. |
El presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir (a la derecha), estrecha la mano de Riek Machar (a la izquierda) en 2011. Desde el 15 de diciembre de 2013 están en guerra entre ellos. |
Un
dato que no es menor es que este país
atesora la tercera mayor reserva de oro negro de África. Los
enfrentamientos fueron especialmente
violentos en las tres provincias petroleras: Alto Nilo, Unidad y Jonglei. La
excusa del presidente Salva Kiir para
llamar a la rebelión armada fue que Riek
Machar estaba planeando un golpe de Estado y, al mismo tiempo, ambos
instigaron el ancestral enfrentamiento entre sus respectivas etnias –los dinka de Kiir y los nuer de Machar– para
ganar adeptos en los numerosos frentes de batalla”, señala el Teniente Coronel Jesús Díez, experto en Sudán
del Sur, en un análisis del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE).
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