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martes, 10 de enero de 2012

CHEMTRAILS: LA EXPLICACIÓN QUE ESTÁBAMOS BUSCANDO

Los chemtrails son un fenómeno reciente que cada día tiene más alarmadas a las personas que observan el cielo.

La palabra "Chemtrail" es una abreviación del inglés chemical trail, que traducido literalmente significa estela química” o bien “senda química”. La denominación imita a la que se da en este idioma a las estelas de condensación (contrail). No debe confundirse este término con la dispersión de sustancias químicas para fines reconocidos (fumigación, sembrado de nubes, exhibiciones aéreas, etc.).

El vocablo fue utilizado por primera vez por el periodista William Thomas en 1999, aunque la primera descripción del fenómeno data de 1997, por Richard Finke. Algunos partidarios de la versión de la conspiración contra la humanidad defienden la idea que en realidad las chemtrails comenzaron años antes.

La comunidad científica se burla de las denuncias con respecto a la existencia de los chemtrails y mientras unos consideran que se trata de un “mito urbano”, otros argumentan que se trata en realidad de simples estelas de condensación de aviones de pasajeros que se forman tras los aviones que vuelan a unos 10.000 metros cuando el vapor de agua que sale del motor se congela y los cristales de hielo dan lugar a un haz blanco o contrail.

Chemtrail en la ciudad de Rosario,
setiembre de 2011.
Lo cierto es que estas estelas químicas o chemtrails son bien reales y nos están intoxicando diariamente, en particular el vertido de estas sustancias inconfesables está siendo denunciado en todos los países del mundo.

A continuación revelaremos un resumen del libro del canadiense Amitié Nenki, que un día de julio de 1992 le cayó una lluvia extraña mientras estaba en su jardín de la ciudad de Quebec, procedente de un avión y se puso a investigar y el resultado es este libro de 118 páginas publicado en el año 2003: “Chemtrails -Rastros mortales en el cielo. La verdadera causa de las epidemias”.

El autor comienza preguntándose sobre el sistema que tienen los laboratorios para vender mejor las vacunas. “Los laboratorios nos anuncian machaconamente a través de los medios, prensa, radio TV, como si de una campaña de marketing se tratara, epidemias de gripe, de meningitis y de virus que vendrán del Nilo o de otras regiones del mundo a cual más exótica, con una precisión que haría palidecer de envidia a todos los clarividentes del planeta. ¡Tal virus se anuncia para mediados de febrero, tal otro tendrá su apogeo hacia finales de febrero! ¡No pasa nada! añaden en medio del lío de información... y de vendernos su campaña de vacunación. No, pero ¿cómo hacen para afirmar de una manera tan precisa las epidemias que van a azotar una parte del globo... a menos que sean ellos mismos el origen?

Chemtrails; Rastros mortales en el cielo
Hace años que circulan informes sobre las observaciones de los rastros anormales que dejan tras de sí ciertos aviones en vuelo. Nadie se preocupa por tal detalle... ¡Es tan banal! Al principio, un avión, máximo dos, dejaban rastros. Ahora, en ciertos días, se pueden contar por docenas, en cruz, paralelos e incluso en forma de S o de círculos. ¿No es legítimo preguntarse si esos rastros no son una de las causas de las nuevas enfermedades que sufrimos desde hace años? Pensemos en la ola de bronquiolitis que padecen cada vez más todos los años los recién nacidos. ¡Hacia los años 90, esta palabra ni siquiera estaba en el diccionario!

Amitié Nenki, el
canadiense que
denunció las
estelas químicas.
Claro que hay otros factores: la polución del suelo, del aire, del agua y todos los aditivos que consumimos en la comida, pero los análisis que se han hecho de los chemtrails o “sendas químicas” son muy alarmantes.

Recrudecimiento del asma, vías respiratorias afectadas, pulmones destrozados, extraños dolores de garganta, anginas que desaparecen tan repentinamente como aparecen, gripes que no lo son realmente, enfermedades oculares, de la piel y de los órganos internos... La lista es larga y cada una de estas alteraciones puede degenerar y conducir a la muerte. Y el abuso de vacunas y de antibióticos no hace más que disminuir irremediablemente la capacidad del sistema inmunológico para responder ante los ataques súbitos.

Foto de uno de los aviones que realizan
las estelas químicas.
Miramos furtivamente al cielo y consideramos normal que un avión que lo atraviesa deje tras de sí surcos que se extienden de un lado al otro del horizonte. Se hacen más grandes continuamente hasta entremezclarse con otros de modo que llegan a formar una nube que cubre el cielo durante horas. No nos preguntamos si estos rastros son la causa o una de las causas de los nuevos síntomas o de las nuevas enfermedades que sufrimos.

Es alarmante la cantidad de chemtrails
sobre las grandes ciudades del mundo.
Al principio, los responsables civiles y militares tranquilizaron a los investigadores sosteniendo que se trataba sólo y simplemente de rastros de condensación (contrails). En ciertos casos, podrían ser el resultado de la liberación de carburante en previsión de un aterrizaje forzoso. Sin embargo, la multiplicación de estos rastros vuelve ridículo e inadmisible ese tipo de justificación... (Todos los aviones que vuelan no están en situación de aterrizaje de emergencia, ¿o sí...?)

Finalmente, ante la amplitud del fenómeno, los responsables gubernamentales y de las estaciones aéreas no han tenido otra elección que abstenerse de todo comentario. El tema de las sendas químicas fue relegado al simple rango de leyenda urbana. En estas condiciones, ¿cómo reclamar un estudio científico serio?

Detalle de los tubos en uno de los aviones
listo para lanzar las sustancias
químicas o biológicas.
Es bien sabido que los gobiernos de ciertos países experimentan con nuevas tecnologías sobre las espaldas de sus ciudadanos desde hace décadas. Muchos informes que se han hecho públicos así lo prueban.

Las autoridades insisten en declarar que las marcas dejadas por los aviones están formadas por la condensación procedente de las turbinas del propulsor. ¡Y nadie se sorprende de que estas huellas no existieran antes de la década de los ‘90! ¿Pruebas? es suficiente con ver el cielo grabado en los documentales antiguos. No se ven rastros de aviones que, sin embargo, están omnipresentes como fondo en los documentales actuales.

Observando fotos del cielo anteriores a 1995 se encontrarán imágenes completamente carentes de sendas, mientras que en una gran cantidad de fotografías que se publican actualmente, sorprende el número de huellas que se pueden ver en el cielo.

Tras la llegada de los aviones con motores jet, nos hemos acostumbrado a ver rastros blancos en el cielo cuando pasan a gran altura. Estos rastros de condensación dependen esencialmente de dos factores: la humedad del ambiente y las bajas temperaturas. Pueden estar formados de finas gotas de agua condensadas o de cristales de hielo y de nieve.

En altura, estas condiciones se dan normalmente a partir de los 9.000 metros. Las estelas pueden permanecer visibles varios minutos antes de que poco a poco el viento las disperse y desaparezcan completamente. Estos rastros, formados sólo por moléculas de agua, son inofensivos si no se tiene en cuenta la polución que una sola turbina de avión pueda generar por el consumo de carburante y de agentes químicos.

Las estelas de condensación o contrails se disipan después de un corto periodo de tiempo. Sólo pueden formarse a temperaturas de 24 grados Celsius bajo cero y además, a niveles de humedad relativa del 70 % o superior.

Desde mediados de los años 90 se comenzaron a ver rastros de un nuevo tipo. Aparecen a menores altitudes que los de las estelas de condensación, pueden ser blancos o coloreados y se disipan muy lentamente dejando una neblina en la que se pueden encontrar partículas o filamentos.

Boquillas para rociar un cóctel de
chemtrails adosadas a un costado de un
avión Stratotanker KC-135.
En ocasiones, forman nubes longitudinales que se cortan súbitamente dejando un agujero. Las nubes se vuelven a formar para terminar algunos kilómetros más adelante. O, por el contrario, el surco recorre el cielo de un extremo al otro del horizonte. Estas nubes no siempre están situadas a gran altitud. Muy a menudo, se pueden ver a una altura de entre 1.000 a 5.000 metros.

Se pueden observar arcos iris o una coloración anaranjada en ciertas nubes. Otras son masas más oscuras en el interior o están ribeteadas de negro. Estos pequeños surcos se expanden rápidamente y terminan por convertirse en nubes con forma de finas plumas o de redes en abanico. Contrariamente a las estelas de condensación, los surcos de las sendas químicas a menudo están rotos, con un vacío en el trazado, como si dentro del avión se hubiera cambiado de tanque.

La mayor parte de los observadores que han reportado estas anormalidades son aficionados a la aviación, médicos, científicos, policías, periodistas... y otra gente que comenzó a sufrir súbitamente de irritaciones oculares, bronquitis, alergias y fatiga luego de percibir cierto olor a quemado al mismo tiempo que en el cielo se formaban nubes artificiales tras el paso de los aviones.

Al principio, los responsables civiles y los militares norteamericanos calificaron de normalidad absoluta estos fenómenos diciendo que lo que se veía en el cielo no era más que condensación. Pero nunca pudieron explicar por qué estos trazados a menudo se cruzan, como si los pilotos jugaran en el firmamento. Otro intento de justificación ha sido la suelta de combustible en casos de aterrizaje forzoso. Esto se puede admitir en casos precisos y documentados, pero no sistemáticamente y menos aún en trayectorias cruzadas de decenas de aviones que, en pocas horas llenan el cielo de sendas.

Además se ha constatado la presencia de sustancias extrañas flotando en el aire, como telas de araña muy tenues y que se vuelven líquidas al tocar el suelo. Algunos análisis han permitido constatar la presencia de sustancias biológicas, metales pesados y de sales de bario. Y más aún, cientos de personas se enferman al día siguiente de ver el cielo de sus ciudades surcado por gran cantidad de aviones dejando sus sendas.

El control de la población
Según los que detentan el gran poder mundial, la Tierra está superpoblada. Se debe aplicar el eugenismo a escala mundial. La población anciana aumenta demasiado deprisa. Los disminuidos y los mendigos son bocas inútiles, costosas e indeseables. Los militares serían los encargados de modular el estado sanitario de poblaciones enteras. Es decir que se introducirían por el cielo, virus, bacterias y otros agentes biológicos en poblaciones seleccionadas.

Más detalles de tubos que lanzan sustancias
adosados a un avión Stratotanker KC-135.
Sólo los elegidos poseerán el antídoto. Los miembros de la élite planetaria o más aún de la Fraternidad de los Iluminati son todos practicantes del eugenismo mundial, es decir de la depuración de la raza humana y de la disminución de la población del planeta... desde el punto de vista humano.

Toda la historia de las sendas químicas estaría relacionada con el plan para reducir la población mundial a alrededor de 400 a 500 millones de personas, comenzando por Estados Unidos y Canadá.

¿Por qué? Porque el pueblo americano es uno de los pocos que tendría la posibilidad de detener la matanza.

Interior de un avión Stratotanker KC-135
modificado para esparcir sustancias nocivas.
La élite mundial codicia a Estados Unidos por su diversidad geográfica. Querría recuperar el país en el estado en el que estaba cuando llegó Cristóbal Colón.

A los que participan en estas mezquindades o en la aplicación del plan se les hace creer que serán perdonados, que se les permitirá vivir y quedarse en el continente como administradores o como guardianes de esta gigantesca reserva de la naturaleza. Se requerirán entre 150.000 y 200.000 personas para asumir el mantenimiento de estos lugares conservados al natural. Es muy posible que estas personas no sean de nacionalidad americana.

Los obreros serán probablemente importados desde Europa o Asia, los dirigentes no correrán el riesgo de tener que enfrentarse a una rebelión.

Muchos grupos ecologistas radicales preconizan la desaparición de la raza humana para recuperar la fauna y la flora del planeta. ¿No han caído ustedes mismos en la tentación de decir o pensar que el planeta está contaminado a causa de la superpoblación de humanos? ¿Y eso sin tener en cuenta que cada día hay un lote nuevo de extinción de especies vegetales, animales, insectos, pájaros, peces y el resto? ¿Todo esto a causa de nosotros y de nuestras costumbres devastadoras? ¿También debido a la avidez de las grandes compañías mundiales? Y siempre por nuestra culpa. La selva amazónica desaparece con el fin de crear pastos para los animales que alimentarán a la población de los países ricos.

Nos sentimos culpables de estar aquí y tenemos ganas de decir: Desaparezcamos todos y vengamos más tarde. ¿Sí?... ¿Y mientras tanto qué hacemos? ...¿Cambiamos de planeta para ir a contaminar otro? ¿Quién nos querría en esta galaxia? ¡Despertemos! Hay mucho que limpiar sin necesidad de mudarnos de planeta o de morirnos todos.

Avión Stratotanker KC-135, obsérvese
los misteriosos tanques a ambos lados.
Con la tecnología punta que posee el gobierno secreto, podríamos limpiar todo en muy poco tiempo. Eliminar la polución de inmensas extensiones de agua, limpiar los ríos. Además, se podría reutilizar o neutralizar fácilmente la radioactividad emitida por los vertidos nucleares. Pero, ¿para qué nos proporcionarían esa tecnología? La población de la tierra aumentaría más si nadie estuviera enfermo, si nadie se matase entre sí o si nadie fuera envenenado.

Evidentemente existe la posibilidad de que una raza llegada de lejos se apropie de nuestro planeta verde y azul... Muy poca gente quiere verlo desde este ángulo... Pero la historia de la humanidad abunda de casos de genocidios perpetrados por plagas y pestes, ¡regalo de los dioses del cielo! ¿Este acuerdo formará parte de un contrato entre el gobierno secreto y una facción de malvados alienígenas?

El plan que incluye la utilización de sendas químicas ha sido concebido para hacer vulnerable a la población ante una epidemia de gripe. Cada vez más se anima a la población a que reciba vacunas contra la gripe para protegerse contra los virus que circulan.

Cada año, el gobierno americano ha sido capaz de adivinar qué cepa del virus sería la que va a afectar a la población y hasta ahora el público ha estado satisfecho con las vacunas que tan generosamente le han ofrecido.

Se han realizado estudios en el USAMRIID (Instituto Militar de Investigaciones Médicas sobre Enfermedades Infecciosas) situado en Fort Detrick, Maryland. Los investigadores han reconstruido y modificado el virus de la gripe española, el H1N1, haciéndolo aún más mortal que el que azotó los continentes en 1918 y 1919. Esa epidemia condujo a la muerte a 20 millones de personas en el planeta, 500.000 en América del Norte. En nuestros días una epidemia semejante habría matado a mucha más gente. En aquellos tiempos, no se viajaba de Madrid a Buenos Aires en doce horas...

Imagen de un avión surcando el cielo en
plena labor de lanzamiento de chemtrails.
Las vacunas de la gripe contienen virus muertos y protegen al cuerpo de un ataque procedente de una cepa particular. Son ineficaces contra cepas que no están incluidas en la inyección. Posiblemente, las reservas de vacunas incluirán la modificación más letal de la versión del H1N1 de 1918 en su forma viable. La mayoría de la gente que reciba esta vacuna simplemente pensará en renovar su inyección anual contra la gripe y esa vacuna incluirá una vez más la forma benigna del H1N1. La presencia de esta cepa menos fuerte hará más lenta la progresión de la forma modificada y más letal del H1N1. La gente se enfermará más lentamente para quizá terminar muriendo. Sólo serán necesarias algunas semanas más.

Durante ese tiempo, servirán de vehículos para la forma mortal del virus transmitiéndolo de uno a otro a través de sus contactos. Cuando se informe a la gente de que algunas personas mueren por la gripe, se precipitarán todos a inyectarse la vacuna. La población entera se verá mucho más afectada por la infección porque previamente se habrán preparado los pulmones con los productos lanzados desde los aviones para garantizar la universalidad de la maniobra.

En los años 1968 y 1969 cuando la gripe de Hong Kong, que era del tipo H3N2, mató a más de 30.000 personas sólo en Estados Unidos, fue un aprendizaje fortuito para algunos que eran conscientes de que la gripe podría ser concebida y utilizada para erradicar una población entera. Al mismo tiempo, se daban cuenta de que había que tomar las medidas necesarias para que las personas que son naturalmente resistentes fueran susceptibles de padecerla.

Cuadrícula de estelas químicas.
De este modo se desarrollaron programas de vacunación y de procedimientos de siembra con el fin de condicionar a la población. El objetivo de los agentes químicos arrojados desde los aviones es ayudar al envoltorio viral a fusionarse con las células de los pulmones permitiendo una penetración más fácil.

¿Qué será de los individuos que sobrevivan y no sucumban al virus? La probabilidad, por mínima que sea, es inevitable. Habrá grupos aislados de gente a los que no llegará o que serán resistentes a la cepa mortal del H1N1. Deben recordar que el personal militar ha sido vacunado contra una gran variedad de patógenos incluido el bacilo del carbunco, es decir, el ántrax.

Para los que viven en regiones alejadas donde el virus de la gripe no haya hecho su trabajo, será muy simple esparcir esporas del bacilo del carbunco y enviar a las tropas para que se ocupen de los que sobrevivan... La pulverización del ántrax se hará probablemente bajo el disfraz de un programa de protección contra la gripe para las poblaciones supervivientes después de una epidemia provocada.

Los militares que hayan estado expuestos a civiles contaminados con la gripe esperarán con impaciencia recibir las inyecciones contra ese virus. Pero este procedimiento será uno de los últimos recursos. Los que orquesten el plan no querrán utilizar el ántrax antes de que se hayan agotado todas las demás posibilidades debido a la resistencia y longevidad de las esporas del bacilo del carbunco. Esparcirlas en el campo significaría que la región sería peligrosa y no podría ser ocupada por humanos, al menos por los que no hayan sido vacunados.

También puede llegar a pasar que nos quieran hacer creer en una estrategia de protección civil dirigida contra los ataques bioterroristas aéreos, esta teoría es la contraria a la anterior: los militares experimentarían medios de protección biológica puesto que la próxima guerra no será convencional, sino biológica. Tan así es que ya se habría experimentado con una vacuna en aerosol, esparcida desde los aviones para proteger a la población de una posible epidemia de gripe.

¿Por qué se querría proteger a los ciudadanos de un país contra un ataque biológico si el objetivo último es disminuir la población de la tierra? Porque en caso de aparente éxito se justificarían las acciones militares y procurarían que la población abandonase sus derechos y poderes en las manos de sus protectores.

Así que mientras la selección de la especie humana no esté terminada ellos serán los únicos que decidan quién debe quedarse, quién será elegido e indultado y qué poblaciones serán diezmadas completamente o en parte.

La verdadera razón de ser de los chemtrails
El alcance global del plan de sendas químicas relacionado con numerosos proyectos secretos reúne varios objetivos mundiales considerados imperativos por el poder real.

El objetivo principal reside en cortar las percepciones espaciales y crear en el cerebro de las personas un bloqueo en la interacción de diversos aminoácidos que tienen un vínculo con la conciencia superior aumentando la dopamina con el fin de producir un estado de euforia y de apatía.

Chemtrail; permanece durantes muchas
horas. Contrail; se deshace en poco tiempo.
Las sales encontradas luego del paso de los aviones que dejan estelas químicas indican porqué utilizan tal vector para crear este estado en la mente humana, el lugar de coexistencia y de intersección entre lo real y lo irreal.

Para entender este objetivo hay que comprender el alma humana, el verdadero Yo y la relación con el cuerpo físico por medio del sistema endocrino que funciona en cada huésped humano.

Debemos comprender que las agencias de información mundial operan a un nivel muy elevado de competencia y de conciencia ocultas. Para ejercer sus funciones, los agentes internacionales disponen en general de un permiso incondicional para matar.

Se trata de la flor y nata del personal de las agencias. Son los mismos hombres y mujeres que gestionan las operaciones de control de la mente y los raptos de niños en todo el mundo y que también están implicados en las relaciones exteriores entre las agencias y los gobiernos.

Para comprender el plan de las sendas químicas, debemos conocer a las personas que tienen el poder de hacer lo que les parece y cuando les parece. Debemos también comprender cuales son sus necesidades para llevar adelante su plan.

Esto es lo que necesitan:

Ellos necesitan que la frecuencia cerebral de cada ser humano de cada país funcione a un régimen específico por debajo del umbral de la conciencia. El estudio de las ondas cerebrales, de las técnicas de visión a distancia y de otras investigaciones asociadas es la clave. Por lo que se sabe, un cerebro que funciona a 12 ó 14 ciclos por segundo está agitado. En consecuencia, no puede ser receptivo a un ciclo fuera de los límites de la misma frecuencia, sobretodo si el cerebro está artificialmente estabilizado a esa frecuencia. (¿Artificialmente estabilizado? ¿Pero con qué?).

¿Cómo percibir el amor cuando el cerebro no puede reaccionar más que a la impaciencia, la cólera, la brutalidad o la violencia?

Recordemos los objetivos del plan de quienes detentan el poder mundial tocan nuestras almas a dimensiones que el ser humano nunca jamás ha considerado.

No podemos percibir realmente las dimensiones del plan global por la naturaleza oculta de los agentes que lo llevan adelante y de los verdaderos poderes que gobiernan, por lo que la gran mayoría de personas es incapaz de emprender una búsqueda en la buena dirección y son sometidos sin oponer ninguna resistencia y sin darse cuenta siquiera de que están siendo sometidos.

Sendas químicas fotografiadas
desde un avión.
Ellos necesitan que el sistema inmunológico de las personas se agote paulatinamente. Es el control más elemental. Si la más mínima brisa provoca un resfrío, ¿cuál es el medio de defensa? ¿Con qué se puede contar si no se es capaz de levantar los brazos sin tener migraña? Esta sería la razón principal por la que se encuentran células de sangre en los residuos de las sendas químicas: estamos en medio de una guerra biológica y nadie nos avisó.

Ellos necesitan nuestro acuerdo. Este último punto es, por mucho, el elemento crucial. No basta con hacernos esclavos, es necesario que demos el consentimiento para convertirnos en esclavos. Penuria en la alimentación, salarios bajos, falsos ideales propagados por la publicidad, todo crea un estado de dependencia del sistema, pero no es suficiente... Para ganar (vayan a saber lo que significa "ganar" para la CIA), los que dirigen a las agencias secretas necesitan nuestro permiso para hacer lo que quieren de nosotros. El sistema de esta biosfera comprende una última puerta que cada uno de nosotros puede abrir o cerrar. Se trata del libre albedrío. ¡El libre albedrío!

A partir del momento en el que comprendamos las necesidades de los agentes encargados de llevar adelante los planes globales de sometimiento y exterminio, sus objetivos se vuelven fáciles de discernir. Las preguntas adecuadas relativas a las sendas químicas que nunca se formulan cuando se habla del tema o cuando se observa, ingenuamente y con total indiferencia, el cielo de las ciudades plagado de surcos dejados por una inusitada cantidad de aviones son: ¿Qué quieren? ¿Cómo hacen para conseguir sus objetivos?

Objetivo auxiliar:

Entre los objetivos auxiliares del plan de exterminio está el de crear y mantener un sistema inmunológico humano debilitado hasta la fase de la ejecución de sus sistemas de armas binarias, desencadenada por sistemas de microondas. El efecto secundario positivo para ellos, que incluso la Agencia de Seguridad Nacional norteamericana no había previsto, reside en la disminución del 12% de la población mundial que ha sido expuesta a los elementos que componen las sendas químicas.

Se conoce como arma binaria a un dispositivo que contiene como mínimo 2 componentes químicos relativamente inofensivos por separado pero que al combinarse en una bomba o proyectil, produce una sustancia altamente tóxica.

Las armas binarias deben ser disparadas. Para hacerlo se pueden utilizar ondas de radio FM, AM y señales de microondas. Un conjunto de antenas se encuentra en operaciones con este objetivo desde 1998.

¿Para qué todo eso? ¡Despierten! Es imposible controlar 7.000 millones de seres humanos, es demasiado. Además la cifra está aumentando mucho más rápido de lo que se esperaba. Hay que debilitarlos para poder controlarlos.

Estelas químicas en Las Vegas,
Nevada, Estados Unidos.
En agosto de 2000, el cielo de Los Ángeles lució color rojo sangre durante dos días. (Habían pulverizado una dosis demasiado alta debido a órdenes mal transmitidas a la base militar aérea de Edwards). Los hospitales desbordaron de actividad durante una semana, atendiendo a un sinnúmero de personas que presentaron diversas afecciones respiratorias. Luego de aquel incidente, actualmente cientos de miles de personas ven resentida su salud de manera estacional o ante el menor cambio en el clima. Muchos hospitales y clínicas ven como sus provisiones de antibióticos se agotan de un día para otro.

Selección de la biosfera
Mucha gente dirá, con razón, que elegir el objetivo es un sinsentido absoluto puesto que las sendas químicas afectan tanto a la población civil como a los que los pulverizan.

Esta afirmación es totalmente correcta. Sin embargo, conviene subrayar lo siguiente:

Toda una metáfora: están sembrando
la muerte mediante los chemtrails.
Un virus afecta si no se está inmunizado contra sus efectos. Los responsables del gran plan han desarrollado ya sus vacunas y antídotos personales. Los asesinos no activan un arma binaria en la naturaleza sin estar totalmente seguros de que será inofensiva para ellos mismos.

Se burlan estrepitosamente de saber a quién matan, incluso si se trata de sus propios peones y marionetas en el ejército. Las preguntas relativas a las sendas químicas que comienzan por cómo, quién y cuándo no sirvan de mucho. Que hayan identificado el helicóptero UH1H, el petrolero KC-135 y la utilización de aviones Boeing 737 para esparcir los tóxicos sobre las ciudades, en el fondo, no tiene ningún sentido. El hecho de saber estos detalles no cambia nada. No hará que dejen de hacerlo. Hay que descubrir y comprender quién da las órdenes y porqué y entonces los comentarios y especulaciones tendrán algo de valor.

Conclusión
Si se relacionan las diferentes hipótesis e ideas acerca de lo que se puede ver en el cielo, la imagen se vuelve cada vez más clara. Se ha podido constatar que se utilizan las sendas químicas con fines diversos: para enfermarnos y debilitar nuestro sistema inmunológico, nuestra mente y nuestra voluntad; para ensayar diversos experimentos biológicos y químicos en el medioambiente y sobre todo en los humanos; para impedir a los humanos que alcancen su verdadero potencial desarrollando sus capacidades, sus talentos y sus aptitudes; para controlar los corredores aéreos y la ionosfera entera; dominar el clima, la vida vegetal y animal sobre la tierra, es decir, todo aquello que pueda servir como alimento.

Controlar, captar, transmitir y dirigir todo lo que se conoce como comunicación y protección humana sobre el planeta entero: satélites, radio, televisión, teléfono, Internet, fax, coches, aviones, barcos, armas, educación, ciencia, religión... en una palabra, el alma, el núcleo energético humano de la tierra, es decir, el conjunto de fuerzas psíquicas creadas por los humanos, generalmente en forma inconsciente, cuando se unen para alcanzar metas específicas o para sacralizar lugares u obras comunes, proyectos o tendencias.

Estamos ante seres de una raza que se hacen pasar por dioses y que dirigen este planeta con mano de hierro.

A esta raza pertenecen muchos de los dirigentes políticos, la gente de las altas finanzas, los serios científicos y los grandes oficiales del conocimiento oculto. Se dicen instrumentos de esos dioses para llevar a cabo la misión final: construirles un reino sobre la tierra, extraer todas las riquezas y dárselas.

Nuestro sudor y nuestra sangre no tienen precio. Y como la rebelión de los humanos comienza a molestarles, como en el tiempo del Diluvio y de la torre de Babel, han decidido, una vez más, hacer tabla rasa, reducir la población, purificar la raza y el genoma humano.

¿Entonces?... ¿Qué esperan para hablar los que pueden ayudar a descubrir el gran plan de exterminio mundial? ¿Esperan a estar moribundos o gravemente incapacitados por causa de las sendas químicas? Existen decenas de cartas desmintiendo oficialmente el plan, procedentes de agencias gubernamentales, desde la aviación hasta medioambiente. Sus agentes tienen la audacia de banalizar y de reírse de los que se alzan para exigir respuestas y eso a pesar de los miles de reclamos y expresiones de inquietud procedentes de ciudadanos de los países afectados.

Es lamentable para los gobiernos, pero sus respuestas son inaceptables. Tienen tanto interés en negar y ahogar el asunto. ¿Qué podrían denunciar los responsables de ciertas compañías aéreas que han consentido ayudar al gobierno de las sombras gracias al personal voluntariamente cómplice, o no? Tienen las manos atadas.

Digamos "No a los chemtrails".
Imaginemos lo que un plan semejante requiere como secreto. Las personas implicadas tienen gran interés en callar y desacreditar a todo aquel que quiera explayarse sobre el tema.

Incluso se han escrito voluminosos informes sobre la formación de los contrails, con los que se ha logrado convencer a pilotos de aviones, a meteorólogos y a controladores aéreos sobre la normalidad de lo que sale de los propulsores de las aeronaves. Pero ninguno de esos informes se sostiene ni coincide con la observación simple y llana de los chemtrails o estelas químicas.

¿Tenemos algún defensor del pueblo o del ciudadano al que podamos confiar nuestra demanda? ¿Y quién hará la investigación oficial? Creo que deberíamos dirigirla nosotros mismos y que deberíamos analizar los resultados obtenidos por los grupos y los laboratorios reconocidos. No por un laboratorio relacionado por contrato a cualquier gobierno. ¿Es posible? ¿Quién pasará por eso? ¿Un mecenas filántropo que se interese por la causa? ¡Está lanzada la invitación!

Tenemos un gran desafío que afrontar a través de estas pruebas y la desaparición de nuestra calidad de vida. Despiertan nuestros miedos, nuestras debilidades, nuestros malos hábitos, nuestra nefasta indiferencia, nuestro ego. Estas pruebas nos empujan a utilizar nuestro poder personal, interior y físico, a restablecer la armonía y a emplear las verdaderas cualidades humanas que poseemos, las de crear y participar en un mundo de paz y de abundancia.

Resumen del libro: “Chemtrails – Les tracés de la mort”. “Chemtrails - Rastros mortales en el cielo. La verdadera causa de las epidemias”. Autor: Amitié Nenki (2003).

Amitié Nenki también tiene una página web con muchísima información:

2 comentarios:

  1. La verdad es que no se que decir.....vivo y punto!

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  2. Hay que usar la fuerza aérea y derribar todos la aparatos aéreos que están haciendo esto.

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