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martes, 19 de febrero de 2013

EUROPA VUELVE A PERMITIR LAS HARINAS ANIMALES QUE ORIGINARON LA ENFERMEDAD DE LAS VACAS LOCAS

Argumentan que pese a los riesgos, las harinas de origen animal son más baratas y permiten mayores beneficios a los productores ganaderos.

En plena crisis por la carne de caballo que se hacía pasar como si fuera de vaca, la Comisión Europea no tiene mejor idea que terminar con la prohibición de alimentar a los peces de piscifactoría con harinas animales, las mismas que en los años 90 y principio del siglo XXI desencadenaron la crisis de las vacas locas.

A partir del 1º de junio de 2013 se podrán
utilizar restos de cerdo, pollo y pescado
para alimentar al ganado.
Si Bruselas no da marcha atrás, a partir del 1 de junio se podrán usar restos de cerdo, pollo y pescado (convertidos en harina) para alimentar a los peces de piscifactorías destinados al consumo humano. Es el primer paso de una liberalización más amplia. La Comisión también pretende que a partir de 2014 se pueda alimentar a cerdos y pollos con harinas producidas a partir de restos de cerdos y pollos. Para evitar el "canibalismo", los cerdos consumirán harinas de pollo y viceversa.

La autorización de la Comisión todavía puede ser vetada, de forma nacional, por cada país del bloque, pero el mercado único europeo haría inútil esa resistencia. Por ejemplo, un pescado alimentado en Holanda con harinas de cerdo podría venderse en Francia sin restricciones.

Este tipo de alimentos para animales se prohibió en 1997 tras la epidemia de las vacas locas, que habían contraído su enfermedad por comer harinas elaboradas con restos de otras vacas. En el 2000 se prohibió en todo el mundo el uso de harinas animales en la alimentación de cualquier especie. Esa particular forma de "canibalismo" generó la encefalopatía espongiforme bovina, una patología que provocaba una nueva variante de la enfermedad mortal de Creutzfeldt-Jacob en los humanos que comían carne de vacas enfermas.

La encelopatía espongiforme bovina se
produce en humanos que han comido
carne de vacas enfermas.
Los primeros casos de animales enfermos se declararon en el Reino Unido en 1986. En 1991, se diagnostica en Francia el primer caso en ese país de “vaca loca”. En 1992, en Inglaterra ya ascienden a 37.000 los bovinos afectados. En 1996 en Francia, se detectó en el humano una enfermedad, ya estudiada hace décadas y casi olvidada, desde 1921 se la conoce como la Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, que se relacionó con la epidemia de encefalopatía espongiforme bovina (EEB) en el ganado vacuno.

La enfermedad está causada por una proteína que ha modificado su estructura terciaria (en proteínas se denominan estructuras secundaria y terciaria) en un proceso denominado cambio conformacional y que las convierte en un agente patológico. Estas proteínas infecciosas o defectuosas se denominan priones. El periodo de incubación de la enfermedad es de 4 o 5 años.

Una investigación determinó que la aparición de esta enfermedad estuvo determinada por la alimentación suplementaria del ganado bovino con restos de ganado ovino y caprino (que ya presentaban la enfermedad pero no se trasmitía a humanos, denominada scrapie o tembladera), lo que conllevó a que en 1996 en Europa se produjera el embargo de todas las reses británicas, ya que allí nació el problema. En 1998 en Reino Unido se sacrificaran e incineraran a los animales sospechosos de haber adquirido la enfermedad.

Sólo en Gran Bretaña fueron sacrificadas
más de 2 millones de reses.
Hasta 2007, inclusive, se declararon 336.770 reses enfermas de EEB en la Unión Europea y 516 más en el resto del mundo, la inmensa mayoría de los casos sucedieron en el Reino Unido: el 98,38%. Solo en Gran Bretaña fueron sacrificadas más de 2 millones de reses.

Por otra parte, hasta junio de 2010 se diagnosticaron 220 pacientes humanos afectados por la nueva variante de la Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, 217 casos primarios y 3 secundarios (por una transfusión de sangre).

Pero el lobby de los productores ganaderos, muy interesados en volver a las más baratas harinas de origen animal, consiguió al fin torcer el brazo del Ejecutivo comunitario. Bruselas les dio el gusto y levantó la prohibición total que rige desde 1997 argumentando que la anterior era una política desmesurada: "El riesgo de transmisión de la encefalopatía espongiforme bovina entre no rumiantes es mínimo en la medida en que se evite el canibalismo". Es decir, dicen que no habrá riesgos mientras los pollos coman cerdo y los cerdos coman pollo.

Para cubrirse ante posibles futuros riesgos, la Comisión Europea anunció también que pondrá en marcha una serie de controles de ADN y que no se añadirán los huesos a las harinas. Los críticos advierten que el sistema de trazabilidad falla, ¿acaso no se vendió carne de caballo durante meses como si fuera de vacuno?

El escándalo de la carne de caballo
En Europa, crece el escándalo por la venta fraudulenta de carne de caballo en lugar de la de vaca en productos alimentarios. Si bien las autoridades indicaron que no existe riesgo a la salud pública a partir de los alimentos afectados, el incidente provocó repugnancia en Gran Bretaña, donde muchos ven la idea de comer carne de caballo con disgusto, y plantearon preocupaciones sobre la seguridad de las complicadas cadenas de abastecimiento en Europa.

El 15 de enero de 2013, pruebas de rutina por parte de la Autoridad de Seguridad Alimentaria de Irlanda hallaron carne de caballo en hamburguesas congeladas de vacuno producidas por empresas en Irlanda y Gran Bretaña y vendidas en cadenas de supermercados, incluyendo a Tesco, el mayor minorista de Gran Bretaña.

Los europeos comían lasañas de carne de
equinos y pagaban como si fuera de vacunos.
Las preocupaciones aumentaron la semana pasada, cuando la unidad británica del grupo de alimentos congelados Findus comenzó a retirar del mercado paquetes de lasaña de vacuno ante un consejo de su proveedor francés Comigel, luego de que pruebas mostraron que hasta un 100 por ciento de la carne que contenían era de caballo.

Desde entonces el tema ha implicado a operadores y mediadores en una serie de países de la Unión Europea, desde mataderos en Rumania y fábricas en Luxemburgo a operadores en Chipre y empresas de alimentos en Francia. En Alemania, el Ministerio de Salud reveló la sospecha de que un proveedor del estado federado de Renania del Norte-Westfalia recibió platos de lasaña precocinada que contienen carne de caballo. No se descarta que el producto haya llegado a otros proveedores.

El escándalo en Europa de la carne equina es porque la carne de caballo vale un 30 por ciento menos que la carne vacuna y, al no ser advertidos los consumidores, se han sentido defraudados.

En los últimos días, indicios de carne de caballo se han encontrado en varios productos en 16 países europeos, haciéndolos pasar por carne vacuna, lo cual ha provocado cierto pánico entre los compradores.

El 6% de la población británica conoce a alguien que se ha convertido en vegetariano desde que el escándalo estalló en enero pasado, según una encuesta de consumidores que se dio a conocer ahora. Por otro lado, una encuesta irlandesa determinó que un 5% se había negado a comprar carne para consumo. Por el contrario, las tiendas naturistas han reportado un aumento de un 50% en ventas de productos que sustituyen a la carne animal.

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