Argumentan
que pese a los riesgos, las harinas de origen animal son más baratas y permiten
mayores beneficios a los productores ganaderos.
En plena crisis por la carne de caballo que se hacía pasar como si fuera
de vaca, la Comisión Europea no tiene mejor idea que terminar con la prohibición de alimentar a los peces de piscifactoría
con harinas animales, las mismas que en los años 90 y principio del siglo XXI desencadenaron la crisis de
las vacas locas.
A partir del 1º de junio de 2013 se podrán utilizar restos de cerdo, pollo y pescado para alimentar al ganado. |
Si Bruselas no da marcha atrás, a partir del 1 de junio se podrán usar
restos de cerdo, pollo y pescado (convertidos en harina) para alimentar a los
peces de piscifactorías destinados al consumo humano. Es el primer paso de una
liberalización más amplia. La Comisión también pretende que a partir de 2014 se pueda alimentar a
cerdos y pollos con harinas producidas a partir de restos de cerdos y pollos. Para
evitar el "canibalismo", los cerdos consumirán harinas de pollo y
viceversa.
La autorización de la Comisión todavía puede ser vetada, de forma nacional, por cada país del bloque,
pero el mercado único europeo haría inútil esa resistencia. Por ejemplo, un pescado alimentado en Holanda con
harinas de cerdo podría venderse en Francia sin restricciones.
Este tipo de alimentos para animales se prohibió en 1997 tras la epidemia de las
vacas locas, que habían contraído su enfermedad por comer harinas elaboradas
con restos de otras vacas. En el
2000 se prohibió en todo el mundo el uso de harinas animales en la alimentación
de cualquier especie. Esa particular forma de "canibalismo"
generó la encefalopatía espongiforme bovina,
una patología que provocaba una nueva variante de la enfermedad mortal de Creutzfeldt-Jacob en los humanos que
comían carne de vacas enfermas.
La encelopatía espongiforme bovina se produce en humanos que han comido carne de vacas enfermas. |
La enfermedad está
causada por una proteína que ha modificado su estructura terciaria (en
proteínas se denominan estructuras secundaria y terciaria) en un proceso
denominado cambio conformacional y que las convierte en un agente patológico. Estas proteínas infecciosas o defectuosas se denominan
priones. El periodo de incubación de la enfermedad es de 4 o 5 años.
Una investigación
determinó que la aparición de esta enfermedad estuvo determinada por la alimentación suplementaria del ganado
bovino con restos de ganado ovino y caprino (que ya presentaban la enfermedad
pero no se trasmitía a humanos, denominada scrapie o tembladera), lo que
conllevó a que en 1996 en Europa se produjera el embargo de todas las reses
británicas, ya que allí nació el problema. En 1998 en Reino Unido se
sacrificaran e incineraran a los animales sospechosos de haber adquirido la
enfermedad.
Sólo en Gran Bretaña fueron sacrificadas más de 2 millones de reses. |
Por otra parte, hasta junio de 2010 se diagnosticaron 220
pacientes humanos afectados por la nueva variante de la Enfermedad de
Creutzfeldt-Jakob, 217 casos primarios y 3 secundarios (por una transfusión
de sangre).
Pero el
lobby de los productores ganaderos, muy interesados en volver a las más baratas
harinas de origen animal, consiguió al fin torcer el brazo del Ejecutivo
comunitario. Bruselas les dio el gusto y levantó la prohibición total que
rige desde 1997 argumentando que la anterior era una política desmesurada: "El riesgo de transmisión de la
encefalopatía espongiforme bovina entre no rumiantes es mínimo en la medida en
que se evite el canibalismo". Es decir, dicen que no habrá riesgos
mientras los pollos coman cerdo y los cerdos coman pollo.
Para cubrirse ante posibles futuros riesgos, la
Comisión Europea anunció también que pondrá
en marcha una serie de controles de ADN y que no se añadirán los huesos a las
harinas. Los críticos advierten que el sistema de trazabilidad falla,
¿acaso no se vendió carne de caballo durante meses como si fuera de vacuno?
El escándalo de la carne de
caballo
En Europa, crece el escándalo por la venta
fraudulenta de carne de caballo en lugar de la de vaca en productos
alimentarios. Si bien las autoridades indicaron que no existe riesgo a la salud
pública a partir de los alimentos afectados, el incidente provocó repugnancia en Gran Bretaña, donde muchos ven la
idea de comer carne de caballo con disgusto, y plantearon preocupaciones
sobre la seguridad de las complicadas cadenas de abastecimiento en Europa.
El 15 de
enero de 2013, pruebas de rutina por parte de la Autoridad de Seguridad Alimentaria de
Irlanda hallaron carne de caballo en hamburguesas congeladas de vacuno
producidas por empresas en Irlanda y Gran Bretaña y vendidas en cadenas de supermercados, incluyendo
a Tesco, el mayor minorista de Gran Bretaña.
Los europeos comían lasañas de carne de equinos y pagaban como si fuera de vacunos. |
Desde entonces el tema ha implicado a operadores y
mediadores en una serie de países de la Unión Europea, desde mataderos en Rumania y fábricas en
Luxemburgo a operadores en Chipre y empresas de alimentos en Francia. En
Alemania, el Ministerio de Salud reveló la sospecha de que un proveedor del
estado federado de Renania del Norte-Westfalia recibió platos de lasaña precocinada que contienen carne de caballo.
No se descarta que el producto haya llegado a otros proveedores.
El escándalo en Europa de la carne equina es porque la
carne de caballo vale un 30 por ciento menos que la carne vacuna y, al no ser
advertidos los consumidores, se han sentido defraudados.
En los últimos días, indicios de carne de caballo se han
encontrado en varios productos en 16 países europeos, haciéndolos pasar por
carne vacuna, lo cual ha provocado cierto pánico entre los compradores.
El 6% de la población británica conoce a alguien
que se ha convertido en vegetariano desde que el escándalo estalló en enero
pasado, según una encuesta de
consumidores que se dio a conocer ahora. Por otro lado, una encuesta irlandesa
determinó que un 5% se había negado a
comprar carne para consumo. Por el contrario, las tiendas naturistas han reportado un aumento de un 50% en ventas de
productos que sustituyen a la carne animal.
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