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viernes, 17 de mayo de 2013

FUNDACIÓN DE LA BOLSA DE NUEVA YORK: ENRIQUECIÓ A POCOS Y ARRUINÓ A CIENTOS DE MILLONES


En la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, y en lo que hoy es Wall Street, el 17 de mayo de 1792 tiene lugar una reunión de 24 empresarios en la que se dan los primeros pasos para la creación de la Bolsa de Nueva York, el mayor mercado de valores.

Representación pictórica que recuerda el
árbol de plátano de Wall Street, debajo
del que se firmó el acuerdo de fundación
de la futura Bolsa de Nueva York.
La historia de la Bolsa de Nueva York comienza el 17 de Mayo de 1792 cuando 24 intermediarios y gestores reunidos (en su mayoría de origen judío) deciden aplicar tasas de comisiones uniformes a todas las ventas de títulos y por tal motivo firman bajo un árbol de plátano el Acuerdo Buttonwood. Este es el comienzo de la creación del “New York Stock Exchange”, actualmente conocido como "Wall Street", el primer centro financiero del mundo. Sin embargo, la primera bolsa de valores de Estados Unidos, no es la de Nueva York, sino la de Filadelfia, fundada en 1790.

La Bolsa de Nueva York (NYSE) es una bolsa de valores situada actualmente en el número 11 de la calle Wall Street en el Bajo Manhattan, Nueva York. El 8 de marzo de 1817, la organización redactó una constitución y cambió su nombre por el "New York Stock & Exchange Board." Anthony de Stockholm fue elegido el primer presidente de la Bolsa. En 1817, un asiento en la Bolsa costaba 25 dólares y, en 1848, cotizaba en 400 dólares.

La Bolsa de Valores de Nueva York,
en el Nº 11 de Wall Street.
La primera ubicación en el centro de la Bolsa era una habitación alquilada en 1792 por 200 dólares al mes, situada en el 40 de Wall Street. Después, ese local fue destruido en el Gran Incendio de Nueva York en 1835 y la Bolsa se ​​mudó a una sede temporal. En 1863 acortó su nombre a Bolsa de Valores de Nueva York.

En el año 1830 entra en bolsa la primera compañía ferroviaria. Y es que en esa época el intenso desarrollo de las compañías de caminos de hierro necesitaba de un financiamiento público. Y sólo la bolsa era capaz de proveer los medios necesarios para la realización de una red ferroviaria suficiente. Así, la  "Mohawk and Hudson Railroad" se convierte en la primera compañía que sale a bolsa. Pronto nuevas empresas saldrán a bolsa, lo que hará el poder y la fuerza de la bolsa neoyorquina.

En 1918, después de la Primera Guerra Mundial, la Bolsa neoyorkina se convierte en la principal casa de bolsa del mundo, dejando atrás a la Bolsa de Londres.

Caídas de la Bolsa hasta el “Jueves negro”
La primera gran crisis financiera en los Estados Unidos sucedió en 1819, con impago generalizado de hipotecas, quiebras bancarias, desempleo y una caída en la agricultura y la manufactura. Se la conoce como el “Pánico de 1819”.

La Bolsa de Nueva York fue protagonista de
grandes quiebras por la especulación bursátil.
La siguiente catástrofe financiera fue en 1837. La fiebre especulativa de los financistas provoca el estallido de una burbuja el 10 de mayo de 1837 en la ciudad de Nueva York, cuando todos los bancos dejaron de pagar en especie (acuñación de monedas de oro y plata). El pánico fue seguido por un período de cinco años de depresión, con quiebras bancarias y elevados niveles de desempleo.

La primera gran caída de la bolsa ocurrió en 1853 cuando el mercado perdió hasta un 45% del valor. La razón fue la caída del Seguro de Vida Ohio & Trust Company.

El “Viernes negro” del 24 de setiembre de 1869, fue causado por dos especuladores que quisieron acaparar el oro en el Mercado del Oro de Nueva York.

El jueves negro de 1929 en Wall
Street, con cientos de inversores
que se agolpaban frente a la
Bolsa de Nueva York.
Un daño colateral en la Bolsa de Nueva York provoca la quiebra de la Bolsa de Viena. Se precipitó por la quiebra de la firma bancaria de Filadelfia Jay Cooke el 18 de septiembre de 1873, tras el crack del 9 de mayo de 1873 en la Bolsa de Viena en Austria (llamada Gründerkrach). Marcó el comienzo de una larga depresión, y una grave recesión económica nacional en los Estados Unidos que duró hasta 1879.

Hubo en 1882 un Crack bursátil que marcó la peor crisis en la economía francesa en el siglo XIX. Se produjo por el colapso de Union Générale el 19 de Enero de 1882. Una cuarta parte de los corredores de Bolsa estaba al borde del colapso. El cierre de la Bolsa fue impedido por un préstamo del Banco de Francia que permitió la liquidez suficiente para asentarla.

En 1884 hubo una pequeña y corta recesión económica debida a que las reservas de oro de Europa se agotaron y los bancos nacionales de Nueva York, con la aprobación tácita del Departamento del Tesoro de EE.UU., pusieron fin a las inversiones y solicitaron los préstamos pendientes. Se evitó una crisis mayor con el rescate de varios bancos, aunque quebraron más de 10.000.

Llega el “Pánico de 1896”, una aguda depresión económica en los Estados Unidos que se inició a causa de una caída en las reservas de plata y de las preocupaciones del mercado sobre los efectos que tendría en el patrón oro. La deflación de los precios de los productos básicos impulsó a la Bolsa a nuevos mínimos, en una tendencia que sólo empezó a cambiar después de la elección en 1896 de William McKinley.

El 17 de mayo de 1891 (aniversario de la fundación de la Bolsa de Nueva York), los millonarios EH Harriman, Jacob Schiff, y JP Morgan / James J. Hill provocan en la Bolsa de Nueva York el “Pánico de 1901” supuestamente por el control financiero de la compañía de ferrocarriles Northern Pacific. Como resultado del pánico, miles de pequeños inversores se arruinaron y la crisis duró 3 años.

En 1907 estalla otra crisis en la Bolsa de Nueva York que se produjo tras el fracaso de un intento realizado por varias entidades en Octubre de 1907 por acaparar todas las acciones de la Compañía de Cobre (United Copper Company).

Quizás la fecha más conocida de Wall Street sea aquel 24 de Octubre de 1929. Este día, conocido como el “Jueves Negro”, vio como Wall Street se hundía y, en pocas horas, doce millones de acciones fueron puestas en venta.

Al momento del crack, la ciudad de Nueva York había crecido hasta convertirse en la mayor metrópolis y en su distrito de Wall Street eran muchos los que creyeron que el mercado podía sostener niveles altos de precio. Poco antes, el economista Irving Fisher, gurú de la economía de su época había proclamado: "Los precios de las acciones han alcanzado lo que parece ser una meseta alta permanente."

Una multitud se agolpaba en la inmediaciones
de la Bolsa neoyorkina en octubre de 1929.
A finales de los años 20, la bolsa de comercio norteamericana estaba prosperando a medida que los precios de las acciones subían a niveles nunca antes vistos. La prosperidad financiera de Norteamérica parecía ser un hecho. Los precios subieron, y los norteamericanos comenzaron a sacar sus ahorros del banco para invertirlos en el mercado de la bolsa. Muchos otros tomaron préstamos e hipotecas para invertir dinero en el próspero mercado. Ya que el mercado mantenía una cantidad masiva de préstamos y dinero prestado, solamente podría sobrevivir si los precios de las acciones continuaban subiendo.

En septiembre de 1929, el Promedio Industrial Dow Jones llegó a su punto álgido en 381 puntos y luego comenzó a caer. El mercado siguió cayendo consistentemente entre septiembre y octubre. Tan rápido como los inversores se abalanzaron sobre el mercado, intentaron escapar en pánico.

Foto del "Jueves negro" de 1929 en la
nefasta Bolsa de Nueva York.
La euforia y las ganancias financieras de la gran tendencia de mercado fueron hechas pedazos el Jueves Negro, cuando el valor de las acciones en la Bolsa de Nueva York se colapsó. Los precios de las acciones cayeron ese día y continuaron cayendo a una tasa sin precedentes por un mes entero. 100.000 trabajadores estadounidenses perdieron su empleo en un periodo de 3 días. Con el “crack” Fisher perdió, además de su reputación como economista, casi todo su patrimonio familiar.

El 24 de octubre, tras varias pequeñas bajadas, se produjo la primera gran caída, llegando a descender la Bolsa un 9%; pero en aquella ocasión no había un banco que comprara las bolsas o una amalgama de inversores que pusiera freno.

Con todo y con eso el Jueves Negro no fue el peor día. Tras una recuperación el viernes, y otra pequeña el lunes, se produjo el martes Negro (28 de octubre), donde el índice de la Bolsa descendió más que en ninguna otra jornada de la Bolsa. Debido a la baja de las acciones, los especuladores intentaron deshacerse lo más rápido posible de sus acciones. El desastre se confirmó el martes 29 de Octubre. El pánico fue tan gigante que la policía debió clausurar la bolsa. Se llegaban a ofrecer paquetes de acciones a un tercio de su valor, sin encontrar comprador.

Portada del London Herald
 informando del desastre bursátil.
El “jueves negro” había sido el responsable de la mayor crisis económica de la historia del país. Esa semana solo, el mercado de valores de EE.UU. perdió US $ 30 mil millones en valor. Muchos millonarios y ricos inversores se lanzaban desde los rascacielos, incapaces de asumir la gran depresión que se avecinaba y que nadie quiso ver. Las bajadas continuaron hasta el mes de enero cuando se tocó fondo.

El resultado del shock desató una serie de acontecimientos que llevaron a la Gran Depresión, la crisis económica más devastadora de la Historia de Estados Unidos. Los Estados Unidos estaban arruinados y las consecuencias económicas y políticas que conllevaba esto, las sufrió el mundo entero.

Durante el punto álgido de la Depresión en los Estados Unidos, 15 millones de norteamericanos, un cuarto de la población total, estaban desempleados. “Para el invierno entre 1932 y 1933, el sistema bancario alcanzó el punto cercano al colapso completo; más de 5.000 bancos cayeron para Marzo de 1933, destruyendo los ahorros de millones de personas.”

Desocupados piden un empleo decente durante
la Gran Depresión que vivió Estados Unidos.
La Reserva Federal era la única que podía haber evitado una caída en cadena de los bancos, mediante concesión de liquidez de forma masiva a los bancos, pero los gestores de la Reserva Federal, muy al contrario, con toda mala intención redujeron la oferta monetaria y subieron los tipos de interés, provocando una oleada masiva de quiebras bancarias. Esta reducción de la oferta monetaria también provocó el inicio de un proceso deflacionista y la reducción drástica del consumo y el comienzo de una intensa depresión, que se conoció como "La Gran Depresión".

En la primavera de 1930 la Banca Morgan decide vender las acciones que ha acumulado y tiene lugar una nueva caída de la bolsa. Las cotizaciones siguen descendiendo. El mercado de valores se embarcó en una caída constante en abril de 1931 que no terminó hasta 1932 cuando el Dow Jones cerró en 41,22 el 8 de julio, concluyendo en un deterioro de 89% de declive desde el punto más alto.

El 19 de Octubre de 1987 se volvió a repetir una situación parecida. El “lunes negro” trajo pérdidas en el índice del Dow Jones del 22,6% de su valor, implicando a muchas bolsas internacionales en su caída.

Una Bolsa digital para el Nuevo Orden
Actualmente, la Bolsa de Nueva York es operada por NYSE Euronext, que se formó por una fusión de la Bolsa de Nueva York de 2007, con la bolsa de valores totalmente electrónica Euronext.

Néstor y Cristina Kirchner contemplan
extasiados la Bolsa de Nueva York en su
primera visita en setiembre de 2006.
Euronext fue formado el 22 de Septiembre del 2000 en una fusión de las Acciones de la Bolsa de Valores de Ámsterdam, Bolsa de Valores de Bruselas, y la Bolsa de París, para aprovecharse de la armonización de los mercados financieros de la Unión Europea. En 2002 incorporó la fusión de las Bolsas de Lisboa y Oporto. En 2012 fracasó su intento de fusión con la Deutsche Börse de Alemania. Nyse Euronext forman un holding en vigencia desde el 4 abril de 2007 que es la primera bolsa de valores global del mundo.

Las cosas cambiaron en enero de 2007 y el comercio electrónico hizo disponible otra opción. Desde entonces, más del 80% del comercio en la Bolsa de Nueva York pasa por la vía electrónica. Con el advenimiento del comercio electrónico, esta es una opción más fácil y viable para los comerciantes en Nueva York y todo el mundo. Algunos altos precios y las existencias de primera no se conceden a los intercambios electrónicos. Ellos tienen que ser comprados y vendidos por la ruta tradicional de subasta.

En esta foto de 2010, aparecen a la izquierda, 
el vicepresidente Amado Boudou y la 
presidente de Argentina, Cristina Kirchner
visitando la Bolsa de Nueva York.
El indicador más importante de la salud de un mercado de valores secundario como la Bolsa de Nueva York es el índice NYSE. Es un indicador de la capitalización bursátil de las distintas empresas que figuran en el NYSE. Este índice se calcula continuamente cada media hora, según la evolución del mercado.

En la Bolsa de Nueva York se amasaron grandes fortunas a fines del siglo XIX y principios del siglo XX como por ejemplo, J. P. Morgan y su empresa de mil millones de dólares, U. S. Steel Corporation, o John D. Rockefeller y su Standard Oil.

Hoy en Wall Street figuran 3.200 de las principales compañías de todo el mundo de la economía mundial y mueve un volumen anual de transacciones superior a los 21.000 millones de dólares. La Bolsa neoyorkina es un indicador del pulso económico del mundo industrial globalizado.

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