Son botellas plásticas, bolsas, envoltorios y otros
residuos que los vecinos tiran en la calle. Dañan las alcantarillas y pueden
generar inundaciones.
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Arroyos de la ciudad de Buenos Aires. |
Cada mes, el Gobierno porteño
levanta 133.460 kilos de residuos de
las desembocaduras
de los arroyos de Buenos Aires. Así, el Río de la Plata se termina
convirtiendo en un gran depósito de basura, y el riesgo de
inundaciones y de contaminación se multiplica.
En las veredas porteñas hay 30.000
sumideros que captan el agua de lluvia y todo lo que el ciudadano arroja en la
calle. Luego, ese
caudal va por conductos subterráneos hasta los distintos arroyos que cruzan
Buenos Aires, y que en su mayoría desembocan en el Río de la Plata.
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Así luce diariamente el arroyo Maldonado que corre entubado bajo la ciudad de Buenos Aires. |
La cuenca del arroyo Maldonado es la que
más basura sufre, 55.000 kilos mensuales. Se
trata del principal arroyo de Buenos Aires, que corre entubado bajo la avenida
Juan B. Justo desde Liniers hasta su desembocadura en el Río de la Plata en
Palermo, frente al Aeroparque Jorge Newbery. Afecta a diez barrios porteños,
pero que concentran un tercio de la población de Buenos Aires. De allí se explica en parte que reciba tanta basura
callejera. Le sigue la del Medrano, con 14.000 kg. y la cuenca del Vega
con 12.000 kg.
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Contaminación del Río de la Plata. |
Los
que más van a parar a los desagües son las
botellas de gaseosas, papeles, colillas de cigarrillos, bolsas plásticas y
otros residuos. Pero también hay vuelcos de hormigón de las construcciones
y grasa que los restaurantes y puestos de comida vierten en la calle. Otro
problema se da cuando los encargados de edificios baldean las veredas sin antes
levantar los residuos, con lo cual todo va a los sumideros.
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Un empleado de la ciudad de Buenos Aires recogiendo la basura. |
“La cantidad de plásticos que
encontramos en las desembocaduras de los arroyos es tan grande que tuvimos que
organizar una recolección especial para que los retiren y los puedan reciclar”, explicó Carla Vidiri, de la Dirección General del Sistema Pluvial del
Ministerio de Ambiente y Espacio Público.
El problema no es solo la mugre en
las veredas y la contaminación. Las
botellas de plástico y las bolsas obstruyen los sumideros, con lo cual les
hacen perder capacidad de drenaje si llueve.
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Toda la basura de Buenos Aires termina en el Río de la Plata. |
Por eso, cuando hay alertas
meteorológicas el Gobierno pide que la gente no saque la basura, para que no
termine tapando los desagües. Producto
de esta inconducta social, por la ley N° 4.120, la Ciudad tuvo que crear un servicio especial de limpieza de la costa
del río, que cuenta con 15 empleados y dos embarcaciones. Se ocupan de la
costa de la villa Rodrigo Bueno, la Reserva Ecológica, Costa Salguero, Punta
Carrasco y las desembocaduras de los arroyos Ugarteche y Medrano. Sólo este
equipo de trabajo levanta unas 1.200 bolsas de basura por semana, que envían al
Centro Verde de Núñez para que la cooperativa de cartoneros MTE haga la
separación de los reciclables.
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Residuos en la Costanera Norte, en el Río de la Plata. |
El
fenómeno no sólo afecta al Río de la Plata. La cuenca del arroyo Cildáñez recibe 13.000 kilos de basura por mes,
que si no fueran levantados irían al Riachuelo, aumentando la contaminación de
ese curso de agua. De hecho, el río contaminado que separa Capital Federal del
Conurbano cuenta con su propio sistema de recolección de residuos en la costa,
que depende del Gobierno porteño (de la mugre que flota en la superficie se
ocupa la Autoridad de Cuenca Matanza-Riachuelo), y que también separa los
elementos reciclables. Los vuelcos de basura en el Riachuelo son mucho más
complejos que las botellitas. En los
últimos años la Ciudad de Buenos Aires lleva levantados más de 50 autos.
Además, hay gente que tira escombros y desechos tóxicos.
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Centro de Reciclado en Núñez. |
“Es
fundamental que los porteños cambiemos nuestra relación con la basura. Lo
principal es incorporar
el hábito de la separación en origen y
disponer los residuos en los lugares destinados a tal fin, como los
contenedores. No hacerlo implica tener que pagar sistemas redundantes para
recolectar la basura de donde no debe ser dispuesta, como los sumideros”,
afirmó el ministro de Ambiente y Espacio Público, Edgardo Cenzón.
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